2.5.- Comercio.- Los principales mercados de la numerosa trajinería conileña eran Chiclana, la Isla y, sobre todo, Cádiz. Rojas dice que había en Conil cien arrieros “que andan con borricos y mulos. No transportan nada con carretas, aunque las tienen para sus negocios en el término”. La razón de ello, aparte de la propia pobreza de esta ARRIERÍA, habría que buscarla en el pésimo estado de los caminos, que los hacía impracticables para los carros. Sólo a partir de Chiclana mejoraba su estado. Era un tráfico dedicado casi exclusivamente a productos primarios. Sabemos que casi a diario los de Conil llevaban a Chiclana trigo, carbón, pescado y otros productos. También, dice Rojas, se iba a vender a Chiclana la leche de dos hatos de cabras (quedando la del tercero en Conil), pero los cabritos se llevaban a Cádiz. También a la capital y a la Isla iban a vender cebada, todo el Moscatel, mucho Palomino “muy temprano” en Conil, Mantúo y Uva de Rey. A Cádiz iba también buena parte de la pesca (sardinas) y los productos de recolección (grana, palmitos, apio, tagarninas y romero, que se embarcaba para América, así como otras yerbas para los boticarios). El alpiste se llevaba para Algeciras y Málaga, de donde provenían la mayoría de las pasas. Los higos secos venían del Condado de Niebla. Sobre otros productos importados (arroz, paños, etc.), da pocas noticias.
[Ambientación, imagen no incluida en el original] “Planta de un puente que se proyecta en Chiclana de la Frontera, realizado por Franco del Pozo y Aldana, 1.756“. AGFCMS, leg. 1057. Castellano. Escritura gótica cursiva humanística. Papel de 460 x 600 mm. Tinta negra. Buen estado de conservación.
En Conil se echaba en falta la navegación de cabotaje. En el Vecindario (1.778) leemos que si el río Salado fuese acondicionado, como el Barbate, la población ganaría mucho aumentando “en el Gremio de su Matrícula, porque aunque es bastante extensa con respecto al vecindario, como no tiene más destino que el de la pesquería, y esta escasa, no logra el incentivo que da de sí la profesión, para acogerse a ella, faltando como le falta el ramo de la Navegación, Tráfico y Comercio, …”, cuya existencia –dice- beneficiaría también la agricultura, como pasa en Tarifa, Estepona, Marbella o Málaga, donde el desarrollo del comercio y el transporte marítimo es fuente de riqueza.
Para terminar, no debemos olvidar el CONTRABANDO, que se introducía por el Cabo Roche, pero sin duda también por la trajinería, desde Gibraltar, ocupación antigua y lucrativa, que Simón de Rojas sólo nombra.
Fuente: Boletines “LA LAJA” (Amigos del Patrimonio Natural y Cultural de Conil), núms. 5 y 6, 2.005-2.006.
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