jueves, 26 de enero de 2023

DE LA SEGUNDA VISITA DE SIMÓN DE ROJAS A CONIL, y, 2ª Parte (1809).

«”BENEFICIO DE LA MINA.

La escasez de municiones en la guerra actual1, aunque no tan sensible o grande como la de armas, ha hecho pensar al Gobierno Central en beneficiar la Mina de Azufre de CONIL, famosa en Europa por los bellos cristales que se ven en los Gabinetes.

Salió a este fin de Sevilla para CONIL a primeros de Junio con la Comisión de dirigir la Empresa Don Antonio López de Haro, nieto catorce del famoso Capitán Don Diego López de Haro y natural de Jaén, hombre que desafía con la mayor confianza a los famosos mineralogistas de Gabinete, sin embargo de carecer él casi enteramente de ideas científicas, que sin embargo no deja de tener bastante práctica adquirida en la Fábrica de Azufre de Vittel2 de Aragón, que parece reformó él, en las Minas de Almadén3, en las de Linares4, en otras comisiones y destinos y en sus frecuentes viajes por la mayor parte de España; hombre naturalote de unos 55 años, temerario y presuntuoso en su profesión, más inteligente en la economía de las minas que en la ciencia propiamente mineralógica, que sabe manejar muy bien a los mineros y tiene mucha afición al campo y la naturaleza.

Dos extraordinarias imágenes del azufre de CONIL. Fotografías gentileza de Emilio Sastre Domínguez

Éste pues, hallándose en CONIL, pueblo misérrimo, sin más avío que el de cal, yeso, leña y brazos, se ha provisto en Chiclana de la obra de esparto que necesita y solicitado al Arsenal de la Carraca5 hierro viejo y la madera de unos navíos viejos que se hallan en el Arsenal de la Carraca, ya que los almacenes de éste se hallan tan desprovistos de madera y no las hay en el País. 

Comenzó a abrir la Mina tan cerca del sitio en que ya otra u otras veces se había beneficiado, que ha dado con el trabajo antiguo por una lado de la excavación apenas ha levantado unas tres varas6 de arcilla algo azulada que cubre la peña matriz del azufre. Se compone ésta, al parecer, de la misma arcilla endurecida más o menos, siempre demasiado, según los esfuerzos que el romperla cuesta el peón armado de su pico, casi siempre mezclada, al parecer, con bastante cal, casi siempre negruzca, gris o azulada, a veces con yeso compacto que en algunos puntos se presenta sólo y bastante puro de color gris, siempre llena de intersticios huecos que forman también cuevas hasta de dos pieshueco, cuyo interior tapizan los cristales de azufre acompañados y mezclados con otros de espato calizo, siempre chicos, forrados rara vez por el espato mismo que se amolda a su forma, siendo muy varia la dirección y agrupamiento de los cristales de azufre y del espato, muy confusa a veces su forma y mal pronunciada y tanto mayor su tamaño cuanto mayor la cavidad en que se forman. Presentan una pirámide de cuatro lados, a veces desiguales. Muy rara vez se encuentra un prisma pequeño de cuarzo anegado con la ganga de azufre.

PETRÓLEO.

Los intersticios y cueva que suponen ser tanto mayores y más ricos de azufre cuanto más profundos, suelen estar casi llenos y con porción muy varia de una agua pardo negruzca, de sabor algo resinosos y bituminoso y azufroso como su olor, que llaman los mineros agua aceitosa, porque lo es efectivamente mucho al tacto. Yo entiendo que es un verdadero petróleo, aunque sólo he visto de ella una corta porción en la misma mina.

Cuando yo la ví (día 6 de agosto de 1809) no se había cortado más que una media vara8 de piedra, la cual al principio contenía muy poco mineral, pero da ya tal cual y se espera que llegue a dar bastante y, añade el Comisionado, que no ha de tardar mucho en encontrarlo puro en grueso banco.

Además de los cristales, se le ve en lo ahondado hasta ahora salpicando la roca sin orden y aún se encuentran unidos a ella pedazos casi puros algo grises del mismo azufre en masa formando como costras hasta del largo y grueso de una cuarta con poco grosor. Estos pedazos son, a mi ver, los que dan más esperanzas de hallar abundante el mineral en bolsas o acaso bancos. Los demás modos en que se halla hacen costoso y difícil su aprovechamiento y acaso insuficiente para cubrir los gastos por la tenacidad de la roca y lo muy diseminado del mineral.

La fábrica antigua de fundición era mezquina, según demuestran sus vestigios, y parece se abandonó porque no se costeaba. Nunca o muy rara vez falta el espato calizo en las cavidades de la roca matriz, aunque sean pequeñas, pero el azufre suele faltar enteramente. Los cristales de azufre se implantan sobre los del espato muy frecuentemente. Cuando los cristales de azufre se agrupan muy confusamente suelen presentar superficies más o menos redondeadas, en este caso dicen los mineros que forman bolos.

Paraje de la Mina con las lomas de la Rubia (99 msnm) y las Gorrionas (102 msnm) enfrente, en medio el arroyo Cañada de la Mina, que procede de la Hinojera (o Sinosera). Fotografía gentileza de Emilio Sastre Domínguez.

USO9.

En CONIL es muy mal visto que un hombre vaya por la calle cargado de espuerta ni otra cosa, aunque sea propia; sólo puede arrostrar esta nota de bajeza el que ejerce el vil oficio de posadero. Las mujeres son las que van a comprar a la plaza y los muchachos los que llevan los mandados. Aún la hierba para las bestias, no estando bien que la lleve un hombre, se entrega a un muchacho. Está también muy mal visto que se hable a una mujer en la calle, a no ser muy conocida, porque siempre lo echan a mal. A pesar de ser los CONILEROS gente tan zafia y haragana, etc., [es] muy raro ver robar a la fuerza. Se emplean muchos de CONIL en llevar a Cádiz tagarninas, que van a coger hasta el término de Algeciras cuando escasean en el propio. Hay hombre que ha llegado a sacar de una carga de borrico hasta 60 pesos. El otro Scolymus común, más alto y famoso, abunda también en los campos de CONIL como en los de todo el País junto con el de las tagarninas y le llaman cardo perruno. También se dedican con igual interés a coger los Asparagus albus que llevan a Cádiz, a veces desde primeros de Octubre hasta primeros de Abril. En el Pueblo prefieren para comer los del Asparagus acutus vulgo triguero, que no se estima en Cádiz; éste se cría en los campos, el blanco en el monte.

Este año le ha dado el trigo en una hacienda a uno de CONIL 24 por uno.

Hay en CONIL bastantes borricos que valen este año 60 pesos y lo hay que no se da por menos de 120 ducados. La causa de un valor tan extraordinario es haberse llevado para la guerra todos los caballos útiles.

Junto al Camino mismo de Medina a Vejer y a mitad de él está la Cueva del Gar10, bastante famosa en el País.

Grupo de varios ejemplares de borricos. Fuente: “reservaburroandaluz punto es”.

OCRE.

Volví a ver la arcilla del sitio llamado el Charcón en la embocadura del Río de CONIL. Ocupa a lo largo de él, por el lado derecho subiendo, como cinco minutos, formando tajo a trechos y cuesta en lo demás contra que bate el Río. Se eleva por lo más alto de 50 a 60 varas11 sobre el nivel de éste, es por lo común azulada y con el olor poco intenso, pero en trechos lo tiene subido y rojo subido, siendo en ambos casos mucho más pura y más blanda, excelente para la loza y crisoles para modelar y más desmoronadiza, lustrosa y bella. Sus capas, casi verticales, padecen mil contorsiones, que las llegan a poner casi horizontales.

Corona esta formación una horizontal de caliza con conchas, igual a la que es fundamento del Pueblo de CONIL. Vi un banco mal seguido entre los de pizarra, delgado de caliza impura. Igual situación y grosor (hasta de dos pulgadas)12 tienen al parecer, los de manganesa13 que, a veces llevan un núcleo calizo y, a veces, ninguno y, a veces, uno de ocre ya amarillo, ya rojo, ya pardo y más o menos fino. Pero yo no vi la manganesa sino en pedazos, por lo común rodados y menos de los que esperaba que llevasen ocre, sin poder saber cuáles contenían hasta verlo, habiéndolos roto. En algunos forma la manganesa como una hematites, en otro forma red superficial de cordoncillos sobre un pedazo de ella que lleva ocre.”»

Dos curiosos visitantes observando y recogiendo pequeñas partículas de azufre cristalizado, arriba se puede ver parte de uno de los tejados del Cortijo de la Mina. Fotografía gentileza de Emilio Sastre Domínguez, verano 2022.

NOTAS:

1.- Se trata de la Guerra de la Independencia, 1808-1814.

2.- Sin duda se quiere referir al municipio de Villel, perteneciente a la provincia de Teruel (Aragón). Para la fabricación de la pólvora se empleaba azufre, carbón y salitre, que se molía en los molinos, comúnmente hidráulicos, de la fábrica.

3.- Minas de Almadén (Ciudad Real), quizás la explotación más antigua del mundo, dedicada a la extracción del mercurio, la plata de los romanos, está declarada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2012. Fuente: “cuevasturisticas punto es”.

4.- El distrito minero de Linares se localiza en Sierra Morena, provincia de Jaén, siendo también muy antigua su actividad minero metalúrgica.

5.- El Arsenal de la Carraca fue uno de los mayores centros militares españoles destinado a la construcción y reparación de buques, y al almacenamiento y distribución de armamento y munición, entre los siglos XVIII y XX. Fuente: Wikipedia, la enciclopedia libre.

6.- Tres varas equivalen, aproximadamente, a 2,50 metros.

7.- Dos pies equivalen a 0,61 metros.

8.- Media vara equivale a 0,42 metros.

9.- Vienen a continuación una serie de impresiones muy subjetivas de Simón de Rojas, referidas al hombre y a la mujer conileños, que nos pueden resultar hoy en día, al menos, muy singulares.

10 .- Debe referirse a la Cueva de las mesas de Algar, localizada en los términos de Medina Sidonia y Vejer de la Frontera, con una calificación de Zona de Especial Conservación (ZEC) y una superficie de 84,08Há. Es una antigua explotación minera de la época romana de la que se sacaban piedras de arenisca para la construcción. Fuente: “jandalitoral punto org”.

11.- Cifras equivalentes, aproximadamente, de 42 a 50 metros.

12.- Unos 5 centímetros.

13.- Manganesa, pirolusita, mineral de color gris o negro y brillo metálico que constituye la principal mena del manganeso. Fuente: Diccionario Oxford Languages. 

Fuente: “VIAJE A ANDALUCÍA, historia natural del Reino de Granada (1804-1809)”, pp. 739-742, Simón de Rojas Clemente Rubio. Edición, transcripción, estudio e índices de Antonio Gil Albarracín, otros trabajos de Horacio Capel Sáez y M.ª Pilar de San Pío Aladrén. Almería-Barcelona 2002. 

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