A
raíz de presentarse el primer brote de peste equina africana (PEA)
en Andalucía, se tomaron una serie de medidas y acciones, detalladas
en la entrada del pasado 15 de febrero, con el resultado de un
“aparente” control de la epidemia, pregonándose en la prensa
que estaba “extinguida” y poniendo en valor, con exceso de
optimismo, la buena gestión realizada por los organismos
competentes. La reseña periodística tiene fecha de mediados de
enero de 1989, y sin embargo, la PEA no se dio oficialmente por
extinguida hasta el 30 de marzo de 1989, en vísperas de la Feria de
abril de Sevilla, después de unos tres meses sin nuevos casos.
Posteriormente,
vendrían más brotes, y se seguiría aprendiendo de los errores
pasados.
Fuente:
“ABC”, del jueves 12 de enero de 1989.
De
la web de la Consejería
de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible, se
entresaca la siguiente información:
Los
animales afectados y la distribución territorial de las muertes
aparecen en la siguiente tabla:
No
hay ningún caso en CONIL, pero sí en municipios cercanos, como
Vejer de la Frontera, Medina Sidonia, Barbate, Chiclana de la
Frontera,...
La
gestión en campo contra este primer brote de P.E.A. se realizó con
10 equipos de lucha y seguimiento y 2 equipos de prospección y
control vectorial, además de un equipo centralizado de responsables
administrativos y técnicos.
Para la vacunación se
recurrió a los veterinarios titulares de los municipios en los que
ésta fue obligatoria.
El seguimiento clínico de las
explotaciones afectadas y limítrofes fue exhaustivo, detectándose
los casos de animales con sintomatología sospechosa, a los que se
obligaba sacrificar. La causa certera de la muerte se determinaba
posteriormente mediante análisis de sangre y bazo.
Hasta
el 27 de Enero de 1989, en que se dan los últimos casos de muerte
por P.E.A. se han ido sucediendo desde el comienzo del brote de la
epizootia un total de 110 casos de muertes y 75 sacrificados. Tal
como se indica en la tabla, las muertes se deben a una variada
casuística, no pudiéndose precisar con rigor más la muerte de 185 animales, en los que los
resultados del análisis de las muestras oportunas han dado positivo.Todo ello sobre un censo total de animales que ascendía en las
fincas y municipios afectados de 1.157 équidos.
Segundo
brote:
Sin embargo, cuatro meses más
tarde, en Agosto, aparece un segundo brote de peste equina en
Sotogrande, detectado en caballos importados que iban a participar en
un torneo de polo.
A
partir de este foco, la peste equina se extiende por toda Andalucía
Occidental, destacando los brotes de la parte sur de Huelva y de
Montoro, en este último caso por el carácter bravío de la cabaña
equina que hace muy difícil su vacunación. En la tabla
siguiente
aparecen los resultados en muertes y sacrificios, donde destaca la
fuerte concentración de los casos en la provincia de Huelva.
Este
rebrote se extendió muy rápidamente y puso en cuestión las medidas
preventivas llevadas a cabo anteriormente y la celeridad con que
había sido declarada extinguida la peste.
Para no volver a cometer
los anteriores errores se lleva a cabo ahora un Censo de todos los
équidos de la Comunidad y se extiende a todas las provincias, no
sólo de las afectadas, el proceso de vacunación. Así pues, dentro
de la acción preventiva se vacunaron forzosamente todos los équidos
de la región a partir del mes de Octubre, lo que afectó a más de
148.000 caballos, se les dotó de cartillas sanitarias y se dicta la
prohibición de la concentración y la movilidad libre de la cabaña,
mientras dura la campaña de vacunación y, posteriormente, mientras
se comprueba mediante testajes el grado de aceptación de las vacunas
y se revacunan los animales desprotegidos, por lo que no se permite
la libre movilidad de équidos hasta el mes de Julio de 1990.
Entre
Agosto y Noviembre de 1989 se supera la cifra tope de mil équidos
muertos, aunque a partir de esa fecha, gracias a las vacunaciones y a
una climatología adversa para la propagación de la peste, ésta
remite sustancialmente. Así, a mediados de 1990 los équidos muertos
se quedaban estacionados en torno a los 1.600.
Durante
este periodo de tiempo, la CE amenaza con prohibir la salida de
équidos de la nación durante dos años y varias comunidades
autónomas prohiben la libre circulación de los mismos. Por su
parte, la Administración Central negocia con las Comunidades
Autónomas un plan de sanidad animal, en el que se prohibirá la
circulación de ganado sin identificar.
En Diciembre de 1989 el
Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación diseñó un plan de
prevención y control de la peste equina, en que se consideraba a la
nación como zona ocasionalmente afectada por la misma. El Plan de
seguimiento de la peste contemplaba la declaración obligatoria de
cualquier brote de enfermedad, así como la elaboración de unas
normas en las que se definía el entorno de la inmovilización en
caso de detectar la enfermedad, que se fijó en principio en 50
kilómetros en torno al foco. La normativa contempla también un
tiempo de 40 días después del último caso registrado, para
declarar erradicado el foco.
En los primeros meses del año
1990 han sido noticia los diversos intentos de desmovilización de la
cabaña, que resultaron sin éxito, ya que se ha mantenido un
programa estricto de control y vigilancia. Ello ha motivado la
ausencia de équidos en las grandes Ferias y celebraciones andaluzas
(Feria de Abril de Sevilla, del Caballo de Jerez, Romería de El
Rocío), con los consiguientes perjuicios de tipo social y
económico.
Así, en el mes de Marzo de 1990 se autoriza
el traslado controlado de équidos reproductores, caballos de picar y
de rejones, y los destinados al sacrificio. Sin embargo, a final de
este mismo mes se revoca dicha decisión, al detectarse que un 11 por
ciento de los 7.977 caballos chequeados en las ocho provincias
andaluzas no posee anticuerpos contra el virus de la peste, en un
programa de testaje realizado.
Este programa consistía
en la comprobación de la aceptación de las vacunas contra el virus
de la peste, la revacunación de los animales desprotegidos y la
vacunación de los nuevos potros. Existiendo otras medidas
complementarias como la introducción de "caballos centinelas",
con objeto de evitar que se reproduzca la enfermedad, el seguimiento
de los vectores y la obligatoriedad de comunicar las enfermedades a
Sanidad Animal. En él intervinieron un equipo de 140 veterinarios,
repartidos por toda la Comunidad.
Este hecho motivó el
reforzamiento de las medidas para evitar el movimiento clandestino de
équidos, aunque existían al respecto diversas opiniones, ya que el
caballo podía estar inmunizado de por vida y perder sus anticuerpos
a partir de los 3 meses de ser vacunado.
En el mes de Abril se
anuncia la prohibición de concentraciones de caballos en las Ferias
y en El Rocío, y el mantenimiento de la desmovilización hasta el
verano, mientras se finaliza el chequeo y revacunación de toda la
cabaña equina andaluza.
Fuente:
Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo
Sostenible. “Incidencia de la peste equina”
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