En
el Capítulo III del Libro Sexto, el Conde Don Enrique Alonso de
Guzmán, consiguió aglutinar a gran número de caballeros y peones,
y diversos navíos, pertrechos bélicos y víveres, para cercar la
ciudad de Gibraltar, pero desconociendo el ritmo de las mareas falló
en su estrategia de atacar a los moros, viéndose en tales
dificultades que perdió la vida al hundirse la barca donde pretendía
volver a su barco. Para llegar a Gibraltar, habiendo salido de
Sevilla, hubo de pasar, navegando, por delante de sus villas del
litoral, entre ellas CONIL.
El
Capítulo Primero del Libro Séptimo narra como Don Juan de Guzmán,
hijo de Don Enrique, levanta el cerco a Gibraltar, a raíz de la
muerte de aquél, y reside durante algún tiempo en Vejer, a la
espera de recuperar su cadáver, lo que no consigue. Se
explica, también, cómo consigue entrar Medina de Sidonia en su
estado de Sanlúcar, consiguiendo por ello ser el primer Duque de
dicha Villa.
Siguiendo con el Libro Séptimo, dentro del Capítulo IX, el rey Don Enrique (1) visita durante varios días las almadrabas de CONIL, posando en la Torre de Guzmán, así como participando en los quehaceres propios de ellas, oteando desde una torre el paso de los atunes, su saca en la playa y les enseñaron los oficios varios de la chanca, todo ello acompañado de gran fiesta. Posteriormente volvió viaje a Sevilla.
Al
pasar al Libro Octavo, en su Capítulo III, se
describe como Don
Enrique de Guzmán,
segundo duque de Medina Sidonia, realizó importantes obras de mejora
en todos los pueblos de la frontera de su reino, entre ellos CONIL,
de
las que todavía hoy perduran, y que se describirán más adelante,
cuando se escriba de esta Villa.
Este
es, sin duda, el pasaje más interesante de esta “Colección”,
formando parte del Capítulo XI del Libro Octavo, donde se habla,
exclusivamente de CONIL, de la iglesia dedicada a Nuestra Señora de
las Virtudes, de las pesquerías de atunes y, muy ilustrativa, de la
descripción, vivida en primera persona por el narrador maestro Pedro
de Medina, del asalto que los moros realizaron el 21 de julio de
1515, víspera de la Magdalena, sábado por la noche, tres horas
antes del amanecer, matando a once moradores y raptando a 70 más,
entre hombres, mujeres y niños. Personajes: Hernando de los Olivos,
Garciméndez, Pero Lorenzo y Francisco Martín Cantillo.
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