De como una chica que, hasta los catorce años, veraneaba habitualmente con su familia en CONIL, allá por los años sesenta y setenta del siglo pasado, estando trabajando, ya adulta, como documentalista en el Archivo General de Indias en Sevilla (AGI), junto a otra Licenciada en Historia, encuentran un papel con la siguiente anotación: “Juan Basallote, vecino de CONIL, preso en Cádiz por robo en el naufragio del SOBERBIO”. Esta casualidad y las relaciones personales con esta Villa y ese apellido, les hizo remover legajos en busca de más información, fruto de ello es el artículo que en varias entradas se va a transcribir en este blog, contando con la debida autorización.
El navío naufragado en la playa de La Barrosa nació como mercante en 1738, originalmente llamado “San Francisco de Asís”, propiedad del mercader gaditano Guillermo Terry y Ronan, que sin ser estrenado como tal fue incorporado a la Armada por la Corona Española, reinando Felipe V, al declararse una guerra contra Gran Bretaña.
La tragedia del naufragio se plasmaba con toda nitidez y crudeza en cuantos documentos consultaban, dominando el robo de los restos llegados a la playa por los vecinos de los pueblos cercanos, como CONIL y Chiclana. Así recordaron lo oído tiempo atrás a la anciana conileña María Basallote que contaba “… como, cuando llegaba noticias de un naufragio, los vecinos corrían a la costa, envueltos en manta para ocultarse en la noche y poder saquear entre los restos …”.
Nota: Todo el texto escrito en letra cursiva, itálica o bastardilla, se corresponde a la transcripción original del artículo. Las imágenes han sido seleccionadas por el transcriptor, con indicación de la fuente y autoría siempre que ésta haya sido posible identificar.
«INTRODUCCIÓN.
El patrimonio histórico sumergido está despertando un creciente interés en las últimas décadas. De hecho, la propia definición se acuña a raíz de las prospecciones realizadas por parte de empresas privadas, que sacan a la luz el fenómeno de los naufragios como atractivas aventuras con grandes beneficios comerciales. Pero la consecuencia es que el rescate de pecios ha provocado intereses encontrados. Por una parte, el vacío legal y la falta de conciencia de muchos gobiernos, que no contemplan el patrimonio subacuático con la misma rigurosidad y carácter científico que se aplica al terrestre, a lo que hay que añadir el imaginario popular, con una visión idealizada de aventureros que bucean en mares tropicales y encuentran arcones llenos de cadenas de oro y piedras preciosas, tesoros que están allí, sin dueño, bajo el agua, esperando que alguien los saque a la superficie. De otra parte, tenemos al mundo científico —historiadores, arqueólogos y conservadores —, que reaccionó a su vez ante la evidencia de que este patrimonio hasta entonces ignorado debía ser protegido, con lo que paralelamente se ha ido desarrollando una especialización de los distintos profesionales relacionados con el pasado sumergido.
Interés en la protección de nuestro patrimonio arqueológico subacuático. Fuente: “hoyesarte punto com”, 27 septiembre 2011.
Un naufragio no es sólo el tesoro material: es también el tesoro documental desde el punto de vista histórico; y éste precisamente es el aspecto que se suele olvidar a la hora de profundizar en las múltiples facetas que se nos presentan al abordar uno de estos episodios. Cuando trabajamos las épocas moderna y contemporánea, y específicamente la Carrera de Indias, nos encontramos con la verdadera joya de las fuentes escritas, que proporcionan una información amplísima y valiosa sobre todos los aspectos concernientes a la navegación, comercio, construcción naval, sociedad de la época, mentalidades, alimentación, climatología, historia del arte, tecnología, etc. En resumen, si un pecio es una “cápsula del tiempo”, las fuentes documentales nos abren la puerta para estudiarlo en toda su amplitud.
A la derecha, esquina del edificio en Sevilla de la Casa de Contratación, próximo a la Catedral. Fuente: “gadeas punto com”.
El naufragio del SOBERBIO se nos ofreció como un caso extraordinario. El navío quedó accesible para recuperar la carga, los trabajos se realizaron inmediatamente después del hundimiento y se prolongaron a lo largo de más de tres años, de una manera sistemática y rigurosamente controlada por el CONSULADO Y LA CASA DE CONTRATACIÓN [1], cuyos representantes enviados al lugar del rescate emitieron informes diarios pormenorizados. Esto generó una cantidad enorme e inusual de documentación en relación con otros naufragios. Procesar toda esta información, encontrada básicamente en los Archivos Generales de Indias y Simancas, fue una tarea asimismo minuciosa acometida dos siglos y medio después del suceso, cuyo resultado es este relato completo de un salvamento realizado a mediados del siglo XVIII, en toda su complejidad y detalle (1) [2].»
Algunas de las piezas que están siendo recuperadas en el Centro de Arqueología Subacuática de Cádiz. A. Vázquez. Fuente: “lavozdigital punto es”, 10 junio 2019.
Nota de las autoras:
(1) Este artículo es el avance de un trabajo mucho más amplio sobre la biografía completa del SOBERBIO. Aquí presentamos sólo lo que concierne a su naufragio y rescate, con una pequeña introducción acerca de los años anteriores a su pérdida.
Notas del transcriptor:
[1] La casa de Contratación y el Consulado de Mercaderes fueron dos de las más importantes instituciones creadas para gestionar, administrar, controlar y fiscalizar las relaciones comerciales entre España y América a través de la Carrera de Indias. Dos herramientas que permitieron desarrollar el sistema monopolístico comercial sobre los nuevos territorios ultramarinos a través de una alianza de intereses entre el ámbito público y el privado. Fuente: “gadeas punto com”, 19 enero 2022.
[2] Según una de las autoras, en 2006, trabajaban las dos como documentalistas en el Archivo General de Indias, al escribir el artículo proyectaron llevarlo a un libro, pero la vida las llevó por caminos diferentes, y aquel proyecto quedó en el aire.
Fuente: “El SOBERBIO. Naufragio y rescate de un navío en el siglo XVIII”, por Genoveva Enríquez Macías (Universidad de Sevilla) y Victoria Stapells Johnson (Universidad de Ottawa, Canadá). Revista de Historia Naval; Instituto de Historia y Cultura Naval Armada Española; N.º 93, Año XXIV, 2006, pp. 33-56. // Tesis doctoral: “Guillermo Terry, armador en Cádiz y su navío SOBERBIO. Guerra y comercio en la primera mitad del siglo XVIII”. Autora, Genoveva Enríquez Macías, Director-Tutor, Pablo Emilio Pérez-Mallaína Bueno. Universidad de Sevilla, febrero 2023.
[CONTINUARÁ mañana, 28 de julio]
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