viernes, 31 de enero de 2020

EL INSTRUCTOR O REPERTORIO DE HISTORIA, BELLAS LETRAS Y ARTE.

Para aquellos lectores que estén interesados en conocer las características de algunos de los periódicos o publicaciones, vamos a utilizar el acceso al portal gratuito, y libre, de la Biblioteca Digital Hispana, presentando una portada y copiando las descripciones y notas que los caracteriza.




Con la aparición de la xilografía en 1830 comienza la era de la prensa gráfica. Siguiendo la estela de las primeras revistas ilustradas que comienzan a editarse en Francia, Alemania o Inglaterra, “El instructor… “ será el primer magazín ilustrado en lengua castellana (no es una traducción), aunque editado en Londres por la Casa de Ackermann y Comp. Su primer editor y redactor es José María Jiménez de Alcalá, a quien, en 1840, le sucederá el madrileño Ángel de Villalobos, profesor del King’s College, y entre sus colaboradores literarios se encuentran Francisco Martínez de la Rosa y José de Ímaz.

Comienza a publicarse en enero de 1834, el mismo año en que aparece el también ilustrado “Semanario pintoresco”. “El instructor” (Cádiz: 1834-1835), con periodicidad mensual y números de 32 páginas, y desaparece en diciembre de 1841, formando una colección de ocho tomos.

Se autodefine como un periódico enciclopédico y de carácter divulgativo y de instrucción popular que da cabida a artículos de historia antigua y moderna, descripción de monumentos, noticias de actualidad de países, sus costumbres, su literatura, artes y geografía, pero también de agricultura, comercio, del mercado bursátil, avances técnicos e industriales, etc. A partir de 1840 aumentarán también sus artículos de actualidad política, y ofrecerá asimismo extractos de literatura de viajes y artículos de modas, astronomía y trasportes.

Editado en pequeño formato, está ilustrado en blanco y negro con grabados en acero y portadas decoradas, siendo difusor de los trabajos de los británicos Jackson, Wimper y Darrington, entre otros, que seguidamente serán profusamente reproducidos en las revistas ilustradas españolas. Entre sus ilustraciones aparecen las de las principales ciudades españolas (Madrid, Toledo, Barcelona, Sevilla, etc.), sus edificios y monumentos más significativos, paisajes, etc.), así como reproducciones de obras pictóricas y escultóricas, retratos de personajes ilustres o tipos costumbristas.

CONIL Y GONZALO HERNÁNDEZ DE CORDOVA (1835).

Se trae hoy a colación a este personaje porque, por lo visto, yo desconocía, como modesto aficionado a la historia, que CONIL había sido sitiada por las tropas de los Reyes Católicos con objeto de expulsar a los “moros”, y el protagonista de aquella hazaña, no fue otro sino Gonzalo Hernández de Cordova, más conocido por “El Gran Capitán”. Lo menos importante del protagonista es el hecho de no encontrar uniformidad en la escritura de su nombre: vemos Fernández por Hernández, y Córdoba por Cordova. Decidan ustedes mismos.


Fuentes: “El Instructor o Repertorio de Historia, 
Bellas Letras y Artes”, núm. 18, de junio de 1835.


El Gran Capitán en el asalto a Montefrío.
Obra de José de Madrazo (wikipedia).

jueves, 30 de enero de 2020

CONIL Y LA BULA DE LA SANTA CRUZADA CRUZADA (1829).

Extraemos de Wikipedia:
El Consejo de Cruzada (del que dependería la Administración Tesorería de Cruzada) fue un organismo de la Administración Española, existente entre principios del siglo XVI y su desaparición en 1851, con la desamortización de Mendizábal.
Su principal cometido era gestionar los ingresos procedentes de las Tres Gracias: bula de cruzada, subsidio y excusado, que se utilizarían para la defensa de la fe católica.
La bula de la Santa Cruzada concedía a los españoles muchos privilegios, gracias e indultos, todo a cambio de una aportación económica que se empleaba para el mantenimiento del culto y las obras de caridad. Esta bula producía anualmente sumas considerables a la Tesorería.”
CONIL, obviamente, participaba en esta contribución, de la que da cuenta la nota que se reproduce hoy, con una relación, del receptor-expendedor de bulas, de las personas contribuyentes.



Muy interesante la cabecera de este periódico, donde además de la numeración, precio y fecha, común en la mayoría de ellos, aparecen, entre otros detalles, los referidos al santoral del día y el lugar del jubileo, así como a las afecciones astronómicas y meteorológicas, y, como no en un puerto de mar, los horarios de mareas.

Fuente: “Diario Mercantil de Cádiz”, Núm. 4718, del sábado, 4 de julio de 1829.


Para una mejor lectura, transcribo los nombres de la relación:
  • D. Luis del Castillo Negrete, Corregidor
  • D. José Joaquín Dorronsoro, Tte. De Fragata de la Real Armada
  • D. Gregorio Borrego, vecino
  • D. Antonio Cuesta, vecino
  • D. José Sánchez Galindo, vecino
  • D. Alonso de Alva, vecino
  • D. Lucas Muñoz, vecino
  • D. Francisco Rodríguez, vecino


miércoles, 29 de enero de 2020

ESTADO MILITAR DE LOS EJÉRCITOS DE LA MONARQUÍA ESPAÑOLA.

Para aquellos lectores que estén interesados en conocer las características de algunos de los periódicos o publicaciones, vamos a utilizar el acceso al portal gratuito, y libre, de la Biblioteca Digital Hispánicapresentando una portada y copiando las descripciones y notas que los caracteriza.


Con periodicidad anual, estuvo publicándose conjuntamente con el “Kalendario manual y guía de forasteros en Madrid”, desde 1768 a 1837, y desde este año hasta 1863, con “Guía de forasteros de Madrid”. También se publicó independientemente en una edición en 8º. Comenzó a estamparse, al igual que el Kalendario y, posteriormente, la Guía, primero con privilegio real, por Antonio Sanz, impresor del rey y su consejo, y después en la Real Imprenta de la Gazeta y en la Imprenta Real y en la Nacional.

Incluye la estructura organizativa de los ejércitos y de la marina de la monarquía española y la relación de quienes ostentaban sus órganos, instituciones y puestos de mando: Consejo Supremo de Guerra, Secretaría de Estado de Guerra de España y de Indias, tenientes generales, mariscales de campo, brigadieres, inspectores, intendentes, comisarios de guerra, auditores, tropa de la Casa Real, milicias urbanas cuando estas fueron creadas, estado militar de la Real Armada, encomiendas de las cuatro órdenes militares, regimientos y cuerpos del ejército, estado militar de América, así como normativas y reglamentos específicos.

Con la guerra contra los ejércitos napoleónicos, para el año 1811 fue estampado por D. Miguel Segovia, impresor de la Real Marina, en Cádiz, y su redactor tuvo las consecuentes dificultades para elaborarlo por la falta de comunicaciones. Esta edición incluirá la división de los ejércitos españoles que defendieron la causa de Fernando VII, así como la relación de los diputados a las Cortes constituyentes de Cádiz.

Durante el trienio liberal (1821, 1822 y 1823) se tituló “Estado militar de los ejércitos de la monarquía española”, y para el de 1824 se tuvo en cuenta no incluir a los miembros del ejército “purificados” y sí a los nuevos nombramientos que llevó a cabo Fernando VII. Después cambiará su título por “Estado militar de España y Ultramar”, saliendo de las prensas de la Imprenta Nacional.

Se trata de una publicación con información básica para el conocimiento de las estructuras organizativas del ejército y la marina española del antiguo régimen y su evolución hacia las del nuevo Estado liberal que empezó a constituirse desde 1812. Esta publicación será continuada luego por “Anuario militar de España”, publicado entre 1890 y 1936.

CONIL Y EL ESTADO MILITAR (1822).

Dentro de la estructura organizativa de los ejércitos y de la marina de la monarquía española, estaba, aunque modesta, la Capitanía de Puerto de CONIL y Vejer, cargo que ostentaba Don Cayetano Lobatón. De él se sabe que en 1810, cuando el sitio de Cádiz, dirigió una expedición al río Barbate: su objeto fue sacar una fragata inglesa que habían apresado los franceses; en efecto, lo consiguió; quemó y destruyó varios barcos que tenían allí, ya antes había quemado una cañonera inglesa que se les pasó por traición de su marinería genovesa; causó al enemigo bastante pérdida, se volvió a su apostadero. Esto ocurrió el 21 de agosto.


Fuentes: “Estado Militar de los Ejércitos de la Monarquía Española”, 
del año 1822; e “Instituto de Historia y Cultura Naval”, Sitio de Cádiz: 1809-1810.

martes, 28 de enero de 2020

CONIL Y LOS VIAJES DEL PADRE LABAT (1705).





A finales del siglo XVII, Jean-Baptiste Labat fue un precursor de los viajes, impulsado por su afán evangelizador y sediento de conocimiento. Clérigo francés, botánico, escritor, explorador, etnógrafo, soldado, ingeniero, terrateniente,… Nació y murió en París, 1663 y 1738.

VIAJES DEL PADRE LABAT 
DE LA ORDEN DE FRAILES PREDICADORES, 
EN ESPAÑA ITALIA. 

TOMO PRIMERO

EN PARÍS, CALLE SAN JACQUES,
JEAN-BAPTISTE DELESPINE 
 IMPRESOR-LIBRERO ORDINARIO DEL REY. 
CHARLES J.B. DELESPINE EL HIJO, 
LIBRERO 
EN SAN PABLO 

1730 
CON PRIVILEGIO DEL REY.





CAPÍTULO VII.


Viaje del Autor a Tarifa y al Bloqueo ante la Villa de Gibraltar.

Nos encontramos al llegar a Cádiz cuatro Buques del Rey armado en Corso, como se le decía por cuenta de las Damas. Esta pequeña Escuadra estaba comandada por el Caballero del Aire. Ella había hecho alguna presa de poca importancia y había conducido a Cádiz un Buque Genovés de sesenta cañones, que pretendía estar en el caso de la confiscación. En espera de que sea juzgado, el Caballero del Aire con tres Buques, había salido a batir la mar y había dejado en Cádiz el Buque “El Constante” de 72 cañones mandado por el Señor Tertre, porque este Buque era casi incapaz de flotar sin ser reparado. Tuvimos la imprudencia de rascarlo y lo hicimos tan mal que abrimos muchas vías de agua, que nos dieron bien nuestro ejercicio, cuando fui obligado a embarcar para comprar mi








viaje. Este Buque debía volver para desarmar a Tolon, que era su departamento. Pero los Ingleses dueños de Gibraltar tenían una Escuadra en ese Puerto que cerraba el Estrecho a todos los otros barcos, que no fueran de su Nación o de sus Aliados. El Señor de Tertre había enviado a uno de sus Oficiales a Tarifa en el Estrecho, a fin de examinar las maniobras de los enemigos y ser informado del momento en que dejaría su crucero para usar este intervalo para cruzar el Estrecho sin ser obligado de exponerse a un combate desigual y peligroso por un Buque tan ruinoso como el suyo.

Este Oficial había venido de una vuelta a Cádiz, lo conozco y como recibió la orden de retornar a su observatorio, resolví ir allí con él, porque estoy empezando a aburrirme mucho en Cádiz.

Salimos de Cádiz el Domingo 22 de Noviembre de 1705. Cada uno llevamos un lacayo y habíamos arrendado cuatro mulas, sin contar la del lacayo que nos conducía y llevaba la cebada para nuestras monturas. Habíamos confiado los víveres a nuestros lacayos, porque no habría estado seguro de devolvérnoslo a nuestros lacayos, estaría más bien




ahorcado que escamoteado la mejor parte por el camino, a menos de tener como los grandes Señores Españoles, marmitas cerradas con llave, para asegurar contra las garras de los criados, lo que se reserva para la boca de los dueños.

Partimos sobre las diez horas de la mañana, contentos de ir a dormir a CONIL, o a Vejer, donde no hay más de cuatro leguas de España, pero valen ocho de las de Francia.

Pasamos el puente Zuazo, cuyas dos extremidades están cubiertas de reductos, nos topamos con algunos guardas a los que tuvimos que dar algo de beber; un poco más allá del reducto nos encontramos el pueblo de Zuazo, pequeño, mal construido, y poco poblado. Lo atravesamos sin parar y tomamos el camino de la derecha, a fin de bordear el mar y la Isla de Cádiz, el brazo de mar que la separa de la tierra firme entre las dos. [Este pasaje está algo confuso, debido a que fue al final de sus días cuando se dedicó a plasmar en libros todas las anotaciones tomadas en los viajes, y seguramente la memoria le jugaría una mala pasada; desconozco que existiera la villa de Zuazo, “village de Suaco”, así como un camino a la derecha, que llevara a la orilla del mar, obviando la existencia de una amplia zona de marismas y salinas, muy difíciles de franquear]Este País está totalmente inculto ahora, aunque es visible por las ruinas que se encuentran con frecuencia, que antes era bien habitado y bien cultivado. Hay colinas donde las vertientes de suaves pendientes son propensas a todo lo que se quiera cultivar.





La orilla del mar es plana y uniforme durante las dos leguas Españolas, que separan a Zuazo de la Isla de Sancti Petri, que es el antiguo Heracleum, donde estaba el famoso Templo de Hércules.

Este islote no parece que como una gran roca cubierta de matorrales de cuatro o cinco cientos de pasos alrededor. Está separado de la tierra firme por un cuarto de legua. No vimos allí nada más que una vieja Torre y tres o cuatro cabañas en medio de los matorrales, se dice que hay un Ermitaño en esta Torre, que observa lo que pasa en el mar y que advierte con señales de fuego, o de humo, cuando ve a los Piratas que se se acercan a la costa. Entonces los Pescadores dejan sus cabañas y se retiran con él y aseguran sus personas y sus redes. Hay cerca de allí una Almadraba para la pesca de atunes en la temporada, y entonces se ve más gente sobre esta costa y sobre el islote. Se llama esta máquina la Almadraba de Hércules. Yo creo que pertenece ahora al Duque de Medina Sidonia, que tiene aquí también CONIL y Vejer.

La costa comienza a elevarse cuando se pasa la Isla de Sancti Petri,








deviene muy alta y muy escarpada, llegamos a buena hora a CONIL, que está a una legua de la Isla de Sancti Petri, que decidimos ignorar, por lo que no podíamos esperar nada bueno de un lugar malo, donde la posada parece más una guarida de bohemios y de ladrones, que cualquier otra cosa. [Las condiciones de la posada, “l´hotellerie”, debieron causarles a Labat tan mala impresión que describió a CONIL como un mal lugar, “un mauvais endroit”, y que no se podía esperar nada bueno allí, así que decidieron continuar viaje hasta Vejer, a pesar del peligro de que les cogiera la noche]. Nuestro conductor nos asegura, que llegaríamoantes de la noche a Vejer y que estaríamos mejor.

No hay más que dos leguas de CONIL a Vejer, pero el camino es rudo. Se separa un poco de la costa y se entra en montañas todas cubiertas de encinas y alcornoques, con un gran número de senderos marcados por los jabalíes, los lobos y otros animales salvajes, que es muy fácil perderse. [Actualmente nos puede sorprender la descripción que hace Labat del camino entre CONIL y Vejer, por la abundancia de encinas y alcornoques, y la presencia de jabalíes, lobos y “otros animales salvajes”; seguro que no exageraba].No deja de sucedernos; marchamos más de cuatro horas sin encontrar Vejer y la noche vino que no nos permitía seguir ninguna ruta. Nuestro guía confesó con pena que se había equivocado y propuso retornar a CONIL; pero hubiera sido meterse en un nuevo problema; porque cómo encontrar aquel mal lugar, sin saber dónde estábamos. Resolvimos entonces dormir donde 




nos encontrábamos. Afortunadamente no estaba lloviendo y el viento que venía del Sur no era frío. Amontonamos los helechos, que están en cantidad en estos montes; encontramos madera vieja y cortezas de encinas y de alcornoques, encendimos fuego, y cenamos alegremente, como si estuviéramos en el mejor de los lugares. Sólo nuestro guía estaba inconsolable de estar perdido, temía que sus mulas se convirtieran en pasto de algún lobo. Tuve cuidado de no tranquilizarlo, al contrario aumentó su miedo tanto como pudo, para que él vigilara toda la noche, y en trabajo de conservar sus bestias, y hacer cualquier cosa por la nuestra. No descansamos absolutamente nada por él, que no tomásemos nuestras precauciones por nuestra parte, y resolvimos de velar cada uno por turnos. Estaba cerca de la media noche cuando el sueño nos abrumó, resolvimos dormir sobre el lecho que nos habíamos preparado. Pusimos las armas que teníamos listas, y yo vigilé el primer cuarto, que debía ser de una hora y media. Me entretuve lo mejor que pude con nuestro Español, que la conservación de











sus mulas lo tenía muy despierto, y que me contó las proezas de sus ancestros, sus cualidades, las tierras que habían poseído, que me hizo pasar muy agradable el tiempo de mi vigilancia. Desperté a mi lacayo a la una y media, y le coloqué en mi lugar para escuchar el discurso que nuestro Guía había comenzado, y que no parecía tener que terminar pronto, y me tumbé sobre los helechos envuelto en mi manta, teniendo la silla de mi mula por almohada, y me dormí enseguida. Nuestro oficial fue despertado a las tres, y entró en conversación con nuestro Español. Las cosas iban lo mejor del mundo, cuando sobre las cuatro de la mañana, una fila de jabalíes perturba nuestro descanso. Como nuestros centinelas no distinguieron en principio de qué se trataba, ellos dieron la alarma, nos pusimos de pie al instante, y nos pusimos en estado de no sufrir un enfrentamiento, si alguien venía a hacérnosla. La bestia se había parado al ruido que habíamos hecho; pero como guardamos silencio para mejor conocer de qué se trataba, ella se tranquilizó, gruñó, sus pequeños le respondieron, y siguió su marcha. Por desgracia 









para ella, cogió por delante de uno de nuestros fuegos, y como caminaba con gravedad, y nos presentó el costado, le tiraron a la espalda, y ella se quedó en el golpe. Uno de sus pequeños ha tenido la misma suerte con otro golpe, y el resto se dispersó. Pero nuestras mulas hicieron la misma cosa, rompieron sus cabestros y tomaron la huida, pero afortunadamente no fueron muy lejos, porque se enredaron en los matorrales, las tomamos, las rescatamos, les dimos cebada, y pensamos en no dormir más. Propuse a nuestro Oficial hacer ahumar a nuestro verraco a la moda de América. Dicho, y hecho. Nuestras gentes cortaron leña, hicieron un gran fuego, y antes de las siete nuestro ahumado estaba listo para comer. Desayunamos muy bien, nos pusimos en marcha, y no habíamos dado cien pasos, nos encontramos al paso de un arroyo, que estaba a la puerta de la Venta del Marqués, es decir, la posada del Marqués. Se cuenta tres leguas de Vejer a esta Venta, y dos leguas de CONIL a Vejer, de suerte que habíamos hecho cinco leguas en menos tiempo que debíamos hacerlas, si nuestro guía no se hubiera perdido.

lunes, 27 de enero de 2020

LA INDEPENDENCIA

Datos extraídos de Wikipedia, la enciclopedia libre:

La Independencia” fue un periódico español editado en la ciudad de Almería entre 1908 y 1936. Fundado en marzo de 1908 por el farmacéutico Juan Vives Pérez, era un diario de ideología católica e integrista. A lo largo de su historia, de entre sus directores destacó Fructuoso Pérez Márquez. Para cuando se produjo la proclamación de la Segunda República, en 1931, “La Independencia” era el diario de los sectores tradicionalistas de Almería, y durante este periodo la publicación estará más cerca del tradicionalismo que de la coalición conservadora CEDA. Su apoyo indirecto a la Sanjurjada le valió una breve suspensión en 1932 por las autoridades republicanas. Para 1934 había evolucionado claramente hacia el carlismo, pasando a formar parte del grupo editorial carlista Impresora Bética (IBSA). “La Independencia” disfrutó en esta época una buena situación económica, lo que incluso le permitió editar una revista quincenal: “Ilustración Popular”. Desapareció en julio de 1936, tras el comienzo de la Guerra Civil.

Biblioteca Virtual de Prensa Histórica, del Ministerio de Cultura 
y Deporte. Gobierno de España.


De la web de la Biblioteca Virtual de Prensa Histórica, del Ministerio de Cultura y Deporte del Gobierno de España, se transcribe:

A partir del Año IV, núm. 1172 (1 noviembre 1911) subtítulo: diario católico de información universal.
A partir del Año VIII, núm. 2252 (2 febrero 1915) subtítulo: diario científico-literario, católico y de noticias.
A partir de la Segunda Época, Año VIII, núm. 2333 (1 mayo 1915) subtítulo: diario católico, científico-literario y de noticias.
A partir de la Segunda Época, Año XV, núm. 5751 (2 enero 1923) subtítulo: diario católico.
Copia digital Madrid : Ministerio de Cultura. Subdirección General de Coordinación Bibliotecaria, 2004.
Algunos números con suplementos.
Errores en la numeración.
A partir de la Segunda Época, Año X, núm. 3047 (1 julio 1917) hasta Segunda Época, Año XII, núm. 4538 (16 abril 1919) la dimensión del documento es de 45 x 30 cm.
A partir de la Segunda Época, Año XII, núm. 4541 (18 abril 1919) la dimensión del documento es de 59 x 43 cm.
Descripción basada en: Año II, núm. 281 (en. 1909).

EL TELEGRAMA DEL RIF.

Datos extraídos de Wikipedia, la enciclopedia libre:

El Telegrama del Rif” —renombrado “El Telegrama de Melilla” a partir de 1963— es el nombre de un antiguo diario español publicado en Melilla. Fue fundado en la época en que, tras el Desastre del 98, España comienza a interesarse por tener una influencia militar y económica en la zona del Rif.

Fuente: Web de la Biblioteca Virtual de Prensa Histórica, Ministerio de 
Cultura y Deporte. Gobierno de España.


Fue fundado el 1 de marzo de 1902 por el capitán de artillería y periodista Cándido Lobera Girela, originalmente con el nombre de “El Telegrama”, aunque poco después lo cambiaría por “El Telegrama del Rif”. Llegó a tener el subtítulo de «Diario apolítico, defensor de los intereses de España en Marruecos». Durante su primera etapa “El Telegrama del Rif” activó una línea editorial conservadora, militarista y favorable a la intervención en Marruecos.
Su nacimiento coincide con la época en que comienza las campañas militares españolas contra los rifeños que se oponían a la extensión de la influencia colonial española en la zona. Así la información del diario se centra especialmente en las noticias relacionadas con los avatares bélicos del momento y en la información local. Sus informaciones son por tanto una fuente importante para el conocimiento de este período y el posterior del Protectorado español en Marruecos.
El Telegrama” ha contado Entre sus colaboradores con personajes Relevantes Como el cabecilla rifeño Abd el-Krim, que fue editor de la sección árabe del periódico, el médico militar Cándido Jurado que en 1919 escribió artículos de divulgación sobre la encefalitis letárgica que asolaba la ciudad de Melilla y el Rif o el escritor Ramón J. Sender, que colaboró con el periódico durante su estancia en Melilla, donde realizó su servicio militar. Durante los años de la Primera Guerra Mundial Abd el-Krim intentó convertir su sección en una virulenta hoja de propaganda antifrancesa, hasta que en 1917 las protestas francesas provocaron su supresión.
Tras el estallido de la Guerra Civil y el establecimiento de la Dictadura Franquista, el diario quedó bajo control de las fuerzas sublevadas. En 1957 fue adquirido por el Estado y pasó a formar parte de la Cadena de Prensa del Movimiento. Durante la etapa franquista fue una de las cabeceras de la «Prensa del Movimiento» cuya plantilla, a pesar de su pequeño tamaño, tuvo una de las mejores remuneraciones. En 1963, con Marruecos ya independizado, el periódico adoptó la denominación de “El Telegrama de Melilla”.Tras la muerte de Franco, el diario pasó a permanecer integrado en el organismo estatal Medios de Comunicación Social del Estado (MCSE), pero su mala situación económica llegó a su cierre en 1984. El diario fue clausurado el 17 de mayo de 1984, coincidiendo con la desaparición del organismo MCSE. Según ha señalado algún historiador, se decidió la clausura del diario ante la posibilidad de que fuese adquirido por Marruecos y lo utilizase como órgano propagandístico.
A partir de 1992 volvió a ser publicado, mediante una edición impresa y digital hasta el 29 de mayo de 2015, fecha en que cerró por problemas económicos.
Su sede e imprenta desde su fundación estaban situadas en inmuebles de la calle de Miguel Acosta del Primer recinto Fortificado de Melilla la Vieja, hasta que se trasladan al Ensanche de Melilla, primero un edificio de la calle Santa Bárbara y para diciembre de 2012 se publicá el primer número impreso en su sede definitiva, un edificio modernista obra del arquiteco Enrique Nieto y Nieto construido para tal fin en la calle Ejército Español, hoy denominado Redacción de “El Telegrama del Rif”.