Aparte
del drama lógico por la pérdida de dos vidas humanas, preciosamente
los propietarios de la mercancía, supondría también un grave
perjuicio para el dueño del vehículo. En aquellos años cuarenta,
conocidos por “los del hambre”, sería aún más lastimoso, dada
la escasez de alimentos después de nuestra guerra civil; no cabe
duda que la mercancía, a pesar de ser agosto, no se pudriría en la
carretera, pues los moradores de alrededor darían buena cuenta de
ella. Habría que imaginarse las condiciones técnicas del camión y
en qué situación iban los cinco ocupantes viajeros.
Fuente:
“ABC”, del domingo 24 de agosto de 1941
Camión
Ford V8 de 1940
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