viernes, 10 de mayo de 2024

EN UNO DE LOS RINCONES DEL ARCHIVO PARROQUIAL DE CONIL: ALGUNAS DONACIONES DE MIGUEL CALDERÓN DE LA BARCA (1720).

De como, ante la inesperada muerte de su esposa, Ana Josefa de Pivival, en Madrid en enero de 1720, Miguel Calderón se desplaza a Cádiz con objeto de disponer convenientemente su herencia y legado. En este contexto temporal es cuando se redactan, ante escribano público, los dos documentos, que se van a transcribir, de donaciones, uno a la Parroquia de Santa Catalina, y el otro, al Convento de Nuestra Señora de las Virtudes. 

«DONACIÓN, DON MIGUEL CALDERÓN DE LA BARCA DEL REAL Y SUPREMO CONSEJO DE INDIAS A LA FÁBRICA DE LA PARROQUIA DE SANTA CATALINA DE ESTA VILLA. // En la Villa de Conil, Torre de Guzmán de la Frontera, en veinte y ocho días del mes de mayo de mil setecientos y veinte años, ante mí el escribano público del número mayor del Cabildo de esta dicha Villa, y de los testigos que han declarados, pareció estando en las casas de su morada el Señor Don Miguel Calderón de la Barca, natural de esta dicha Villa, que doy fe conozco, del Consejo de Su Majestad (que Dios guarde) y en el Real y Supremo de las Indias, y DIJO: hacía gracia y donación pura, buena, perfecta, irrevocable de las que el Derecho llama “inter vivos” de partes presentes, con renunciación que hacía de las Leyes que en este caso hablan de forma a la IGLESIA PARROQUIAL DE SEÑORA SANTA CATALINA de esta dicha Villa, a donde su Señoría fue bautizado, de las ALHAJAS DE PLATA LABRADA siguientes:

Inicio del primer instrumento notarial de donación, con la grata singularidad de una cuidada caligrafía que ha permitido una cómoda transcripción de su contenido. Fuente: A.H.P. Cádiz, Legajo 121 Conil (1716-1720), folio 34, del 28 mayo 1720, escribano Diego Márquez de Herrera. Fotografía: Rafael Coca López, 19 septiembre 2022. 

Primeramente. UN CÁLIZ (1), CON SU PATENA, VINAJERAS, PLATO Y CAMPANILLA, todo dorado. // DOS ATRILES, CRUZ DE ALTAR, LAS PALABRAS DE LA CONSAGRACIÓN, EVANGELIO DE SAN JUAN, EL SALMO DEL LAVADO, de plata blanca. // UNA LÁMPARA GRANDE PARA LA CAPILLA MAYOR DE DICHA IGLESIA. // CUATRO BLANDONES PARA EL ALTAR MAYOR. // DOS CIRIALES. = Todo lo cual de dicha plata blanca labrada, las que las dichas alhajas OFRECE Y DEDICA dicho señor otorgante para EL CULTO DIVINO, Y ORNATO DE DICHA IGLESIA PARROQUIAL DE ESTA VILLA, con calidad y expresa condición de que no puedan salir, ni extraerse de dicha Iglesia por préstamo, enajenación, permuta, ni en otra forma para otro uso alguno, y porque en caso de verificarse con la contravención, desde luego dicho Señor REVOCA LA REFERIDA DONACIÓN Y SUSTITUYE en ella al Muy Ilustre Dean y Cabildo de la Santa Iglesia Catedral de la Ciudad de Cádiz, Cabeza de este Obispado, para el uso del Culto Divino de ella. Todo lo cual, así quiere se ejecute, sin contravención alguna esta DONACIÓN QUE HACE CON TODAS LAS FUERZAS. FIRMEZAS, NECESARIAS PARA SU MAYOR VALIDACIÓN. = 

El cáliz de plata sobredorada, donado por Calderón de la Barca, Parroquia de Santa Catalina. Fuente: “Miguel Calderón de la Barca (1653-1720): biografía y aspectos artísticos”, p. 324; tesis doctoral Leticia García de Ceca Sánchez del Corral, Madrid, 2016. Universidad Complutense de Madrid, Facultad de Geografía e Historia. 

Y estando presentes así mismo ante mí dicho Señor y testigos los Licenciados Don Diego García Gil Moreno, Comisario del Santo Oficio y de la Santa Cruzada y Vicario de las Iglesias y Clero de esta Villa, y Don Francisco Jiménez, Cura de ellas, y Mayordomo de la fábrica de dicha Parroquia de ella, por sí, y en su nombre, DIJERON ACEPTABAN ESTA DONACIÓN PREINSERTA DE LAS REFERIDAS ALHAJAS QUE ESTÁ PRESENTES, y yo el escribano doy fe VERLAS ENTREGAR POR DICHO SEÑOR OTORGANTE Y RECIBIRLAS DICHOS VICARIO Y MAYORDOMO PRESENTES, Y DIJERON que se obligaban, y obligaron, y a los demás Vicarios y Mayordomos que fueren y les sucedieren en dichos empleos a guardar, cumplir y que se guardará y cumplirá la preinserta condición, para cuyo efecto, y que siempre conste de ella ASENTARON ESTA DONACIÓN EN EL LIBRO DE FÁBRICA de dicha Iglesia Parroquial para que se tenga presente y de la existencia de dichas alhajas a el tiempo de las VISITAS que se hicieren, que al cumplirse así, se obligan sus bienes de dicha fábrica, presentes y futuros, y dando poder cumplido a las Justicias y Jueces de su Majestad, y que de sus causas se conozcan, para que a todo lo referido, por lo que a cada parte toca se les apremie a su cumplimiento, según la forma ordinaria, renunciando las Leyes, Fueros y Derechos de su favor con la general de todas, y los otros Vicario y Cura por ser Presbíteros renunciaron el Capítulo de Eduardus Juan depenis de absolusionibus, con todo su tratado, y así LO OTORGARON Y FIRMARON, siendo testigos Don Juan Carlos de Dorronsoro (2)Don Francisco Fernández Ternero, Abogados de los Reales Consejos, Don Amador José García Bureba, presbítero, y Don Pedro de la Peña, vecinos de esta dicha Villa. Doy fe. = [Aparecen las firmas y rúbricas de:] Miguel Calderón de la BarcaDiego García Gil Moreno, Vicario, Francisco Jiménez Ternero, Mayordomo de fábrica, y, ante mí, Diego Márquez de Herrera, escribano público de número y mayor del Cabildo.» 

Final del primer documento de donación, donde constan las firmas y rúbricas de los protagonistas: otorgante, vicario, mayordomo y escribano. Fuente: A.H.P. Cádiz, Legajo 121 Conil (1716-1720), folio 35, del 28 mayo 1720, escribano Diego Márquez de Herrera. Fotografía: Rafael Coca López, 19 septiembre 2022.

«DONACIÓN, DON MIGUEL CALDERÓN DE LA BARCA DEL REAL Y SUPREMO CONSEJO DE INDIAS AL CONVENTO DE NUESTRA SEÑORA DE LAS VIRTUDES. // … en la misma fecha que el anterior documento, el mismo otorgante … HACÍA, Y HIZO GRACIA Y DONACIÓN, PURA, BUENA, PERFECTA, IRREVOCABLE QUE EL DERECHO LLAMA “INTER VIVOS” en toda forma al CONVENTO DE NUESTRA SEÑORA DE LAS VIRTUDES de ella, Sagrada Religión de Mínimos de San Francisco de Paula de CUATRO BLANDOCILLOS DE PLATA LABRADA para que sirvan en el altar al CULTO DE NUESTRA SEÑORA con expresa prohibición de enajenación, ni de extraerlos del referido uso para otras partes, porque en caso de contravenirse a esta condición, dicho señor desde luego REVOCA ESTA DONACIÓN, y la sustituye en la fábrica de la Iglesia Parroquial de Santa Catalina de esta Villa, para el uso del Culto Divino, con la misma prohibición. = Y estando presente el Muy Reverendo Padre Fray Alonso Gutiérrez Gaviña, Predicador Jubilado y Corrector actual de dicho Convento, que doy fe conozco, DIJO que por sí y en nombre del dicho su Convento y de los demás correctores que le sucedieren, y Religiosos de él ACEPTABA, y aceptó, esta donación con la preinserta condición, obligándose como se obligaba a que se cumpliría y apuntarla y asentarla en el LIBRO PROTOCOLO de dicho su Convento, para que siempre conste en sus visitas , obligando, como obligaba, los bienes de dicho Convento, presentes y futuros, y al cumplimiento de esta donación, con poderío … Así lo OTORGARON y FIRMARON, siendo testigos Don Cristóbal Moreno MorejónDon Juan Carlos Dorronsoro y Don Francisco Fernández Ternero, Abogados de los Reales Consejos, vecinos de esta Villa, doy fe. = [Aparecen las firmas y rúbricas de:] Miguel Calderón de la BarcaFray Alonso Gutiérrez Gaviña, y, ante mí, Diego Márquez de Herrera, escribano público de número y mayor del Cabildo.» 

Una de las fotografías más antigua encontrada de Conil, 1915, cuando todavía se dedicaba al culto la parroquia de Santa Catalina. Fuente: “Conil en la Memoria”, p. 35, 2004; con el siguiente pie: Plaza de Santa Catalina. Esta imagen recoge un momento de la celebración del <Día del Árbol>. Colección particular José Sánchez

Fuente: Archivo Histórico Provincial de Cádiz, Legajo 121 Conil (1716-1720), folios 34, 35 y 36, del 28 mayo 1720, escribano Diego Márquez de Herrera; transcripción libre de Rafael Coca López, con la ayuda de las anotaciones de Antonio Martínez Cordero, apuntadas en una de las fichas depositadas en el Archivo Parroquial de Conil. Agradecimiento: Yelman F. Bustamante Solórzano, párroco de Santa Catalina de Alejandría. 

Notas:

(1) De este juego únicamente estamos ciertos de poder reconocer un cáliz, que ha perdido su patena, y que ostenta por partida doble el punzón de la ciudad de México en la base. Ambas impresiones son parciales, pero en ellas se reconoce sin lugar a dudas la marca de localidad de la capital novohispana: una cabeza de Hércules de perfil izquierdo sobre la letra M, entre columnas y baja corona. No muestra marcas ni del artífice ni del marcador. Se trata de un magnífico ejemplar, notable por su belleza y calidad artística. Sus medidas: 26 cms. de altura, 17 cms. de diámetro de base y 9 cms. de boca. El desconocido artífice ha distribuido y equilibrado los cuerpos de forma magistral, lo que revela un gran dominio técnico. La exuberancia ornamental es propia del barroco mexicano en la transición del siglo XVII al XVIII. En el basamento, circular y escalonado, los bordes verticales del primer y tercer escalón contrastan con el abombamiento del segundo, que nace estrangulado. En él descubrimos superpuestas cuatro cabezas de querubes, que se alternan rítmicamente con adornos geométricos, cincelados de medio relieve, mientras que los espacios libres se han cubierto con punteado de motivos fitomorfos. El astil de tipo balaustral se articula a partir de cuerpos cilíndricos y ovoides, y presenta una variación de superficies lisas, cinceladas y punteadas, Como en el pie, en uno de los nudos sobresalen cuatro cabezas aladas, casi de bulto redondo. Destaca la decoración vegetal superpuesta y calada en la moldura superior, como también caladas están las grandes hojas de acanto de la subcopa. La copa, ligeramente acampanada, está partida a la mitad por un doble baquetón saliente. El cuidado manejo de las proporciones, la lograda calidad formal y ornamental, convierten este cáliz en una muestra singular del excelso arte de la platería practicado en los talleres novohispanos.” Fuente: “Miguel Calderón de la Barca (1653-1720): biografía y aspectos artísticos”, pp. 214-215; tesis doctoral Leticia García de Ceca Sánchez del Corral, Madrid, 2016. Universidad Complutense de Madrid, Facultad de Geografía e Historia.

(2) Era sobrino de Miguel Calderón de la Barca.

(3Nieto de Cristóbal García Morejón, que a su vez era primo por vía materna de Miguel Calderón de la Barca.  

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