Respuesta
de los médicos de CONIL, sobre los brotes epidémicos de fiebre
amarilla que afectó a amplias zonas de España a principios del
siglo XIX, previa a la recepción de un interrogatorio remitido por
las autoridades sanitarias de la capital, a todos los pueblos de la
provincia. “Los
profesores en el arte de curar”
fueron D.
Joaquín de Barrachina,
y D.
Antonio Delgado.
En
el Apéndice al número IVº del Tomo IIIº del Periódico de la
Sociedad médico-quirúrgica de Cádiz, hemos encontrado publicado la
justificación y detalle de dicho interrogarorio.
Cuadro de José Aparicio que representa los efectos de la fiebre amarilla.
“ABC”, del 31 de enero de 2016.
Fuente:
“Periódico de la Sociedad Médico-Quirúrgica de Cádiz”,
Volumen Tercero.
Imprenta de la Casa de Misericordia, Cádiz, año de
1822.
TRANSCRIPCIÓN
LITERAL:
“APENDICE
AL NÚMº. IVº. DEL TOMO IIIº.
Del
periódico de la Sociedad médico-quirúrgica de Cádiz.
Considerando
esta Sociedad de sumo interés el publicar los documentos remitidos
por los profesores de los pueblos de esta provincia, en contestación
al interrogatorio formado á intento de averiguar ciertas cuestiones
relativas á la aparición de la fiebre amarilla en ellos y modo de
propagarse, acordó se verificase por via de apéndice al número que
se hallaba en prensa.
Un
conjunto de circunstancias harto conocidas ha retardado la
continuación de este periódico; pero la Sociedad convencida más y
mas de la necesidad de dar á conocer sobre que fundamentos está
apoyado el dictámen que remitió al Gobierno, y está consignado en
este mismo tomo, ha dispuesto se proceda desde luego á publicar
dichas contestaciones, que cree serán acogidas con aprecio por los
que se dedican á investigar la verdad en asunto de tanta
trascendencia. Su exámen debe ser útil no solo á los profesores
del arte de curar sino también á los Gobiernos, pues que ellas
forman una parte de los elementos necesarios para resolver la
cuestion del contagio ó nó-contagio de la fiebre amarilla, y
adoptar ó repeler de una vez las medidas sanitarias. Para la precisa
inteligencia de los siguientes dictámenes, conviene dar á conocer
el interrogatorio remitido por las autoridades de esta capital á sus
respectivos pueblos. Abraza los nueve puntos siguientes:
1º.
Se determinará la situación del pueblo en la provincia, marcándola
especialmente con la capital, y puntos de la costa; y si fuese
posible, la elevación de que goza sobre el nivel del mar.
2º.
En qué años, desde el de 1800, se ha padecido en él la fiebre
amarilla.
3º.
Si se cree que fuese importado, ó que se desenvolvió
espontáneamente por la accion de causas atmosféricas, locales, ú
otras, tomando despues el carácter epidémico ó contagioso con que
hizo sus estragos.
4º.
En el primer caso, se expresarán los fundamentos de aquel juicio,
señalando el pueblo ú foco de donde se cree pudo ser llevada,
individualizando la persona ó personas que pudieron conducirla, y la
dirección que el mal siguió en las calles y barrios, una vez
declarado.
5º.
Si se ordenaron y llevaron á efecto algunas medidas de precaución é
incomunicación, ya por las autoridades, ó bien por algunos
establecimientos en particular; y si estas medidas bastaron á
reprimir en parte ó en todo los progresos de la enfermedad.
6º.
En el segundo caso, se detallarán igualmente las que se crean causas
productoras del miasma, como excesivos calores, pantanos, lagunas,
bosques, etc. marcando del mismo modo la carrera, y duración con que
se fué propagando, ó los varios puntos que se afectaron á la vez.
7º.
Si las personas fugadas de la poblacion, y que se conservaron en
incomunicacion perfecta, permanecieron ilesas y sin ser atacadas de
dicho mal.
8º.
Si declarado este en alguno de los fugados, se comunicó á los demás
que le acompañaban; en cuyo caso será importante determinar la
distancia á que se alejaron del pueblo, y las circunstancias del
local que ocupaban.
9º.
De cualquiera de estos modos, será de la mayor utilidad la formación
de un estado, que presente por resulta el número de personas que
fueron invadidas en cada una de las epidemias observadas, las que
resultaron curadas, y las que fallecieron, determinando el sexo, y la
virilidad ó infancia.”
André Mazet atendiendo a enfermos de fiebre amarilla en Barcelona en 1821.
Science Source. El desinsectador y desratizador, 2020.
Fuente:
“Periódico de la Sociedad Médico-Quirúrgica de Cádiz”,
Volumen Tercero.
Imprenta de la Casa de Misericordia, Cádiz, año de
1822.
TRANSCRIPCIÓN
LITERAL:
“CONIL.
Los
profesores D. Joaquín de Barrachina, y D. Antonio Delgado
dieron las respectivas contestaciones que siguen.
1º.
La villa de Conil se halla situada en la costa á 6 leguas al N.O. de
Cádiz entre los cabos de Roche y Trafalgar sobre un pequeño cerro
en declive ácia el mar, presentando á la vista por la parte del S.
la forma de anfiteatro; su elevación sobre el nivel del mar se podrá
regular á treinta varas en la parte más alta de la población.
2º.
En sus inmediaciones no existen lagunas, pantános ni bosques que
puedan viciar las buenas cualidades del aire.
3º.
La atmósfera templada y húmeda que goza por su situación, modera
los violentos ardores de la canícula, y los intensos frios del
desapacible invierno.
4º.
Este pueblo, mas feliz que sus comarcanos, no ha experimentado los
desastres de la fiebre amarilla, á pesar que desde el año de 1800
hasta el de 1810 se calculan en 160 hombres los que vinieron
contagiados de Cádiz y S. Fernando, falleciendo la mayor parte sin
que comunicasen el mal. En los años restantes hasta 1821 inclusive,
se han presentado en esta seis hombre con la enfermedad dicha que la
habían contraido en Cádiz unos, y los restantes en la poblaciones
de S. Fernando, Jerez y Lebrija, donde se padecía, siendo todos
víctimas de ella, sin que propagasen el contagio á nadie de este
vecindario, y ¿quién dudará que este beneficio ha sido sin duda
efecto del zelo y vigilancia de sus autoridades? En efecto las
incomunicaciones, los lazaretos de observacion, y demás providencias
oportunas que se han adoptado, han ocasionado hasta la presente el
resultado feliz de libertar á este pueblo de los horrores de la
enfermedad contagiosa de que se trata. Sabemos muy bien que en otros
pueblos se ha propagado este terrible mal, importado por solo un
individuo, de lo que se pudieran citar varios exemplos; lo mismo que
en otros donde ardía, digámoslo así, la fiebre amarilla,
libertarse toda una familia aislándose en su propia casa. Es cuanto
podemos contestar al interrogatorio que se nos ha comunicado. = Conil
25 de marzo de 1822. = Joaquin de Barrachina. = Antonio
Delgado. ="
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