miércoles, 17 de abril de 2024

CONIL DURANTE LA OCUPACIÓN FRANCESA (1810-1812), 1.

La colaboración de un sector de la población con las tropas invasoras, a lo largo de los algo más de dos años que duraron las acciones bélicas, dio lugar a que una vez retiradas éstas, se iniciara un proceso de depuración de responsabilidades, donde se ven inculpados, además del corregidor José Moreno Pacheco, los regidores Manuel y Francisco RamírezAntonio Borrego y Juan Muñoz, sin librarse tampoco el escribano Fernando Pantoja. Como testigo documental de todo este proceso, en el Juzgado de Paz de de esta Villa, se encuentra celosamente custodiado el conocido Legajo 281, que hace dos décadas fue transcrito en su totalidad, gracias a la colaboración de su titular, Francisco González Ureba, y el trabajo de Jaime Aragón GómezAna Souto Rodríguez y Jorge Paz Pasamar, dando lugar a la edición, por parte del Ayuntamiento, de un valioso libro para la historia local, adobado con unos interesantes comentarios lingüísticos y sobre la administración judicial de la época. 

[Ambientación] Iglesia de Santa Catalina, sobre 1919, ubicada en la plaza del mismo nombre, donde tiene lugar los hechos que narra una testigo. Fuente: “Conil en la Memoria”, p. 32, 2004; colección particular Juan Carlos Almazo

Para conocer la forma de ser del Corregidor, se reproduce la declaración de María de Mesa, mujer de Pedro Carrillo:

« En Chiclana en el propio día, mes y año [20 noviembre 1812] el referido Señor Alcalde [lo era Don Manuel de Alonso] hizo comparecer ante sí a María de Mesa que así dijo llamarse, y ser mujer legítima de Pedro Cantillo, naturales uno y otro de la villa de Conil y que hace ocho años a corta diferencia que residen en este pueblo, de la cual recibió juramento que hizo por Dios nuestro Señor y su Santa Cruz según derecho ofreciendo en cargo de él decir verdad y siendo preguntada según se exhorta en el requisitorio precedente y por la cita que en la declaración en él inserta se le hace, EXPUSO que lo que puede manifestar sobre el particular es que ESTANDO SIRVIENDO CON SU MARIDO EN LA CITADA VILLA DE CONIL en primero de septiembre de este año [1812] el referido vino a ésta y de vuelta condujo con su bestia a un montañés a la expresada de Conil, a la que habiendo llegado según tiene noticia, lo acompañó a que fuese a refrendar el pasaporte con cuyo motivo ENCONTRÓ EN LA PLAZA a Fernando de Mera, vecino de dicha villa de Conil, embriagado y tuvo algunas razones con el mismo montañés a quien no conoce la declarante, y con su marido, de cuyas resultas el citado Mera vino a buscar a éste a la casa de la declarante AMENAZANDO QUE LO IBA A MATAR EN EL MISMO DÍA y la testigo asustada fue a dar la queja a Don José Moreno Pacheco Corregidor que era de la enunciada villa de Conil, PIDIENDO SUJETASE al recordado Mera para evitar una desazón; y la despidió diciéndole que SI IBA A BUSCAR A SU MARIDO OTRA VEZ, COGIERA UN PORRO Y LE DIERA EN LA CABEZA, PARA DESPERTARLO DE LA BORRACHERA, con otras expresiones de esta manera. 

[Ambientación] Plaza de Santa Catalina, fechada en 1982 y perteneciente a la Colección de Juan BermúdezScard Bermos. ¿Estaría localizada la mencionada Casa de Martínez detrás de la Torre de Guzmán?. 

Y habiendo sabido la declarante de vuelta a su casa que el Fernando Mera, estuvo otras veces buscando en ella a su marido, fue a ver a dicho Corregidor y LE DIO LA QUEJA, estando en la Casa de Martínez, en la Plaza de la expresada villa de Conil, de que no hizo caso el citado Corregidor, respondiéndole que A BIEN QUE NO BUSCABA A NINGUNA MOCITA DONCELLA; QUE ERAN BORRACHERAS Y SE QUITARÍAN DURMIENDO; y aunque la declarante le hizo varias reconvenciones sobre el particular, LAS DESPRECIÓ, y por último la despidió diciéndole: “ANDA A LA MIERDA. NO NOS CALIENTES LA CABEZA QUE DEMASIADO CALIENTE LA TENEMOS, PUES TODO ESO ES ALBOROTO DE MUJERES”; a cuyas razones respondió la testigo, que para Corregidor tenía unos términos particulares, y ya saliendo por la puerta de la calle de la nominada casa, volvió la declarante a decir que para Corregidor TENÍA UNOS TÉRMINOS MUY COCHINOS, por lo que irritado éste, salió detrás de ella precipitadamente, y sin verlo por detrás le dio un empujón con el bastón, QUE LA HIZO CAER EN EL SUELO, de cuyo golpe se lastimó la muñeca derecha que aún hoy no la tiene buena; y sin embargo, después quería el referido Corregidor DARLE CON LA MANO ALGUNOS GOLPES, diciéndole DESVERGONZADA y otras expresiones de esta naturaleza, pero no llegó el caso de cargarle golpe alguno porque se contuvo a las voces que dio tío Pedro el Cojo, remendón en dicha Plaza, a cuya puerta cayó la declarante, que fue quien la levantó del suelo y la ayudó a ponerle en buen estado la mano, el cual le dijo a voces, “¿SEÑOR CORREGIDOR, QUÉ VA USTED A HACER?”. Y enseguida, quedándose la cosa en aquel estado, la testigo se vino a su casa. Qué es lo que puede decir en razón de lo que se le ha preguntado, y la verdad en cargo del juramento que interpuesto tiene en que se afirmó. No firma porque dice no sabía y que es de edad de cuarenta años. Fírmalo dicho Señor Alcalde y yo, el Escribano. Doy Fe. Lo firman: AlonsoFrancisco de Paula Valdovino.» 

[Ambientación] Vista parcial de la Plaza de Santa Catalina. Enfrente, antigua sede del Ayuntamiento, donde aquel montañés mencionado iría a refrendar su pasaporte. Fotografía de 2012, de Juan BermúdezScard Bermos

Fuente: “Conil durante la ocupación francesa”, pp. 178-179, Jaime Aragón GómezAna Souto Rodríguez y Jorge Paz Pasamar; Excmo. Ayuntamiento de Conil de la Frontera, 2004.  

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