lunes, 19 de octubre de 2020

CONIL Y LA RAPIÑA EN UN NAUFRAGIO, primera parte (1842).

Lamentable comportamiento de un numerosísimo grupo de moradores de CONIL, que asaltaron al bergantín embarrancado en su playa, como consecuencia de la atroz tormenta de esos días. El nombre del barco, “Nuevo Desengaño”, parecía premonitorio de lo que iba a suceder, como un acto vergonzoso que perjudicaría gravemente el buen nombre de la villa.

Este relato viene a cuento de un pasaje que leí durante el confinamiento del COVID-19, el pasado 18 de abril, en el libro sobre CONIL de Juan José Poblador: “ Cuando llegué a Conil por el año 1964, oí hablar del <barco del arroz> y del <barco de las tablas>. Alguien me contó, medio en broma, medio en serio, la vieja costumbre de pasear por la playa, de noche, un gran farol sobre un burro cojo que simulaba el movimiento de un barco en la mar, de tal forma que los que navegaban por el estrecho se acercaban a la costa y encallaban en las rocas, en la laja o en los bancos de arena, para después apoderarse o comprar a la rebaja el cargamento … He aquí lo que escribía el doctor Thebussem a mediados del siglo pasado: <<>aún cuando desde la época de López de Ayala hasta la nuestra se ha dulcificado las costumbres de este pueblo, cuentan (la verdad en su lugar) que aún hoy suelen los de Conil poner de noche luces en su peligrosa costa para engañar y atraer a los navegantes, apoderándose luego a viva fuerza del cargamento de los buques, que fijamente zozobraban en aquellos sitios. Y añaden que juzgan el botín tan de su propiedad que a grandes voces imploran el valor del cielo para que las naves se estrellen, poniendo por mediadora de la súplica a la Santísima Virgen, a la cual se dirigen diciendo: ¡Madre mía, que dé en la laja; Madre mía!>>.”
Fuente: “CONIL DE LA FRONTERA: boceto para una historia”, 1983. Juan José Poblador.


 Fuente: “El Corresponsal”, núm. 1251, del lunes 7de noviembre de 1842.

Barco varado tras el río Salado, sin más referencias que la fecha, 1945. Imagen: Juan Bermúdez.

 Fuente: “El Corresponsal”, núm. 1251, del lunes 7de noviembre de 1842.

TRANSCRIPCIÓN LITERAL:

Nuestro deber de escritores públicos nos obliga hoy á denunciar un hecho altamente escandaloso y criminal, un acontecimiento que viene á comprovar, como otros muchos que diariamente se repiten en el pais, el estado de anarquía moral y material á que han llegado los pueblos de esta desgraciada nacion.
A continuacion pueden ver nuestros lectores la carta que nos ha dirigido nuestro corresponsal de CONIL, refiriendo la escena vergonzosa que acaba de tener lugar en dicha población. Una parte considerable de sus moradores precedida de varios hombres para quienes el honor y la delicadeza, la religión y la humanidad son nombres desconocidos, acometió la tarde del 29 de octubre último, al bergantin español Nuevo Desengaño, naufragado en aquella costa la mañana del mismo día, y cargado con mil cuatrocientos tres sacos de harina. Los amotinados y sus gefes atropellaron al resguardo de carabineros que custodiaba la embarcacion y entraron en ella á saco sin cuidarse de las reconvenciones que les hacia el alcalde primero constitucional que habia acudido al lugar de la revuelta deseoso de evitar aquel escándalo. Sus intenciones quedaron sin embargo tan ilusorias, como sus providencias, ante la voluntad omnipotente de aquellos usurpadores de la propiedad agena. Todo fué presa de su rapiña y de su criminal avaricia.
Nuestro apreciable corresponsal nos disimulará la reserva que hacemos de algunas palabras de su carta, no porque dejemos de creerlas, sino por respeto á la posicion que ocupan las personas á quienes esas palabras se refieren. En vez de tomar parte en ese punible atentado, en ese robo, debieron ser las primeras dispuestas á evitarlo y á secundar las determinaciones del alcalde.
De esperar es que el señor juez del partido de Chiclana, no descansará un instante hasta conseguir la averiguación de los principales autores y ejecutores de tan feo delito, cuyo pronto y egemplar castigo reclama la vindicta pública, el amor y hasta el buen nombre del pueblo en que aquel se ha perpetrado.
Conil 31 de octubre.”

No es ningún barco encallado en nuestras costas. La fotografía es sólo de ambientación. 
Se trata de un velero abandonado a su suerte en el lago Ontario de Canadá. 
Imagen: OKdiario, 6 de noviembre de 2017.

CONTINUARÁ en la entrada del próximo 23 de octubre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario