sábado, 30 de septiembre de 2023

PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO IV

ETAPA PRE-ROMANA

La existencia desde los inicios del primer milenio antes de nuestra era de un foco comercial y colonial como Gadir debió favorecer el nacimiento de algunas factorías próximas a ella, distribuidas a lo largo de la costa atlántica y cuyos nombres, quizás por su poca entidad, no han llegado hasta nosotros. Algunos de dichos enclaves tuvieron continuidad bajo el dominio de Cartago y surgieron otros nuevos.

En el periplo de Avieno (s. VI a C.) se dice que más allá de las Columnas de Hércules (Estrecho de Gibraltar) los cartagineses “poseyeron pueblos y ciudades” , y un texto posterior confirma que en la zona existieron gran número de emporios cartagineses (seudo Skylax, s. IV a C.). Hoy conocemos algunos de ellos como Carteia (cerca de Algeciras), Mallaría (cerca de Tarifa), Bailon (Bolonia) y Baisippo (Barbate), dedicados a la agricultura, la búsqueda de metales y la fabricación del garum . La pesca del atún y otras especies era uno de los negocios principales de los púnicos en la Península. Esto, unido a las salinas, que nunca faltaban en las cercanías de dichos establecimientos, dio origen a una industria de salazones, cuyos productos llegaban hasta la Atenas clásica de los siglos V y IV a. C. 

Foro de Baelo Claudia. Erasmo Fenoy. Fuente: “Las diez huellas de Roma en la provincia de Cádiz”, Virginia León, 15 julio 2019, Diario de Cádiz. 

¿Existió también en Conil un enclave púnico dedicado a la pesca y a la industria?. No lo sabemos. Las óptimas condiciones geográficas de la zona (buenos fondos para calar almadraba, desembocadura del río Salado, marismas aptas para albergar salinas...) nos inducen a pensar en su posibilidad. Pero faltan excavaciones. Hace años se descubrió en la Huerta del Sol (Casa de Postas) lo que parecían restos de una necrópolis fenicia y en el Museo Arqueológico de Cádiz hay una moneda de bronce hallada en Conil (sin especificar el lugar), que tiene en el anverso una cabeza de Hércules y en el reverso dos atunes. Algunos autores antiguos dan por hecho que en Conil hubo una ciudad púnica llamada Cimbi (Tito Livio), Cimbilis o Cybión (Agustín de Horozco), pero desconocemos su ubicación o la certeza del hecho.

Acueducto de Santa Lucía, Vejer, quizás es una construcción de origen romano, que fue reformada y aprovechada por los árabes. Fuente: “queverencadiz punto com”. 

YACIMIENTOS ROMANOS

Dos siglos después de la conquista romana, el geógrafo Estrabón recorrió la Turdetania (sur peninsular), informándonos de que sus costas “tienen sal fósil y muchas corrientes de ríos salados, gracias a lo cual abundan los talleres de salazón del pescado” . El arqueólogo Michel Ponsich relaciona nada menos que 29 talleres de salazón entre el estrecho de Gibraltar y Cádiz, así como numerosos lugares de fabricación de ánforas.

En Conil, en la desembocadura y ribera izquierda del Río Salado, Ponsich sitúa el yacimiento de El Prado, en cuyo cortijo-vaqueriza descubrió en superficie numerosos testimonios, bocas de ánforas Dessel 7/11, ladrillos y tejas romanos. Aparecen también numerosos fragmentos de fallos de horno, de ánforas del tipo Beltrán IIA, localizados en superficie, mezclados con cantidad de fragmentos de galbos de ánforas y de cerámica clásica como la sigillata clara D, confirmando la presencia romana en el siglo I y en los siglos IV y V d. C. Numerosos fragmentos de vértebras fosilizadas de atunes y túnidos, fragmentos de argamasa, conchas de murex, corroboran la presencia de una fábrica de salazón con su propio taller de ánforas.

Epígrafe funerario procedente de Conil, conocido a través del académico Victorio Molina, 1910, pero perdido para la Historia. “D(iis) M(anibus) s(acrum). Corneliae P(ublii) f(iliae) Marcinae. Vix (it) annos (s) XXXXV [d(ies) X] Agri(i) Marcellus et Severus fili(i) matri indulgentissimae. / Cosagrado a los Diose Manes, está dedicado por los hijos Marcellus y Severus a su indulgente madre Cornelia Marcina, hija de Publio, que falleció a los 45 años.” Fuente: “Conil en la Antigüedad Clásica. Entre Mergablum, el Garum y el retrotierra agopecuario”, Darío Bernal Casasasola, 2016. 

En el Itinerario de Antonino, guía de caminos de fines del s. III, se habla de Mercablo o Mergablum, una de las estaciones del camino costero que conducía a Gades que los estudiosos sitúan en Conil o en sus proximidades. A este camino se le llamaba la Vía Heraclea porque conducía también al templo de Hércules en Sancti-Petri, importante santuario de la Antigüedad, muy anterior a la dominación romana. César Pemán, en su estudio sobre los topónimos del sur peninsular, dice que Mercablum es el equivalente de “Melcart Baelum”, la Baelo de Melcart (dios púnico al que se asimilará Hércules). Guzmán Armario plantea la hipótesis de un poblamiento disperso en la zona, en torno a la Vía Hercúlea, que es lo que revelan los escasos restos arqueológicos conocidos en los alrededores del Conil actual. Pero ¿dónde está la calzada romana en Conil?. Hace años fue descubierta en su término, no sabemos dónde, una piedra miliaria, hoy desaparecida, con una larga inscripción que era una dedicatoria a Trajano Decio, fechable hacia el 250 de nuestra era. El lugar de su hallazgo sería de vital importancia para localizar el camino romano, pero se desconoce.

La verdad es que los restos arqueológicos romanos son escasos en Conil, pero no inexistentes. Entre ellos está la inscripción funeraria, hoy desaparecida, encontrada en 1775 en la viña de D. Francisco García Palomino, a 5 km. de Conil. Al parecer, fueron también encontradas en el Majadal de Augusto (Barrio Nuevo) varias monedas romanas, algunas del emperador Probo. Y en el Museo Raíces Conileñas hay dos piezas elaboradas con piedra o roca ostionera que formaban parte de un antiguo molino romano, encontradas en una finca próxima a la Mina de Azufre, situada a poco más de 3 km. de la población. En fin, no faltan hallazgos dispersos pero debido a la falta de prospecciones y excavaciones arqueológicas nos seguimos moviendo en la indefinición y en la ignorancia. En 2004 ha aparecido algo más: la villa romana del Pocito Blanco.

Cortijo del Prado en la orilla izquierda de la desembocadura del río Salado, posible lugar de localización de instalaciones haliéuticas romanas. Fuente: “Conil en la Antigüedad Clásica. Entre Mergablum, el Garum y el retrotierra agopecuario”, Darío Bernal Casasasola, 2016. 

VILLA DEL POCITO BLANCO

Se trata de un asentamiento de época romana bajo imperial (siglos III-IV d.C.) localizado sobre un primitivo núcleo, de muy reducido tamaño, de época Flavio (siglo I d.C.). Fue hallado casualmente en 2004, a raíz de los movimientos de tierras tendentes a la urbanización de la zona. El yacimiento está situado en una zona alomada de suave pendiente, a un kilómetro de Conil, dominando visualmente un amplio espacio hasta el mar, la vega del río Salado y la carretera N-340.

El núcleo del yacimiento ocupa una superficie de unos 750 metros cuadrados. Todos los restos arqueológicos proceden de un estrato de tierra arcillosa de color pardonegruzco, con una potencia estratigráfica aproximada de 0,30 a 1,00 m. Esta matriz negruzca se diferencia claramente del estrato inmediatamente inferior, estéril arqueológicamente, donde se localizaron varios silos excavados de entre 0,75 y 1,00 m. de profundidad, con presencia de material óseo y restos de bos.

El material cerámico consiste en cerámica común de cocina (ollas, cuencos, etc.), cerámica de transporte y almacenamiento de factura local (ánforas y dolia) y también vajilla de mayor calidad ( terra sigillata y objetos cotidianos de vidrio). Se encontró también gran cantidad de material constructivo (tégulas, ladrillos y sillares de considerable tamaño) y, por último, un elemento muy significativo como son dos piedras de moler de pequeño tamaño en excelente estado de conservación.

Una de las piedras de molino circulares documentada en la actuación arqueológica del año 2004 en la villa romana de Pocito Blanco, subido por Darío Bernal Casasasola. Fuente: “researchgate punto net”. 

La excavación ha permitido exhumar estructuras: una serie de muros, que constituían grandes habitaciones y dos piletas, una rectangular y otra circular de mayor tamaño y peor conservada. La morfología de las piletas y la presencia de las piedras de moler podrían sugerir la producción, a pequeña escala, de vino y el aprovechamiento de los recursos cerealísticos. Por lo que dicho asentamiento parece responder a la estructura de una villa o de un centro de aprovechamiento agropecuario que organizaría el territorio circundante y situado en un lugar de fácil comunicación con los núcleos más conocidos de la época.

Su estado de conservación es deficiente, debido a factores geomorfológicos y a la acción antrópica: laboreo agrícola, saqueo y reutilización de materiales o destrucción parcial de los restos por las máquinas durante las obras de urbanización. Tras la intervención arqueológica de urgencia, Cultura dictaminó el levantamiento de los restos de estructuras, dado su deficiente estado de conservación, y la recuperación de todos los materiales constructivos, a la espera de su reubicación en alguna zona verde de la urbanización una vez se finalice ésta.

Ladrillo tardorromano decorado con motivo floral circunscrito en hexágono procedente de Pocito Blanco, subido por Darío Bernal Casasasola. Fuente: “researchgate punto net”. 

Fuente: “PATRIMONIO CULTURAL DE CONIL DE LA FRONTERA”, Autor: ANTONIO SANTOS GARCÍA; Colaborador: FRANCISCO GONZÁLEZ UREBA; Coordinador: ANTONIO MUÑOZ RODRÍGUEZ; Director editorial: CARLOS ROMERO VALIENTE; Edita: G.D.R. Litoral de la Janda. 2007. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario