A pesar de los años transcurridos, más de veinte, este artículo nos sigue aportando unos datos geológicos de nuestros familiares acantilados, y a la vez tan desconocidos, que hace que los cataloguemos como uno de nuestros más valiosos bienes naturales. Resaltar que en el Inventario Español de Lugares de Interés Geológico, IELIG, del Instituto Geológico y Minero de España, IGME, se encuentra con el código AND128 “Playas y acantilados de Cabo Roche”, por su interés geomorfológico, estratigráfico y paleontológico.
Nota: Todo el texto escrito en letra cursiva, itálica o bastardilla, se corresponde a la transcripción original del artículo.
El litoral conileño comprendido entre su límite con el término municipal de Chiclana y la bajada a la playa de la urbanización Fuente del Gallo, es acantilado, con desarrollo topográfico bastante uniforme, de color anaranjado o enrojecido e interrumpido por llegadas de corriente de agua como el río Roche, el arroyo de la Cala del Aceite o del Campamento, el arroyo del Quinto y el arroyo del Pradillo.
Localización del área de estudio.
Se trata de un acantilado activo, ya que anualmente el mar y las lluvias lo socavan, sus rocas más bajas se erosionan por los oleajes de los temporales y las rocas suprayacentes caen, vuelcan y ruedan hacia las calas o playas, donde de nuevo el mar las erosiona, convirtiéndolas en sedimentos que formarán arenas para nuevas calas o playas, en una tarea continua de hacer y deshacer, de construcción y destrucción, de cambio y evolución en definitiva.
Imagen de una de las calas entre la urbanización y el cabo de Roche, concretamente la conocida como cala Enebros.
LOS ESTRATOS
Los estratos de la zona nos muestran dos características que indican su inequívoco origen marino: a) sus fósiles, y b) sus estructuras sedimentarias.
a) Los fósiles todos de animales marinos, de hábitats costeros o de alguna profundidad, cosa que nos indica que hace unos 5-3 millones de años, este territorio era también zona litoral, aunque sumergido, con profundidades cambiantes pero no muy acusadas; es decir, que la costa estaba algo más al interior del continente que en la actualidad. El Atlántico de entonces tenía más extensión que el actual, aunque según los datos geológicos consultados, iniciaba una regresión o retirada, oscilante y discontinua, hacia los límite actuales. Este hecho tiene una doble explicación: por un lado la definitiva apertura del Estrecho de Gibraltar que se produjo al final del Mioceno, y por otro lado la elevación paulatina del continente hasta el Cuaternario actual.
Línea de la paleocosta y la actual costa, con un trazado oscilante y discontinuo.
b) Las estructuras sedimentarias más abundantes son las distintas estratificaciones cruzadas. Se trata de estructuras que nos indican que el sedimento se iba acumulando después de un transporte de dirección cambiante o alternante, es decir lo que ocurre en una sedimentación de barra litoral o de zona de influencia de oleaje y mareas. También esta estratificación se da en los sedimentos lunares, pero en nuestra zona no aparece ningún fósil continental, por lo que hay que desechar este tipo de sedimentos.
Vista de la cala de los Enebros en una fotografía reciente. Autoría: Antonio Leal.
LAS ROCAS
Se trata de un conjunto de rocas de disposición subhorizontal, postorogénicas (posteriores a la elevación de todo el sistema bético andaluz), variadas, y que van desde arenas blanquecinas poco cohesionadas hasta microconglomerados rojos con cantos de cuarcitas, pasando por calcoarenitas, margas, calizas, areniscas y arcillas, toda una gama de rocas sedimentarias detríticas. Están formando estratos de poca potencia (desde algunos centímetros a 3-4 metros), con magníficas muestras de estratificaciones cruzadas y líneas de flujo. Presentan variaciones de potencia, acuñándose unos estratos en otros y con cambios laterales de facies (caracteres de las rocas sedimentarias resultantes de su propia génesis). Pero lo más llamativo del conjunto rocoso es su abundancia en fósiles, tan llamativa que se encuentran estratos con mayor volumen de restos de seres vivos fosilizados que material rocoso encajante.
Detalle del tipo de roca que se encuentra en estos acantilados.
La edad de las rocas es del Plioceno (último período de la Era Terciaria), es decir, son de hace unos 5, 5 a 2,5 millones de años.
Fuente: Boletín “LA LAJA” (Amigos del Patrimonio Natural y Cultural de Conil), núm. 3, pp. 33-38, diciembre 2003.
[CONTINUARÁ el próximo 25 de marzo]
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