Fuentes:
“Calendario Manual y Guía de Forasteros en Madrid, para el año de
1826.
Un
corregidor era
un funcionario real cuyo oficio comprendía varios ámbitos y
emplazamientos, desde el provincial hasta el municipal, siendo el
lazo de unión entre estos poderes territoriales y el monarca.
Además
de presidir los ayuntamientos y administrar justicia, entre sus
muchas funciones estaban las de promover y ejecutar todo tipo de obra pública,
mantener la salubridad y la policía,
garantizar los abastos de las poblaciones, establecer los precios
según los criterios escolásticos de la época (precio mínimo,
máximo y medio también llamado el precio Justo), verificar pesas y
medidas, evitar el contrabando, las mercancías prohibidas y en
general guardar los buenos usos del comercio que incluían la
prohibición taxativa de las usuras,
todo esto según los criterios de las respectivas leyes. Entre otros,
sus auxiliares eran varios tipos de alguaciles y
los llamados oficiales del "fiel".
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