Lamentable
comportamiento de un numerosísimo grupo de moradores de CONIL,
que asaltaron al bergantín embarrancado en su playa, como
consecuencia de la atroz tormenta de esos días. El nombre del
barco, “Nuevo Desengaño”, parecía premonitorio de lo que
iba a suceder, como un acto vergonzoso que perjudicaría gravemente
el buen nombre de la villa.
Este
relato viene a cuento de un pasaje que leí durante el confinamiento
del COVID-19, el pasado 18 de abril, en el libro sobre CONIL
de Juan José Poblador: “ Cuando llegué a Conil por el
año 1964, oí hablar del <barco del arroz> y del <barco de
las tablas>. Alguien me contó, medio en broma, medio en serio, la
vieja costumbre de pasear por la playa, de noche, un gran farol sobre
un burro cojo que simulaba el movimiento de un barco en la mar, de
tal forma que los que navegaban por el estrecho se acercaban a la
costa y encallaban en las rocas, en la laja o en los bancos de arena,
para después apoderarse o comprar a la rebaja el cargamento
… He aquí lo que escribía el doctor Thebussem
a mediados del siglo pasado: <<>aún cuando desde la época
de López de Ayala hasta la nuestra se ha
dulcificado las costumbres de este pueblo, cuentan (la verdad en su
lugar) que aún hoy suelen los de Conil poner de noche luces en su
peligrosa costa para engañar y atraer a los navegantes, apoderándose
luego a viva fuerza del cargamento de los buques, que fijamente
zozobraban en aquellos sitios. Y añaden que juzgan el botín tan de
su propiedad que a grandes voces imploran el valor del cielo para que
las naves se estrellen, poniendo por mediadora de la súplica a la
Santísima Virgen, a la cual se dirigen diciendo: ¡Madre mía, que
dé en la laja; Madre mía!>>.”
Fuente:
“CONIL DE LA FRONTERA: boceto para una historia”, 1983. Juan
José Poblador.
Fuente:
“El Corresponsal”, núm. 1251, del lunes 7de noviembre de 1842.
Barco
varado
tras
el río Salado,
sin más referencias que
la fecha,
1945. Imagen: Juan Bermúdez.
Fuente: “El Corresponsal”, núm. 1251, del lunes 7de noviembre de 1842.
TRANSCRIPCIÓN
LITERAL:
“Nuestro
deber de escritores públicos nos obliga hoy á denunciar un hecho
altamente escandaloso y criminal, un acontecimiento que viene á
comprovar, como otros
muchos que diariamente se repiten en el pais, el estado de anarquía
moral y material á que han llegado los pueblos de esta desgraciada
nacion.
A
continuacion pueden ver nuestros lectores la carta que nos ha
dirigido nuestro corresponsal de CONIL,
refiriendo la escena vergonzosa que acaba de tener lugar en dicha
población. Una parte considerable de sus moradores precedida de
varios hombres para quienes el honor y la delicadeza, la religión y
la humanidad son nombres desconocidos, acometió la tarde del 29 de
octubre último, al bergantin español Nuevo
Desengaño,
naufragado en aquella costa la mañana del mismo día, y cargado con
mil cuatrocientos tres sacos de harina. Los amotinados y sus gefes
atropellaron al resguardo de carabineros que custodiaba la
embarcacion y entraron en ella á saco sin cuidarse de las
reconvenciones que les hacia el alcalde primero
constitucional que habia acudido al lugar de la revuelta deseoso de
evitar aquel escándalo. Sus intenciones quedaron sin embargo tan
ilusorias, como sus providencias, ante la voluntad omnipotente de
aquellos usurpadores de la propiedad agena. Todo fué presa de su
rapiña y de su criminal avaricia.
Nuestro
apreciable corresponsal nos disimulará la reserva que hacemos de
algunas palabras de su carta, no porque dejemos de creerlas, sino por
respeto á la posicion que ocupan las personas á quienes esas
palabras se refieren. En vez de tomar parte en ese punible atentado,
en ese robo, debieron ser las primeras dispuestas á evitarlo y á
secundar las determinaciones del alcalde.
De
esperar es que el señor juez del partido de Chiclana, no descansará
un instante hasta conseguir la averiguación de los principales
autores y ejecutores de tan feo delito, cuyo pronto y egemplar
castigo reclama la vindicta pública, el amor y hasta el buen nombre
del pueblo en que aquel se ha perpetrado.
Conil
31 de octubre.”
No
es ningún barco encallado en nuestras costas. La fotografía es sólo
de ambientación.
Se trata de un velero abandonado a su suerte en el
lago Ontario de Canadá.
Imagen: OKdiario, 6 de noviembre de 2017.
CONTINUARÁ en la entrada del próximo 23 de octubre.
CONTINUARÁ en la entrada del próximo 23 de octubre.
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