viernes, 14 de febrero de 2025

“CONIL EN VÍSPERAS DE LA BATALLA DE TRAFALGAR”, 10 de 15. ANTONIO SANTOS GARCÍA, Licenciado en Historia Universidad de Sevilla.

3.- SOCIEDAD, CULTURA Y CONFLICTOS

3.1.- Composición social.- La sociedad del Antiguo Régimen era una sociedad de privilegios. La nobleza y el clero gozaban de un estatuto jurídico que los distinguía con claridad de la gran masa de la población. Aparte de la desigualdad legal estaba la económica. El Vecindario (1.778) señala que en Conil sólo 138 vecinos (14%) eran poseedores de bienes raíces y de ellos sólo 51 (6%) tenían un caudal superior a los 2.000 ducados (entre ellos 11 eclesiásticos seculares). Entre los mayores hacendados figuraban sin duda los que detentaban el poder municipal, labradores y ganaderos, algunos comerciantes, maestros artesanos y profesionales. La gran mayoría, 855 vecinos (86%), eran artesanos carentes de bienes y, sobre todo, jornaleros pobres “cargados de familia, que sólo tienen ocupación precaria a temporada, y el resto del año (como) perecen con ella por falta de exercicio, se promueven a buscarlo en otros Pueblos aun abandonando sus obligaciones forzados de la necesidad”. La situación era similar en Vejer, pero el contraste social se suavizaba en las restantes poblaciones del Ducado, especialmente en la próspera Chiclana de fines del XVIII. 

Dice Rojas que en Conil “no hay Noble ninguno”. Desde luego no existía nobleza titulada, pues el Señor de la villa, el Duque de Medina Sidonia (los Álvarez de Toledomarqueses de Villafranca, suceden a los Guzmanes desde 1.779), residía en Madrid; pero tampoco había hidalgos. Esto no había sido siempre así: el Censo de Aranda da seis hidalgos en 1.768 para Conil, y el de Floridablanca dos en 1.787. Estamos, pues, ante una sociedad “plebeya”, en la línea de Chiclana (que reduce su número de hidalgos de 71 a 13) y opuesta a Vejer (que los incrementa de 23 a 43, en las mismas fechas).

El DUQUE era el señor jurisdiccional de la villa, pero en Conil tenía pocas propiedades. Desde luego no era el mayor hacendado del término y en 1.770 sólo poseía once piezas de tierra de sembradura (180 fanegas y 52 aranzadas) y un pequeño pinar, pero cobraba “terrazgos” sobre “las tierras vagas que poseen en reconocimiento del dominio que sobre todas las del término tiene la Casa de Su Excelencia”. Los conileños no estaban muy de acuerdo con ello, lo que fue causa de conflicto entre el Señor y el vecindario. En 1.770 las rentas ducales en Conil estaban en torno al millón de maravedís, distribuidas así: alcabalas (36%), tierras (19%), pesquería (13%), correduría (13%), diezmo (12%) y otras rentas de menor cuantía (alhóndiga, mesón, …). Cabral Chamorro calcula a fines del XVIII en menos de un 5% las tierras del término propiedad del Duque (633 fanegas de tierra ó 353,2 Has), una extensión mucho menor que en Chiclana (10,9%) y, sobre todo, Vejer (22,5% de las tierras del término). 

Escudo de la Casa de Medina Sidonia (Iglesia Parroquial de Santa Catalina). 

Los ECLESIÁSTICOS eran el único estamento privilegiado representado en Conil. El clero secular, dependiente de la Parroquia, era el más numeroso y rico. En 1.804 había, además del cura párroco, un teniente de cura, diez sacerdotes (4 beneficiados y 6 “patrimonistas” o capellanes), un sacristán, tres monaguillos y tres sirvientes. A ellos hay que sumar tres dependientes de la Inquisición, uno de ellos sacerdote. El clero regular, perteneciente al Convento de frailes mínimos, estaba disminuyendo y contaba por entonces con siete sacerdotes, dos legos y dos demandantes. 

Desconocemos la extensión de las tierras del Clero a comienzos del siglo XIX, pero sabemos que mediado el XVIII suponían un 12,8% de las tierras catastradas, en torno a un 5% del total del término. La Iglesia Parroquial de Santa Catalina tenía tierras de pasto y hazas de cultivo en diferentes partes del término (Cabeza Rubia, Vega Apreciada, Cabeza del Ánima, El Cañuelo, …) y poseía también propiedades en Vejer. En 1.787 había en Conil 60 capellanías. Otros ingresos eran diezmos y primicias, limosnas, funciones religiosas, … Por su parte, el Convento poseía la Huerta del Jardal, tierras en Barreros, Paneta y Bujeos Preciado, la Huerta de los Frailes junto al convento y una viña junto al río, además de numerosos censos sobre fincas rústicas y urbanas. Desconocemos cómo pudo haber afectado a Conil la desamortización de Godoy (1.798), sobre las obras pías, pero Rojas apunta que en 1.804 había “seis casas arruinadas pertenecientes a vínculos y capellanías”. La Iglesia había iniciado su decadencia económica, debido a las urgencias de la Hacienda, en época de guerras, pero a mediados del XIX existían todavía tierras de beneficencia, capellanías y patronato. 

[Sin pie de foto en el original] Casa de Santa Catalina núm. 10 (con fachada muy alterada actualmente). 

Fuente: Boletines “LA LAJA” (Amigos del Patrimonio Natural y Cultural de Conil), núms5 y 6, 2.005-2.006.  

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