sábado, 25 de enero de 2020

CONIL Y FRAY PABLO DE CÁDIZ I (1702).

Este religioso, además de fundar en CONIL dos Santísimos Rosarios Públicos, tuvo la coincidencia de fallecer, cuando se encontraba predicando, en esta Villa. Esta primera entrega consta de varias páginas del libro “La Nube del Occidente, vida y virtudes del venerable siervo de Dios Fr. Pablo de Cádiz, predicador misionero capuchino, e hijo de esta provincia de la Inmaculada Concepción de N. Señora en los Reinos de Andalucía, escrita por Fr. Isidoro de Sevilla, predicador, y cronista de la misma provincia, y la dedica a la Ilustrísima, Nobilísima, y muy Antigua Ciudad de Cádiz. En Cádiz en casa de Cristóbal Requena año de 1702”.
Transcribo, también, a continuación, el artículo “LOS ROSARIOS PÚBLICOS”, de Francisco Espinosa de los Monteros Sánchez, publicada en la revista “ALJARANDA”, de Tarifa, diciembre 2005.



Fuente: “La Nube del Occidente, vida y virtudes del venerable siervo de Dios Fr. Pablo de Cádiz, predicador misionero capuchino, e hijo de esta provincia de la Inmaculada Concepción de N. Señora en los Reinos de Andalucía. Escrita por Fr. Isidoro de Sevilla, predicador, y cronista de la misma provincia, y la dedica a la Ilustrísima, Nobilísima, y muy Antigua Ciudad de Cádiz. En Cádiz en casa de Cristóbal Requena año de 1702”


LOS ROSARIOS PÚBLICOS


El Rosario Público consiste básicamente en exteriorizar el rezo comunitario del Santo Rosario que se realizada dentro de los templos para llevarlos a la calle. Aunque la génesis y conformación del fenómeno de los Rosarios Públicos es relacionada comúnmente con la ciudad de Sevilla y las predicaciones del dominico fray Pedro de Santa María de Ulloa en su convento de San Pablo, las investigaciones sobre el tema obligan a una clara precisión conceptual y a valorar la importancia también de Cádiz y en particular de la figura de fray Pablo de Cádiz en su primera difusión andaluza y en su regulación. Pero veamos el caso de Cádiz. La sociedad gaditana sufre grandes cambios en el siglo XVII. Tras el saqueo anglo-holandés de julio de 1596, nos encontramos ante una ciudad con gran actividad comercial, orientada por un lado al comercio de Indias y por otro, a las relaciones con comerciantes genoveses y napolitanos. En ese ambiente de prosperidad la ciudad vive momentos de esplendor que le hacen afrontar una notable expansión urbana que conlleva la ampliación del número de edificios religiosos y la llegada y establecimiento de órdenes religiosas ávidas de encontrar un lugar en una ciudad que era cabecera del comercio de Indias para poder así enviar misioneros a aquellas tierras. Debido a la escasez de espacio urbano que siempre Cádiz ha sufrido, este movimiento parece peligrar, encontrando las órdenes religiosas soluciones alternativas como el uso de ermitas y edificios abandonados. Este es el caso de los capuchinos, los cuales se hacen con una pequeña ermita dedicada a Santa Catalina en las proximidades de la caleta en el año 1639 para luego establecerse en su actual iglesia. En este ambiente histórico podemos encuadrar la presencia del capuchino gaditano de origen genovés fray Pablo de Cádiz. (1643-1694), el cual instituyó durante sus últimos años de vida y por iniciativa del obispo José de Barcia, numerosos rosarios públicos en Cádiz y su provincia. A fray Pablo le debemos además la definitiva configuración de los rosarios públicos en su formato actual con cruz, faroles y estandarte mariano. Ya hemos visto como el origen de los Rosarios Públicos se encuentra en las predicaciones de Ulloa. Sin embargo, este fenómeno necesitaba de ser regulado y es aquí donde el clero ve la necesidad de dar forma a esta devoción para que no se le escape de las manos. Así lo entendió perfectamente en 1691 el recién nombrado obispo de Cádiz, José de Barcia y el carismático misionero capuchino fray Pablo de Cádiz, auténtico conformador de estos Rosarios Públicos, tal y como siempre reivindicó su hermano de religión fray Isidoro de Sevilla, que desde 1693 y hasta su muerte colaboró con él en las Misiones.
Fuente: “ALJARANDA”, núm 59, diciembre 2005. Los Rosarios Públicos en Tarifa (I): 
La devoción al Rosario y los Rosarios Públicos. Francisco Espinosa de los Monteros Sánchez.

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