viernes, 15 de septiembre de 2023

PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO III.

 DEL NEOLÍTICO A LA EDAD DEL BRONCE

Desde comienzos del s. XX era conocida la riqueza dolménica y de pinturas pos-paleolíticas del entorno de la Laguna de la Janda. Hoy se conocen en este área una veintena de yacimientos del neolítico, calcolítico y bronce. Entre 8.000 y 1.000 años a.n.e., se suceden en la Janda Litoral las primeras sociedades productoras, aunque no será hasta el IV milenio cuando podamos hablar con propiedad de sociedades campesinas.

Dolmen en el Retín y menhir en Facinas. Fuente: El blog de la Laguna de la Janda, 5 marzo 2013.

Las primeras sociedades tribales campesinas se caracterizan por iniciar una nueva economía productora basada en la agricultura y la ganadería. Ello supone un considerable cambio tecnológico (aparición de la piedra pulimentada, la cerámica y, finalmente, los metales) y el consiguiente incremento en la circulación de productos. Se trata de sociedades cada vez más sedentarias, regidas por el parentesco, con propiedad colectiva sobre la tierra y los recursos. No obstante, la creciente división del trabajo se irá traduciendo en desigualdad y jerarquización social, con manifestaciones diversas (monumentos megalíticos, por ejemplo).

Exterior del yacimiento del Tajo de las Pinturas en 1913, Juan Cabré. Fuente: Una gran pinacoteca del Neolítico, Libertad Paloma, 16 marzo 2013; “analajanda punto org”. 

Neolítico (7.500-3.000 a.n.e.)

El Holoceno y la Transgresión Flandriense (7.500-4.000 a.n.e.) supuso la elevación del nivel del mar, por lo que los asentamientos costeros del neolítico inicial y medio aparecen bajo limos. Este neolítico no supuso una ruptura en el sur andaluz, pues hay continuidad en la tecnología lítica del paleolítico, como ocurre en Casa de Postas. Durante el Neolítico final (V-IV milenio) se documentan asentamientos estacionales y de pequeño tamaño, dedicados a la pesca y al marisqueo, como Cala del Aceite, vinculados a otros de la campiña interior agrícola, de mayor tamaño y economía más diversificada, como Loma de Puerta Hierro. Conectadas con él se documentan pequeñas aldeas, como Casa de Postas y Pago Matamoros, con materiales de tradición paleolítica y epipaleolítica (microlitos, ...), junto a material cerámico del neolítico medio (cuencos, escudillas, vasos, ...).

Mapa de yacimientos de sociedades tribales-comunitarias en la banda atlántica de Cádiz (V-IV milenios). Fuente: “La sociedades neolíticas en la banda atlántica de Cádiz. Valoración del contexto regional y del proceso histórico de la formación social tribal”, J. Ramos, M. Pérez, E. Vijande, J.J. Cantillo; 2006. 

Calcolítico (3.000-2.000 a.n.e.)

Durante el tercer milenio el número de yacimientos conocidos se incrementa, extendiéndose el poblamiento por toda la Janda Litoral. Se consolidan la economía de producción y la vida sedentaria, apareciendo verdaderos poblados. Estos son ahora de mayor tamaño, como Los Charcones (Vejer) o Loma de Puerta Hierro, con vestigios del IV milenio y posibilidad de documentar amplios campos de silos. Se trata de poblados con dimensiones espaciales significativas (más de 300 x 300 m.) y variada tipología. Sin perder de vista los pequeños asentamientos, en su radio de influencia, con los que establecen relaciones de centro/periferia y rango/tamaño, como Camino de las Quintas y Cerro de la Vigía. La campiña tiene ahora mayor peso económico que la costa por su potencial agropecuario, complementos (caza, pesca fluvial, recolección) y cursos fluviales relacionados entre sí (ríos Iro, Salado y Barbate, en conexión con la Laguna de la Janda). Del IV-III milenio hay también otros yacimientos como Los Olivares.

Restos encontrados rodeados de moluscos, 14 febrero 2020. Fuente: “El arte de limpiar pescado en el Neolítico”, UCA, Diario de Cádiz. 

En los productos líticos, realizados con materiales locales, se aprecia la perduración de la talla, la mejora de la hoz con denticulados y la pulimentación (azuelas, muchos molinos, brazaletes, ...). La cerámica presenta formas destinadas al consumo (cuencos, cazuelas, fuentes, platos) y almacenamiento (orzas y grandes ollas muy variadas), que nos hablan del excedente agrícola y la consolidación del proceso de tribalización, que se concreta en los poblados nucleares citados. Aparecen también ídolos cilíndricos, abrigos rupestres (rebordes de la Janda) o productos de prestigio alóctonos como la punta tipo “Palmela” o vasos del Campaniforme Marítimo (Los Charcones). Pero lo más destacado es sin duda el conjunto dolménico de la Laguna de la Janda, que no debe desvincularse de la campiña sur, con sepulturas colectivas de grandes piedras, que entierran sólo a una minoría social de privilegiados. Hay también arte pospaleolítico que hay que relacionar con las pinturas del Tajo de las Figuras o Bacinete (Campo de Gibraltar).

Dibujos en la entrada a la cueva del Tajo de las Figuras, Benalup-Casas Viejas. Fuente: “Rock paintings of southern Andalusia a description of a neolothic and copper age art group”, Henri Breuil & M.C. Burkitt, Oxford 1929. 

Edad del Bronce (2.000-1.000 a.n.e)

En el segundo milenio asistimos a los inicios de la sociedad clasista. De esta época conocemos un limitado número de asentamientos que ejercen funciones de preeminencia o control político del territorio circundante. Va surgiendo una nueva sociedad, basada en el conocimiento especializado (metalurgia), la división del trabajo y una masa campesina explotada. Estamos en el tránsito de la propiedad colectiva a la privada. El mantenimiento de las desigualdades se apoya en formas de coerción ideológica y militar. La Arqueología de la Muerte (dólmenes) y las manifestaciones artísticas de la Laguna de La Janda deben vincularse a estos poblados, algunos de los cuales tienen ahora evidencias de murallas y gran envergadura (600 x 600 m., Los Charcones), convertidos en centros de acumulación de excedentes. Todo apunta a un desarrollo de la agricultura intensiva de cereal, con importante complemento ganadero y evidencias de domesticación (vaca, cerdo, caprino).

Pendiente de oro de gran pureza en la necrópolis de Los Caños. Fotografía de Francis Jiménez. Fuente: “Descubren restos humanos y un ajuar de 4.000 años de antigüedad en el yacimiento de Los Caños de Meca”, José Pedro Botella, 20 mayo 2021; “lavozdigital punto es”. 

En Conil destaca el poblado de Loma de Puerta Hierro. Se trata de un yacimiento de gran entidad y que articula todo un conjunto de yacimientos de su entorno, de menor rango, situados en la campiña de Conil. En él se han documentado en superficie elementos líticos y cerámicos que se pueden adscribir de forma amplia al Neolítico Final, Calcolítico y Bronce. El material ocupa una extensión considerable sobre una plataforma amesetada, con buenas tierras aptas para el cultivo y rodeadas de pastos favorables, cercano a puntos de agua y afloramientos de materias primas líticas. Asociados a este yacimiento y dependientes de él jerárquicamente están otros tres: uno es Camino de las Quintas, muy próximo y de similares características, aunque de menor extensión; los otros dos son el Alto de la Lobita y Los Algarrobillos, éste último del bronce final, con numeroso material cerámico en superficie del II milenio y abundantes elementos de hoz, ubicados en pequeños cerros y laderas de suave pendiente, dedicados sólo a actividades agropecuarias. Su dimensión es intermedia y carecen de defensas, pero son de mayor tamaño que los pequeños asentamientos litorales. Su cultura material es cerámica, lítica y metálica. Hay cerámicas de consumo (carenados, cuencos, ollitas), almacenamiento (muchas orzas) y prestigio (vasos campaniformes y productos metálicos). La tecnología lítica muestra 4 tipos básicos, vinculados con actividades de producción, depredación y asociada con actividades domésticas, así como piezas líticas votivas, de ritual y prestigio. Las piezas metálicas son escasas y no hay evidencias de producción metalúrgica, aunque sí de su circulación: puñal triangular (dolmen del Aciscar, Vejer) y cuentas de metal, como en la necrópolis de Torre del Puerco, de inhumación colectiva. Finalmente, se observa un cambio en la tipología de enterramiento, apareciendo inhumaciones individuales o en cuevas artificiales (Buenavista, en Vejer) que prueban que el individuo va adquiriendo mayor preeminencia frente a la colectividad.

Fauna representada en las pinturas rupestres en el entorno de la antigua laguna de La Janda, en uno de los abrigos del conjunto de Bacinete. Fotografía de Cristina Eugenia Pala Ruiz-Berdejo. Fuente: “Interrelación medioambiental de las sociedades prehistóricas en el entorno de la antigua laguna de La Janda”, febrero 2016, C.E. Pala Ruiz-Berdejo

El estado de conservación de los yacimientos de las primeras sociedades campesinas es, en general, bajo por causas naturales o humanas: arado superficial, extracción de áridos o saqueo con detectores de metales. Hoy, una parte de dichos yacimientos está protegida en el PGOU de Conil. Serían muy recomendables excavaciones arqueológicas en algunos de estos yacimientos, como el poblado de Loma de Puerta Hierro, dada su entidad y continuidad histórica desde el neolítico a la edad del bronce. 

Fuente: “PATRIMONIO CULTURAL DE CONIL DE LA FRONTERA”, Autor: ANTONIO SANTOS GARCÍA; Colaborador: FRANCISCO GONZÁLEZ UREBA; Coordinador: ANTONIO MUÑOZ RODRÍGUEZ; Director editorial: CARLOS ROMERO VALIENTE; Edita: G.D.R. Litoral de la Janda. 2007. 

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