[CONTINUACIÓN del 15 septiembre 2024]
«”APENDICE II. HISTORIA DE LA PROVINCIA DE ANDALUCIA DE LA COMPAÑIA DE JESUS, por el P. Juan de Santivañez, de la misma Compañia JHS y Provincia. PARTE I, LIBRO 2º.
CAPITULO XVIII. // SEÑALADA MISIÓN QUE SE COMENÇÓ ESTE AÑO DE 1557 I PROSIGIÓ EN LOS SIGUIENTES A LA ALMADRAVA Y PESQUERÍA DE LOS ATUNES.
1.- Entre otras misiones que con celo verdaderamente apostólico el provincial padre Bartolomé de Bustamante repartió este año en beneficio de los lugares de Andaluçía, por la más importante y primera en dignidad como en tiempo, debo contar la que hicieron a las almadravas de CONIL los padres Diego Lopez i Gregorio de Mata. El celo por una parte de el provincial no dormía: despertava por otra o alentava el de la condesa de Niebla doña Ana de Aragón, tía de San Francisco de Borja, señora tan cristiana, que tuvo siempre mayores atenciones al servicio de Dios y espiritual aprovechamiento de otros, que a las comodidades de la hacienda o creces del caudal. La tercera parte de las grandes rentas que tiene esta casa, por tantos títulos grandes a las almadravas se debe: que en años de buena fortuna pasan sobre 80.000 ducados los intereses de esta renta.
Zara. Vista general [a la izquierda una de las torres del castillo o Palacio de la Pilas]. Fuente: “Catálogo de los monumentos históricos y artísticos de la provincia de Cádiz”, Tomos 5 y 6. Enrique Romero de Torres, entre mayo de 1907 y julio de 1908; publicado en 1934, Madrid, Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes.
2.- Llaman almadravas a las que los latinos dijeron Cetarias, nosotros Pesquerías de los Atunes. Fueron en la antigüedad célebres y no menos hoy se celebran y se frecuentan las que caen entre las dos ciudades Tarifa y Cádiz, en tierra y señorío de los duques de Medina Sidonia cerca de el Estrecho que llamó la antigüedad Hercúleo, oy comunmente de Gibraltar, donde se encuentran los dos mares, Mediterráneo y Océano. Son los atunes un linaje de peces, aunque de los más torpes y brutos que sustenta el mar, de tal sagacidad e instinto, que como otros y otras aves conocen su tiempo y mudan regiones y puestos para criar sus hijuelos; assí ellos auiendo pasado el invierno en la templanza de el Océano en manadas vienen a nuestro mar en el verano, siguiendo el gusto de las aguas menos salobres y más frescas por los muchos ríos, que entran descargando en su seno, las que por tan dulces. A cuya causa, como Plinio repara, cuando de el Norte corren a desovar en nuetro mar estrecho, se arriman a las costas de España, tomando la vuelta las de África, en que consiste el beneficio y riqueza de nuestras provincias. En el Mediterráneo desovan y vuelven al Océano a su tiempo multiplicados por la numerosa cría, que suple con ventaja por los que quedaron de presa en las redes de la almadrava.
Zahara de los Atunes desde el cielo, por Killeando, 23 mayi 2013. Fuente: Wikipedia, la enciclopedia libre.
4.- [Esta es la numeración del original, obviando el 3] Tiene el asiento de las almadravas una fortaleza ante de los cabos, que llaman de Plata, nombrada Zahara, donde habitan el capitán y justicia mayor con otros oficiales y criados del duque de Medina Sidonia, cuya es esta pesquería. A sombra de ella están muchas caserías de un suelo cubierto de bóbeda para defensa de el fuego, que algunas veces an arrojado en ellas los moros corsarios de África. Siruen estas parte de tabernas, bodegas i otras tiendas de plaça; y parte ocupan los soldados de guarnición y los mercaderes que en todo el reino (i munchos fuera de el) concurren a comprar los atunes. Hazense también muchas ramadas o chozas que llaman chancas, en que se recojen los xavegueros y jente común de la pesquería, que pasan de ordinario de dos mil personas. Júntanse aquí de varias partes de Andalucía y hasta de los más remotos lugares de Castilla, Aragón, Cataluña, Portugal y Galicia gran número de aventureros y hombres perdidos, muchos dellos facinerosos, rufianes y forajidos. Estos traen consigo mugercillas infames. Y aún en sitio aparte tenían su casa pública como en las ciudades. Viuían como gente sin ley i sin rey. Hacían mil insolencias i desfueros. Avía robos, muertes, torpezas y desvergüenças casi desahuciadas de remedio. Eran comunmente unos para otros lo que en la mar los peces: presa el desvalido del que más puede. Si intentava la Justicia poner frenos a sus libertades, levantavan contra ella motines, sin que bastase su poder ni autoridad para reducirlos a lo que pide la razón o la humanidad.
Grabado antiguo titulado jesuita por Abate Tiron, 1845, y procede de “Histoire et costumes des Ordres Religieux”. Fuente: “1stdibs punto com”.
5.- La religiosa señora condesa de Niebla, luego que conoció de cerca y comunicó la Compañía de Jesús, y vió con sus ojos en el breve tiempo (aún no dos años) que duró en Sanlúcar la primera residencia de los nuestros, el grande fruto que con los ministerios se hazía, y el especial cariño, conque aquellos padres atraían a si y mejoraban las costumbres de los más estragados y disolutos ombres, deseó y procuró que de este gran bien participase aquella chusma allegadiza que se ocupava en la almadrava: hez de las provincias de España, que conducía a este pueblo su desventura o su interés. Porque juzgó prudente que ningún otro remedio había tan eficaz, como llevarles algunos de la Compañía por el tiempo, que durase la pesquería, para que con su prudencia, santa conversación y doctrina hiziesen estar a raia los más atrevidos; a las demasías pusiesen freno y remediasen la perdición y ruina de almas, que apenas se conocían si eran racionales, diferenciándose estos hombres de los brutos por sola la lengua. Tratolo con el padre Bartolomé de Bustamante, provincial en aquella sazón, el qual vino con gusto y facilidad en ello, tanto por pedirlo una persona de tanta autoridad como cristiana señora, zeladora grande de la onra de Dios, como por la mucha mies, que allí tendrían los fieles ministros del Evangelio.”»
Fuente: “Los pícaros de Conil y Zahara: estudio histórico sobre los jesuitas y las almadrabas del duque de Medina Sidonia en la segunda mitad del siglo XVI”, Pablo Antón Solé; edición original en Cádiz, 1965; reedición Ayuntamiento Conil, 2009.
[CONTINUARÁ el 29 septiembre 2024]
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