Hubo
una época en CONIL, así como en otras poblaciones del arco de la
Bahía de Cádiz, en que la llegada de la primavera no se vivía por
el colorido de las flores o la explosión de la fauna, no. Esta
estación llegaba con las restricciones en el suministro del agua
corriente. Cíclicamente, la sequía llegaba de una manera pertinaz
(este era el quinto año de sequía), y el pantano de los Hurones no
recogía la suficiente capacidad como para abastecer a tanta
población. Estos cortes, para “abrir boca”, en sus inicios, se
implantaban en un horario en el que los habitantes apenas los
notaban, de 11 de la noche a 7 de la mañana, y se hacía, por todos
los medios de comunicación, una insistente campaña de ahorro. Con
el avance de los meses, si la situación de falta de lluvia
continuaba, las horas de corte aumentaban, y de hecho, los conileños
hemos vivido unos inolvidables veranos con la experiencia, entre
otras, de adelantar la salida de la playa, por alcanzar las últimas
gotas de agua en la ducha.
Fuente:
“ABC”, del 12 de abril de 1983.
Charco
de los Hurones, Jerez. Autor: El Pantera. Wikipedia, la enciclopedia
libre.
Fuente:
“ABC”, del jueves 21 de abril de 1983.
Fuente:
“ABC”, del miércoles 1 de junio de 1983.
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