[CONTINUACIÓN del 3 marzo 2024]
«”CAPÍTULO I. ALGUNOS DATOS HISTÓRICOS.- RESTOS DE LA ALMADRABA DE ZAHARA: EL CASTILLO.- VIDA MISERABLE DE LOS <XAVEGUEROS>.- GASTOS Y GANANCIAS.
Fenicios, Romanos y Árabes hicieron famosas las almadrabas del sur de la península. La industria del atún, de tradición multisecular, fue entregada a don Alonso Pérez de Guzmán el Bueno [4], entre los privilegios y mercedes que le otorgó el rey don Sancho el Bravo en 1294 (1, nota del autor) [5]. El privilegio de armar almadrabas y pescar atunes se extendía desde el río Guadiana hasta Gibraltar; y desde allí, por toda la costa de Málaga y Granada. Los descendientes de Guzmán adquirieron posteriormente los títulos de Conde de Niebla y Duque de Medina Sidonia, siendo este segundo el que dio nombre, en el siglo XVI, a las almadrabas de Agua Amarga, Cabo de Gata, Balerma, Tarifa, Tuta, CONIL, Castilnovo y Zahara.
Zahara de los Atunes a vista de pájaro, 23 mayo 2013, Killeando. Fuente: Wikipedia, la enciclopedia libre.
La de Zahara ha sido siempre una de las mejores o la mejor. Bajo su denominación, se conocían también las de Castilnovo y CONIL, muy cercanas a ella. Aún hoy, visitando Zahara de los Atunes, pequeño pueblo de la costa gaditana, a que dió origen, pueden verse, un poco transformados por el tiempo y la necesidad de los hombres, los restos del castillo, arsenal, lonja y fábrica. El doctor Thebussem [6], aquel sabio ocurrente y castizo de pluma, que ilustró estos rincones provincianos con sus curiosas, suculentas y brillantes raciones de artículos, que tanto gustaban a don Marcelino Menéndez y Pelayo [7], se entretuvo en describir lo que permanecía en pie de aquella célebre almadraba, y su estado de abandono hacia la mitad del pasado siglo [XIX]: Al contemplar aquel inmenso palacio de más de quince mil metros de superficie, enclavado en el centro de una estéril playa limitada por el mar océano; al mirar los bancos de arena, que movidos a impulso del viento amenazan envolver y cubrir el edificio; al ver aquellos torreones carcomidos y aquellos muros, que trabajosamente mantienen en sus adarves algunas gallardas almenas, no puede resistir el viajero al deseo de penetrar en aquella casa. Allí se encuentran salones de bóveda destinados a guardar la sal para la preparación de atún; noques [8] para adobarlo; extensos palios, caballerizas, establos y almacenes; estancias capaces de contener más de treinta barcos destinados a la pesca; hornos, cocinas y talleres; torre del homenaje; sala de corte, dormitorios; oficinas de administración, de empleados y de capataces; capilla, campanario, y en fin, todas las dependencias necesarias para alojar a los magnates y a los trabajadores que allí pudieran concurrir (2, nota del autor).
Zara. Vista general del castillo. Fuente: “Catálogo de los monumentos históricos y artísticos de la provincia de Cádiz”, Tomos 5 y 6. Enrique Romero de Torres, entre mayo de 1907 y julio de 1908; publicado en 1934, Madrid, Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes.
Esta completísima reconstrucción del palacio del Duque no debe inducirnos a error en cuanto a las formas de vida de los jabegueros [9] o bribones que entraban a servir en las almadrabas. El P. Martín de Roa [10], muy cercano al tiempo que estudiamos, nos dice que a la sombra de esa fortaleza de Zahara había muchas casas de un suelo, cubiertas de bóveda para defensa del fuego que algunas veces habían pegado en ellas moros corsarios de África; que servían éstas de tabernas, de bodegones y otras tiendas de plaza y parte ocupaban los soldados de la guarnición que defendía la costa con sus correrías a caballo, y los mercaderes que de todo el Reino concurrían a comprar los atunes. Hacíanse también muchas enramadas o chozas, donde se recogían los jabegueros y gente común (3, nota del autor).
Zara. Puerta lateral del castillo. Fuente: “Catálogo de los monumentos históricos y artísticos de la provincia de Cádiz”, Tomos 5 y 6. Enrique Romero de Torres, entre mayo de 1907 y julio de 1908; publicado en 1934, Madrid, Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes.
Notas del autor:
(1) Adolfo de Castro, en su Historia de Cádiz y su Provincia, pág. 266 y el Doctor Thebussem, en un artículo sobre la probable estancia de Cervantes en las almadrabas de Zahara, incluido en su Segunda Ración de Artículos, páginas 199-224, y que citaré varias veces, atribuyen la concesión del privilegio a Sancho el Bravo, en el año 1.294. Sin embargo, en una alegación del primer tercio del siglo XVII acerca de los justos títulos de este privilegio, se atribuye a Fernando IV, el Emplazado: Manuscrito 9.372 de la Biblioteca Nacional.
(2) Art. citado, pág. 200.
(3) Roa, Martín de, Historia de la Provincia de Andalucía de la Compañía de Jesús, Manuscrito 331/23 de la Biblioteca Provincial y Universitaria de Sevilla, Lº 2º, cap. 6.
Lámina de Zahara de los Atunes y su almadraba, Anton van den Wyngaerde, 1.567. Fuente: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.
Notas del transcriptor:
[4] Alonso Pérez de Guzmán, Guzmán el Bueno. Señor de Sanlúcar (León, 24 enero 1.256 – Gaucín, Málaga, 19 noviembre 1309). Alcalde de Tarifa y fundador de la casa de Niebla. Su biografía AQUÍ. Fuente: Real Academia de la Historia.
[5] Sancho IV. El Bravo. (Sevilla, 12 mayo 1258 – Toledo, 25 abril 1295). Rey de Castillla y León. Su biografía AQUÍ. Fuente: Real Academia de la Historia.
[6] El doctor Thebussem (Medina Sidonia, 18 noviembre 1928 – Medina Sidonia, 11 febrero 1918).- Seudónimo de Mariano Pardo de Figueroa y de la Serna, escritor, cervantista y gastrónomo español. Fuente: Wikipedia, la enciclopedia libre. Biografía AQUÍ.
[7] Marcelino Menéndez y Pelayo (Santander, 3 noviembre 1856 – Santander, 19 mayo 1912). Escritor, filólogo, historiador, crítico literario y político. Fuente: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. Algo más AQUÍ.
[8] Noque.- Según la R.A.E., acepción 1. m. Pequeño estanque o pozuelo en que se ponen a curtir las pieles. // En nuestro caso es la pila o pileta donde se depositaban los trozos de atún para su salazón.
[9] Jabeguero, ra: 1. adj. Perteneciente o relativo a la jábega. 2. m. Pescador jábega. // Jábega: 1. f. Red de pesca de más de cien brazas de largo, compuesta de un copo y dos bandas, de las cuales se tierra desde tierra por medio de cabos muy largos. 2. f. Embarcación parecida al jabeque, pero más pequeña, que sirve para pescar. Fuente: Diccionario de la lengua española. // En la localidad es muy común el uso de las formas jabiguero y jábiga.
[10] El padre Martín de Roa Francés (Córdoba, ± 1.560 – Montilla, 5 abril 1.637). Anticuario y teólogo de la Compañía de Jesús. Fuente: Real Academia de la Historia. Un poco de su vida AQUÍ.
Fuente: “Los pícaros de Conil y Zahara: estudio histórico sobre los jesuitas y las almadrabas del duque de Medina Sidonia en la segunda mitad del siglo XVI”, Pablo Antón Solé; edición original en Cádiz, 1965; reedición Ayuntamiento Conil, 2009.
[CONTINUARÁ el 18 marzo 2024]
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