Se transcribe, a continuación, el capítulo dedicado a los jesuitas del libro de Antonio Santos García y Francisco Velázquez Gaztelu, "Los pueblos de la provincia de Cádiz: Conil de la Frontera”; temática de la que se habla mucho y de la que, también, hay bastante información en la red. No habría excusa si no se menciona la obra de Pablo Antón Solé (1), “Los pícaros de Conil y Zahara”, feliz y oportunamente reeditada por el Ayuntamiento de Antonio Roldán Muñoz y Pepa Amado, en 2009, coincidente con el inicio de las obras de restauración de la Chanca. Antón Solé subtitula su libro como “Estudio histórico sobre los jesuitas y las almadrabas del duque de Medina Sidonia en la segunda mitad del siglo XVI”. Aunque aquella reedición alcanzó los 1000 ejemplares, seguro que, para la persona interesada, podrá conseguir uno; e incluso, con tesón, alguno de la primera edición de 1965. ¡MERECE LA PENA!.
Azulejo del grabado de Hoefnagel. Fuente: “historiacocina punto com”.
“...Para que quede completo este cuadro social [se refieren los autores al repertorio de tipos que bullían en las almadrabas] no ha de faltar en él los jesuitas y sus correrías apostólicas. Su presencia en las almadrabas fue debida a las gestiones de la «religiosa condesa de Niebla» quien, en palabras del padre Santibáñez (2), juzgó que para mejorar las costumbres en las almadrabas «ningún otro remedio había tan eficaz, como llevarles algunos de la Compañía [de Jesús] por el tiempo que durase la pesquería, para que con su prudencia, santa conversación y doctrina hiciesen estar a raya los más atrevidos; a las más demasías pusiesen freno y remediasen la perdición y ruina de las almas».
Fragmento de la almadraba de Cádiz, detalle pesca del atún. Civitates Orbis Terrarum, s. XVI. Braun Georg y Hogemberg Fran. Fuente: “alamy punto com”.
- SUS MISIONES EN LAS ALMADRABAS.-La primera data de 1557 ó 1558, en que fueron «a las almadrabas de Conil los padres Diego López i Gregorio de Mata durante los meses de mayo i junio». Para atraerse a «aquella canalla no domesticada», ayudaban a los pescadores en sus tareas tirando de las redes junto «aquel esquadron que se dize xavega (y) dieronse con todo esto tan buena maña en tratarlos y atraerlos, que, en fin, con el sufrimiento los vencieron, quebrantando su orgullo, hasta que los domesticaron y allanaron … Introdujeron como principal fundamento el uso de confesarse y recibir el Santisimo Sacramento … Procuraron desterrar de aquella confusion o republica xaveguera el abuso tan introducido como comun de juramentos y blasfemias … Cerraron la casa publica, ahuyentando aquellas harpias … (y), en ratos de ocio los juntaban como campanillas y les enseñaban la doctrina cristiana y como avian de rezar el rosario … (Además de) remediar cuanto les era posible sus necesidades, cuidando de su cura en las enfermedades; pacificandoles en sus desabrimientos y bregas». La misión, al parecer, fue todo un éxito, y «vino la almadraba de Conil a ser golosina de el zelo apostolico» de muchos padres de la Compañía, que pedían en gran número ser enviados a estas misiones – según nos cuenta el historiador de la Compañía, padre Santibáñez.
Fragmento de Civitates Orbis Terrarum, Cádiz, s. XVI, detalle comercio en el puerto. Braun Georg y Hogemberg Fran. Fuente: “alamy punto com”.
Todas las misiones que hubo en lo sucesivo perseguían idénticos objetivos: enseñanza de la DOCTRINA CRISTIANA, práctica de la CONFESIÓN (en la que parece tuvieron mucho éxito), lucha contra la PROSTITUCIÓN, etc. Entre los jesuitas que se aficionaron más a estas misiones destaca el padre León, que entre 1582 y comienzos del siglo XVII, fue en seis o siete ocasiones a las almadrabas de Conil y Zahara.
- SUS SERVICIOS AL DUQUE.- Aparte de su vertiente apostólica, las misiones de los jesuitas en las almadrabas del duque, y en concreto las del padre León, tienen otra vertiente de gran interés: se trata de los servicios prestados a los duques como mediadores en conflictos y motines, y su papel de coadyuvadores a la implantación del orden ducal en las pesquerías, lo cual nos lo dice el propio padre León con estas palabras: «como toda la mayor parte de aquella gente es inquieta, forajidos, matadores y desalmados, cada día se mataban y herían unos a otros; y después que allí van los Nuestros está todo muy quieto porque nosotros eramos los medianeros, los jueces y los letrados, y haciéndonos amigos suyos, hacíamos de ellos cuanto queríamos».
Portada del libro “Sevilla y la expulsión de los jesuitas de 1767”, Francisco de Borja Medina Rojas, S.J. y Wenceslao Soto Artuñedo, S.J. [Ambientación].
El 1582, nos cuenta el padre León que estaban enemistados armadores y remendadores de redes porque «uno de los armadores le dijo una palabra de injuria» a uno de los remendadores: «Andaban los de Poniente la barba sobre el hombro y el ojo alerta, y mucho más la gente de palacio y criados del duque, buscando medios y remedios para sosegarlos», pues pensaban los de Levante «pegarles fuego una noche y quemarlos vivos en sus chozas» a los de Poniente. El duque temía que ocurriese una desgracia que le echara a perder la pesquería de aquel año. Entonces intervino como mediador el padre León, gran conocedor del código de honor de estas gentes por su experiencia en la Cárcel Real de Sevilla, solucionando con maña y astucia el conflicto. Aquel año la renta de las pesquerías ascendió a 88.000 ducados. El duque, agradecido, recompensó el servicio prestado volviendo a dar a la Compañía «la limosna de diez y ocho barriles quintaleños de atún, que nos habían mandado años había y los había quitado», además de hacerle dos importantes donaciones en Sevilla, una de ellas valorada en 3.000 ducados.
Fragmento de la almadraba de Cádiz, detalle quema de espinas. Civitates Orbis Terrarum, s. XVI. Braun Georg y Hogemberg Fran. Fuente: “alamy punto com”.
Pero no fue este el único servicio que hizo el padre León a la Casa Ducal. En 1599, a instancia del duque, acompañó a un ejecutor a Tarifa para hacer cumplir una sentencia en beneficio del duque. Otro año hizo volver a las pesquerías a los de Levante, que se habían amotinado y subido a la sierra «de que resultaba gran pérdida a la hacienda del duque, porque no habiendo quien hale de las redes, se van los atunes y se pierden». También colaboraban con los justicias del duque para expulsar de las almadrabas a gente peligrosas, etc.
Fragmento de la almadraba de Cádiz, detalle cocinando a la brasa y ahumando. Civitates Orbis Terrarum, s. XVI. Braun Georg y Hogemberg Fran. Fuente: “alamy punto com”.
En resumen, los servicios prestados por los jesuitas en las almadrabas no fueron sólo de asistencia espiritual a los pescadores, la mayoría de los cuales, por lo demás, apenas idos los jesuitas volvían a sus antiguas costumbres, sino que también prestaron a los duques muy importantes servicios de orden material, gracias al ascendiente que tenía sobre muchos pescadores, contribuyendo – junto a los justicias – al mantenimiento de la ley y el orden ducal, garantía del buen funcionamiento de estas pesquerías. Esto era reconocido por los duques, que no cesaron de recompensar y fomentar estas «misiones», como una inversión más en este negocio fácil y fructífero de las almadrabas.”
Pesca del atún de Cádiz. Pintado. Grabado de la obra Civitates Orbis Terrarum, s. XVI. George Braun y Fran Hogemberg. Fuente: “alamy punto com”.
(1) Pablo Antón Solé (Cádiz, 1935 - 2012), Sacerdote y Licenciado en Filosofía y Letras. AQUÍ una pequeña referencia biográfica.
(2) Juan de Santibáñez (Granada, 1582 – 1650), predicador jesuita, S.I. e historiador. AQUÍ su biografía.
*** Fuente: “Los pueblos de la provincia de Cádiz: CONIL DE LA FRONTERA”, pp. 72-74, Antonio Santos García y Francisco Velázquez-Gaztelu. Diputación de Cádiz, 1988.
Interesante vídeo:
Wenceslao Soto Artuñedo (S.I.) // PONENCIA "LOS JESUITAS EN LAS ALMADRABAS DE ZAHARA". // IV JORNADAS CERVANTINAS DE ZAHARA DE LOS ATUNES. ABRIL 2022.
No hay comentarios:
Publicar un comentario