De como una chica que, hasta los catorce años, veraneaba habitualmente con su familia en CONIL, allá por los años sesenta y setenta del siglo pasado, estando trabajando, ya adulta, como documentalista en el Archivo General de Indias en Sevilla (AGI), junto a otra Licenciada en Historia, encuentran un papel con la siguiente anotación: “Juan Basallote, vecino de CONIL, preso en Cádiz por robo en el naufragio del SOBERBIO”. Esta casualidad y las relaciones personales con esta Villa y ese apellido, les hizo remover legajos en busca de más información, fruto de ello es el artículo que en varias entradas se va a transcribir en este blog, contando con la debida autorización.
El navío naufragado en la playa de La Barrosa nació como mercante en 1738, originalmente llamado “San Francisco de Asís”, propiedad del mercader gaditano Guillermo Terry y Ronan, que sin ser estrenado como tal fue incorporado a la Armada por la Corona Española, reinando Felipe V, al declararse una guerra contra Gran Bretaña.
La tragedia del naufragio se plasmaba con toda nitidez y crudeza en cuantos documentos consultaban, dominando el robo de los restos llegados a la playa por los vecinos de los pueblos cercanos, como CONIL y Chiclana. Así recordaron lo oído tiempo atrás a la anciana conileña María Basallote que contaba “… como, cuando llegaba noticias de un naufragio, los vecinos corrían a la costa, envueltos en manta para ocultarse en la noche y poder saquear entre los restos …”.
[VIENE de ayer, 27 de julio]
Nota: Todo el texto escrito en letra cursiva, itálica o bastardilla, se corresponde a la transcripción original del artículo. Las imágenes han sido seleccionadas por el transcriptor, con indicación de la fuente y autoría siempre que ésta haya sido posible identificar.
«UN MERCANTE EN LA REAL ARMADA (2).
Don Guillermo Terry (3), un irlandés afincado en El Puerto de Santa María, consiguió de la Corona su carta de naturaleza en 1729, así como el título de marqués de la Cañada-Tirry (4) [1]. Era uno de tantos extranjeros que entonces residían en el entorno de la bahía de Cádiz y cuyo objetivo era dedicarse al comercio con Indias. Invirtió gran parte de su capital en la construcción de un navío, pidiendo para ello la preceptiva licencia al rey Felipe V, licencia que le fue concedida el 1 de abril de 1736, encargando la fábrica al constructor José de Arzueta, quien trabajaba en el astillero santanderino de Guarnizo. En abril de 1738 llegó al puerto de Cádiz, tripulado por 130 hombres, con el nombre de “San Francisco de Asís” y el alias de “El Marqués”, sin duda en honor de su dueño. Montaba 32 cañones de hierro, de los cuales 24 eran del calibre de seis libras y ocho del de cuatro.
Escudo del marquesado de la Cañada. Blasonado: en azur, una faja, de plata, acompañada de tres cruces cruceteadas, de oro, puestas dos arriba y una en punta. Jefe de oro con un león naciente, de gules. Fuente: Paliano, 24/24/2012; Wikipedia, la enciclopedia libre.
Al día siguiente, don Guillermo dio cuenta de sus gálibos a las autoridades para que, de acuerdo con sus medidas, se pagaran los derechos correspondientes. Tenía dos cubiertas, puente a la oreja (cubierta corrida) y, según el codo real lineal, daba las proporciones siguientes: eslora, 66 (27,58 m); quilla, 55 (22,99 m); manga, 17 con 80 centavos (7,44 m); puntal, 7 con 40 centavos (3,09 m), lo que en total hacía 460 toneladas y 2/3.
Sin embargo, en una documentación posterior, de 1749, encontramos que Ciprián Autrán, capitán de maestranza de Cádiz, certificó unas medidas muy diferentes: eslora, 71 codos y 18 pulgadas (30,1 m); quilla, 60 (25,8 m); manga, 19 y 2 pulgadas (7,96 m); puntal, 8 y 10 pulgadas (3,67 m), con un total de 693 toneladas y 3/8 (5).
Foto 2: El navío "San Juan Nepomuceno", de 74 cañones (42 más que el “SOBERBIO”) navegando con otros buques. Pintura de Carlos Parrilla. Fuente: “todoababor punto es”, Juan García.
Por tanto, había una diferencia de unos tres metros en muchas de las medidas, y de 233 toneladas, aproximadamente, en el desplazamiento del buque —casi un tercio—, lo que nos descubre el fraude que tantas veces se daba a la hora de certificar el tonelaje de las embarcaciones: se rebajaba el mismo para pagar menos impuestos a la Real Hacienda.
Al llegar a Cádiz quedó a la espera de obtener licencia para incorporarse a la Carrera de Indias; pero en octubre de 1739 estalló la guerra con Gran Bretaña —«guerra de la Oreja de Jenkins» [2] para los ingleses y «del Asiento» para los españoles—, y el marqués de la Cañada recibió un requerimiento el 22 de noviembre del año siguiente para que su navío se incorporase «en préstamo» a la Real Armada. El rey no disponía de suficientes barcos para hacer frente a los enemigos en el mar y debía recurrir a los de particulares, de los cuales sólo seis resultaron aptos. Se firmó un contrato con sus dueños por el cual la Corona se comprometía a devolverlos tal y como éstos los habían entregado, y en caso de pérdida se les pagaría el valor tasado en ese momento. Se dio la circunstancia, increíble para un imperio como el español, de que sólo se pudo organizar una escuadra de 12 navíos, lo que significa que la Corona disponía únicamente de seis buques propios.
Corte de la oreja de Jenkins en 1731. El capitán español, Juan León Fandiño corta la oreja de Robert Jenkins. Fuente: “arrecaballo punto es”, 22/02/2020.
Todos estos mercantes recibieron un nombre de guerra, pasando “El Marqués” a llamarse “SOBERBIO”, si bien fueron necesarias otras modificaciones más complicadas con el objeto de convertirlo en un navío adecuado para la batalla. Se le abrió una batería baja para añadir 28 cañones, es decir, catorce por banda, con lo que los 32 iniciales se convirtieron en sesenta, aunque esta nueva línea no quedó “muy floreada”, casi a ras de agua. Se le reforzó íntegramente el interior del casco con baos en el aire, unas vigas transversales de costado a costado, y se hicieron pañoles para pólvora y otros pertrechos, así como para alojamiento de soldados.
Gran Bretaña pretendía dominar los mares y para ello debía desalojar a España de América. La guerra del Asiento: el día que Inglaterra quiso desalojar a España del Caribe, por Álvaro Van den Brule. Fuente: “elconfidencial punto com”, 26/11/2016.
Durante ocho años estuvo incorporado a la Real Armada, algo que sin duda mantuvo en vilo a su dueño, que lo despidió en Cádiz sin haberlo estrenado y siguió con lógica preocupación sus singladuras por Cantábrico, Atlántico y Mediterráneo. El “SOBERBIO” participó en varias acciones menores, hasta que se dio la batalla definitiva en Tolón, cerca de Marsella, contra la armada inglesa al mando del almirante Thomas Matthews. Las fuerzas estaban igualadas. La escuadra franco-española, comandada por monsieur De Court y don Juan José Navarro, contaba con 23 y 12 navíos, respectivamente, y los ingleses, con 33 más cuatro brulotes. A pesar de la traición de nuestros aliados franceses, que nada más comenzar la batalla se inhibieron de manera flagrante, Navarro consiguió una aplastante e inesperada victoria el 22 de febrero de 1744 gracias a su arrojo y habilidad táctica, hazaña que le mereció el título de marqués de la Victoria. El “SOBERBIO” resistió el combate a pesar de varios cañonazos que le ocasionaron graves desperfectos, posteriormente reparados en Cartagena (6).
Vista del combate de Tolón, 22 febrero 1744. Estampa grabada por Fernando Selma. Museo Naval de Madrid. Fuente: “eldebate punto com”, Fernando Cevallos Fresneda, 22/02/2024.
Tras la batalla, el navío regresa a Cádiz. Cumple su última misión sirviendo como capitana en un convoy durante la primavera de 1748, escoltando hasta Madera a una flota de mercantes que transportaban con urgencia azogue para las minas de Nueva España. Al mando de Juan de Egues el convoy sufrió otro ataque por parte de los ingleses, quienes apresaron cuatro navíos españoles por la retaguardia el 18 de marzo. Después de este desafortunado episodio, que para los británicos fue una pequeña venganza por su derrota en Tolón, nuestro navío regresa de nuevo a Cádiz y es devuelto a su dueño al firmarse la paz de Aquisgrán, asumiendo el nuevo rey Fernando VI los gastos de su reconversión en mercante para dejarlo con su estructura original.»
Notas de las autoras:
(2) Toda la información para este epígrafe se encuentra en los legajos del Archivo General de Simancas (en adelante AGS): Secretaría de Marina, 315, 316, 434, 435, 436, 437 y 477; y en el Archivo General de Indias (en adelante AGI): Consulados, 205, y Contratación, 1526.
(3) El apellido Terry aparece en la documentación como «Tirry», producto de la pronunciación inglesa del mismo. Tenemos constancia de que fue el primer antepasado afincado en España de la hoy conocida familia que da nombre a las bodegas de brandy.
(4) AGI, Indiferente General, 446 A, libro 42; Archivo Histórico Provincial de Cádiz (en adelante AHPC), Protocolos de Cádiz, tomos 4471, 4474 y 4486.
(5) Ambos arqueos los encontramos en AGI, Contratación, 1526.
(6) Para imaginar la magnitud de esta batalla y la potencia de fuego desplegada, baste recordar que en la de Trafalgar, en 1805, participaron en total 60 navíos por ambos bandos, ocho menos que en Tolón. Y, sin embargo, Navarro, con sólo doce a su mando, venció a los 33 ingleses.
Notas del transcriptor:
[1] Marquesado de la Cañada.- Título nobiliario español creado por el rey Felipe V el 28/09/1729 a favor de Guillermo Tirry y Ronan, alférez mayor de El Puerto de Santa María y regidor perpetuo de Cádiz, caballero de la Orden de Santiago. Fuente: Wikipedia, la enciclopedia libre. Más información AQUÍ.
[2] Guerra del Asiento o de la Oreja de Jenkins (1739-1748).- Conflicto bélico en el que se enfrentaron las flotas y tropas del Reino de Gran Bretaña y del Imperio Español, principalmente en el Caribe. Fuente: Wikipedia, la enciclopedia libre. Para más información pinchar AQUí.
[3] La batalla de Tolón.- También llamada batalla del cabo Sicié fue un combate naval librado el 22 de febrero de 1744 frente a la costa francesa, cerca de Tolón, en el marco de la guerra de sucesión austríaca. Fuente: Wikipedia, la enciclopedia libre. Más información AQUÍ.
Fuente: “El SOBERBIO. Naufragio y rescate de un navío en el siglo XVIII”, por Genoveva Enríquez Macías (Universidad de Sevilla) y Victoria Stapells Johnson (Universidad de Ottawa, Canadá). Revista de Historia Naval; Instituto de Historia y Cultura Naval Armada Española; N.º 93, Año XXIV, 2006, pp. 33-56. // Tesis doctoral: “Guillermo Terry, armador en Cádiz y su navío SOBERBIO. Guerra y comercio en la primera mitad del siglo XVIII”. Autora, Genoveva Enríquez Macías, Director-Tutor, Pablo Emilio Pérez-Mallaína Bueno. Universidad de Sevilla, febrero 2023.
[CONTINUARÁ el próximo 4 de agosto]
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