De como una chica que, hasta los catorce años, veraneaba habitualmente con su familia en CONIL, allá por los años sesenta y setenta del siglo pasado, estando trabajando, ya adulta, como documentalista en el Archivo General de Indias en Sevilla (AGI), junto a otra Licenciada en Historia, encuentran un papel con la siguiente anotación: “Juan Basallote, vecino de CONIL, preso en Cádiz por robo en el naufragio del SOBERBIO”. Esta casualidad y las relaciones personales con esta Villa y ese apellido, les hizo remover legajos en busca de más información, fruto de ello es el artículo que en varias entradas se va a transcribir en este blog, contando con la debida autorización.
El navío naufragado en la playa de La Barrosa nació como mercante en 1738, originalmente llamado “San Francisco de Asís”, propiedad del mercader gaditano Guillermo Terry y Ronan, que sin ser estrenado como tal fue incorporado a la Armada por la Corona Española, reinando Felipe V, al declararse una guerra contra Gran Bretaña.
La tragedia del naufragio se plasmaba con toda nitidez y crudeza en cuantos documentos consultaban, dominando el robo de los restos llegados a la playa por los vecinos de los pueblos cercanos, como CONIL y Chiclana. Así recordaron lo oído tiempo atrás a la anciana conileña María Basallote que contaba “… como, cuando llegaba noticias de un naufragio, los vecinos corrían a la costa, envueltos en manta para ocultarse en la noche y poder saquear entre los restos …”.
[VIENE del 28 de julio]
Nota: Todo el texto escrito en letra cursiva, itálica o bastardilla, se corresponde a la transcripción original del artículo. Las imágenes han sido seleccionadas por el transcriptor, con indicación de la fuente y autoría siempre que ésta haya sido posible identificar.
«PRIMER Y ÚNICO VIAJE A INDIAS.
Como compensación a los servicios prestados en la Armada, don Guillermo Terry exigió que se le concediera licencia para navegar a Nueva España en la primera ocasión que se ofreciera, pues quería ser de los primeros en salir tras varios años de tráfico interrumpido a causa de la guerra. El 19 de septiembre de 1749 es admitido para hacer la ruta a Veracruz, haciéndose a la vela el 12 de octubre del año siguiente (7) cargado de hierro, acero, alambre, telas variadas, cera, papel, vino, aguardiente, aceite, vinagre y cajones de libros (8). En el puerto mexicano fondea tres meses, se le reparan los desperfectos causados en el viaje y carga para España los efectos siguientes:
Carraca pintada por Rafael Monleón. Museo Naval de Madrid. Fuente: Museo Carrera de Indias, MUCAIN.
— Del rey: 1.784 planchas de cobre (peso total de 1.012 quintales= 46.552 kgs), 33 zurrones de cacao y un cajoncito de monedas.
— De particulares: 1.133.134 pesos fuertes en plata acuñada, 11 cajones de plata labrada (objetos religiosos, de ajuar doméstico, alhajas, etc.), 13.760 pesos en oro acuñado, 19 onzas de oro labrado, 242 zurrones de grana fina, 249 zurrones de añil, 71.540 mazos de vainillas, 5 cajones de azúcar, 5.470 quintales de palo de Campeche, 124 tercios de purga de Jalapa, 5 zurrones de cacao de Soconusco, 4 cajones de chocolate, 16 cajones de jarros de Guadalajara, 4 cajones de polvillo de Oaxaca, 1 cajón de purga de Michoacán, 2 cajones de géneros de botica, 13 petacas de cascarilla, 3 cajones de regalos, 193 cueros curtidos y 350 cueros al pelo (9).
Éste era el registro oficial; pero, como ya sabemos, y era en la época cosa pública y notoria, todas las embarcaciones transportaban una carga ilegal sin registrar que se escondía en los vericuetos más insospechados. Como ejemplo sirva la declaración de un vecino de Ayamonte, que confesó haber cargado un cajón con un compartimento oculto y que describía de esta manera tan gráfica:
“Islas del Rey”. Autor: Carlos Parrila Penagos. Fuente: Museo Carrera de Indias, MUCAIN.
“Pertenece a Manuel Ortiz, vecino de Ayamonte.” Es de vara y media de largo poco más o menos, está forrado en cuero de caballo, tiene bisagras de hierro, tiene cerradura francesa metida dentro del cuero, cuya llave tiene en su poder el contramaestre. En una cabeza de las dos pequeñas tiene una marca de crudo que dice “Ortiz de Dios” y debajo de ella “Nº 2”, cuya marca está clavada con clavos. En la tapa del dicho baúl, por dentro, tiene pegadas dos estampas con dos imágenes de la Virgen. Dentro del dicho baúl traía: dos sombreros blancos, uno con cintillo de tela; un cabo de sarasa fina envuelto en un cotencio [1]; un capote con forros azules y listón de China por abajo; dos capotes sin forro; unos calzones azules de tripe [2] con charreteras y ojales de plata; dos pares de calzones de diable manfort [¿?] negros; tres chupas blancas; distintas piezas de ropa blanca y de color; una chupa de paño azul con botones del mismo paño; 13 cucharas y 12 tenedores de plata; dos hachuelas de plata, una con pie con peso de 16 onzas, y la otra con peso de 12; un par de hebillas de zapatos y otro par de charreteras de plata; 5 cajas de plata para tabaco de distintas hechuras, en la una dos doblones y llena de reales y medios reales, y en la otra un relicario y una tumbaga [3]; otro par de hebillas; 7 rosarios de magnificat engarzados en plata y tres atados de rosarios de magnificat; varias cartas para personas de Ayamonte, y dentro de ellas varios socorros.
Dicho baúl trae dos tablas en el fondo, entre las cuales y embutidos en las tablas de los costados y de las cabezas y escorados con cera 112 doblones de a 20 pesos de 128 cuartos de España. Un cuchillo de camino con otro de plata y guarnición de lo mismo, y alguna otra ropa que no tiene presente perteneciente a Juan Alonso Romero, vecino de Ayamonte, que vino en dicho navío.” (10).
Galeón español del s. XVII. Autor: Rafael Monleón. Museo Naval de Madrid. Fuente: Museo Carrera de Indias, MUCAIN.
Es reseñable la inventiva para defraudar a la Real Hacienda. No en vano los españoles que comerciaban con América llevaban siglos experimentando toda clase de trucos para sortear los controles de los oficiales reales, como este sistema de fijar con cera las monedas a las paredes del cajón, para que no hicieran ruido con el movimiento. Este oro tan ingeniosamente oculto sumaba 2.240 pesos. El total registrado en el “SOBERBIO” montaba 13.760 pesos, lo que nos puede dar una idea del volumen de carga valiosa que no pasó por registro, escondida en otros baúles, cajones y zurrones.
Según declaró el contramaestre del “SOBERBIO”, Diego Bicheron, a bordo viajaban 224 personas, aunque disponemos de otras informaciones que hacen variar este número. En principio había 125 tripulantes y 86 pasajeros, dividiéndose la tripulación en 18 oficiales, 36 marineros, 52 mozos o grumetes, 9 pajes y 10 personas para la cocina. Entre los calificados como pasajeros es donde los datos se muestran más inconcretos: de primera clase se registraron 11 ó 12, y entre ellos, sólo una mujer, a los que se añadían cuatro criados. Además, se contaron unos 58 de segunda clase, cuyos nombres no se registraron, y cuatro presos que se remitían a España (un francés, un irlandés y dos de El Puerto de Santa María). Posteriormente se averiguó que se habían introducido como polizones ocho hombres más. No obstante, en el listado oficial se consignaron 210 ó 211, según las diversas fuentes, de manera que faltan unos trece para completar el total anterior de 224. Quizá pertenezcan a la nebulosa de pasajeros de segunda clase, cuyos nombres jamás se supieron (11).
El “SOBERBIO” levó anclas en Veracruz el 23 de agosto de 1751, aunque problemas con la arboladura lo obligaron a regresar días después. Las reparaciones se prolongaron durante un par de meses. Volvió a zarpar, llegando el 24 de noviembre a La Habana, de donde salió definitivamente para España el 11 de diciembre, avistando el cabo de San Vicente el 31 de enero del año siguiente (12). »
Plano del galeón “Nuestra Señora de la Mar”, que naufragó en el golfo de la Bermuda. Archivo General de Indias, Sevilla. Fuente: “historia.nationalgeographic.com punto es”, Guadalupe Fernández Morente, 14 marzo 2024.
Notas de las autoras:
(7) AGI, Consulados, 326 y México, 2980.
(8) AGI, Contratación, 1526.
(9) AGI, Contratación, 2533.
(10) Nota de un baúl perteneciente a Manuel Ortiz, viajero del “SOBERBIO”, sin fecha. AGI, Contratación, 5159
(11) AGI, Consulados, 864.
(12) AGI, Contratación, 4935.
Notas del transcriptor:
[1] Cotencio.- Tela de pita, yute o cáñamo de tejido burdo. Fuente: Asociación de Academias de la Lengua Española, ASALE.
[2] Tripe.- Tejido de lana o esparto parecido al terciopelo, que se usa principalmente en la confección de alfombras. Fuente: Diccionario de la lengua española, RAE.
[3] Tumbaga.- 1) liga metálica muy quebradiza, compuesta de oro y de igual o menor cantidad de cobre, que se emplea en joyería. 2) Sortija hecha de tumbaga. Fuente: Diccionario de la lengua española, RAE.
Fuente: “El SOBERBIO. Naufragio y rescate de un navío en el siglo XVIII”, por Genoveva Enríquez Macías (Universidad de Sevilla) y Victoria Stapells Johnson (Universidad de Ottawa, Canadá). Revista de Historia Naval; Instituto de Historia y Cultura Naval Armada Española; N.º 93, Año XXIV, 2006, pp. 33-56. // Tesis doctoral: “Guillermo Terry, armador en Cádiz y su navío SOBERBIO. Guerra y comercio en la primera mitad del siglo XVIII”. Autora, Genoveva Enríquez Macías, Director-Tutor, Pablo Emilio Pérez-Mallaína Bueno. Universidad de Sevilla, febrero 2023.
[CONTINUARÁ el próximo 11 de agosto]
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