jueves, 16 de diciembre de 2021

EN UNO DE LOS RINCONES DEL ARCHIVO PARROQUIAL DE CONIL: MATRIMONIO (1832).

Hace unos meses, en el discurrir de este blog, compartido con el muro de facebook, nos cruzamos con los Estados Unidos Mexicanos, gracias a la coincidencia toponímica de CONIL, una población ya desaparecida, pero que los “conquistadores” españoles hallaron, en la costa de la península de Yucatán.

Mapa de los Estados que forman México. Fuente: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. Constituciones hispanoamericanas.

Hoy, los caminos vuelven a coincidir, en este caso gracias a un matrimonio que, aunque celebrado en la Catedral de Cádiz, unió a un mexicano, de ascendencia española, en segundas nupcias con una conileña.

Reproducción de la hoja correspondiente del Libro de Matrimonios (en Apéndice 1 se transcribe literalmente su contenido). Archivo Parroquial de Conil de la Frontera. Agradecimientos: Antonio Martínez Cordero, por la localización del documento; y, Yelman F. Bustamante Solórzano, párroco de Santa Catalina.

Él fue Luis Beltrán María Dionisio del Castillo-Negrete Soto-Posada, nacido el 9 de octubre de 1798, en Ciudad de México, Distrito Federal, siendo sus padres Manuel del Castillo-Negrete y Fernández-Ropero y María Felipa Ramona Soto-Posada Lozano. Luis siguió la carrera de las letras, estudiando en el Colegio Viejo (San Dionisio de Areopagita), del Sacro Monte de Granada, en el que recibió el grado de Bachiller en Leyes.

Representación del Colegio Viejo (colegio de San Dionisio de Areopagita). Fuente Abadía del Sacro Monte. Granada. Museo.

Posteriormente se desplazó a Madrid y se recibió de abogado de los Reales Consejos (Ver Apéndice 2). En Granada se casó, probablemente sobre 1823, puesto que su primera hija, Dolores, nació el 7 de enero de 1824, en Madrid ; su esposa fue la barcelonesa Mariana Brosey Carrasco, nacida el 21 de octubre de 1805, con la que tuvo, además de la mencionada Dolores, otros tres hijos, todos ellos conileños, ya que desde 1825 ocupaba el cargo de Corregidor de esta Villa; siendo sus nombres: Carlota (07/02/1826-1885), Manuel (31/08/1827-1831) y Luisa  Guadalupe (22/08/1831-1915). Mariana falleció muy joven, a los 25 años, el 23 de septiembre de 1831, en la vecina ciudad de Chiclana, desconociéndose las causas y el motivo de esa localización.

Firma de Luis del Castillo Negrete, en la primera sesión del Ayuntamiento de Conil, donde se tiene constancia de su presencia, 1 de enero de 1829 (faltan las actas de 1822-1828. Fuente: Archivo Municipal de Conil. Agradecimiento: Isabel González Ramírez.

Luis, con 33 años, se volvió a desposar, cuando aún no había transcurrido ni seis meses del fallecimiento de su anterior esposa, concretamente el 19 de marzo de 1832, con la vecina, y natural, de esta Villa Josefa Morales y Cifuentes, de 21 años, hija de Bartholomé Gerónimo Morales y Manuela Cifuentes; la ceremonia tuvo lugar en la Catedral de Cádiz, siendo oficiada por el Cura Teniente, también conileño y quizás tío de la contrayente, Miguel Cifuentes Moreno, quién, ya en Conil, después de la Velación, les dio las bendiciones nupciales el 3 de septiembre de 1832.

Retrato de Luis del Castillo-Negrete Soto-Posada. Fuente: “geni punto com”.

Fotografía del conileño mejicano Manuel del Castillo-Negrete Morales, primer hijo del matrimonio Luis y Josefa. Fuente: “geni punto com”.

Fruto de este matrimonio fueron siete hijos, siendo el primero, Manuel, el único que nació en Conil de esta unión, el 29 de diciembre de 1832 (falleció en 1902); los demás, nacieron todos en distintas poblaciones de México, de acuerdo con los destinos que iba ocupando Luis del Castillo-Negrete, siendo sus nombres: Josefa María Dolores (Monterrey, 1835-1932), Felipa (Monterrey, 1836-1926), Luis Florencio Gerónimo (Baja California, 1837-1888), Delfina (Baja California, 1840-¿?), Manuela María de la Visitación (Baja California, 1842-¿?) y Carmen (Mazatlán, 1843-¿?).

Localización sobre una captura de pantalla de Google, de las poblaciones nombradas en esta entrada, 22 octubre 2021. La cruz sobre Jalisco se corresponde a Sayula, donde falleció Josefa Morales.

Localización de Monterrey, donde nacieron varios hijos del matrimonio. Entonces estaba en Alta California, dentro de la República Mexicana, actualmente y desde 1848, como toda la Alta California, forma parte de EE.UU.

Mapa de la zona mexicana en los tiempos descritos. Fuente: Baja California. Mancomunidad Hispánica. Historia Alternativa. Fandom.

Las fechas y lugares de nacimiento de la numerosa prole, nos van indicando las vicisitudes por las que iba pasando la carrera del licenciado del Castillo, así podemos deducir que en Conil estaría en el período 1825-1832. En los libros de Actas Capitulares del Ayuntamiento de esta Villa, podemos ver que la primera referencia escrita de su cargo está en la firma de la sesión del 1 de enero de 1829, porque las de años anteriores están desaparecidas. Durante este tiempo, por el buen desempeño de su puesto y de otras comisiones importantes que le confió el Gobierno, mandó S.M. Fernando VII que se le colocase en un Corregimiento de tercera clase.

Reproducción del Artículo de Oficio, por donde se recompensa los servicios prestados, a Luis del Castillo-Negrete, entre otros muchos (en Apéndice 3 se transcribe literalmente este documento). Fuente: “Gaceta de Madrid”, Núm. 60, del sábado 14 de mayo de 1831.

En este estado pasó a México en unión de su hermano Francisco (es mencionado en el Apéndice 6), revalidando su despacho de abogado y fue colocado de juez de distrito de la Alta California al poco tiempo, que fue en septiembre de mil ochocientos treinta y tres. En abril del siguiente año (1834) salió para su destino en compañía de la colonia que marchó a aquel país, y después de algunas detenciones llegó a Monterrey de la Alta California y se recibió de su destino en septiembre del mismo año. Por no haber querido adherirse al movimiento revolucionario que estalló allí el año de ochocientos treinta y seis, salió de allí y fue colocado de jefe superior político en la Baja California (ver Apéndice 5, donde se reproduce un ensayo titulado: “En favor de la Alta California”, de fecha 30junio 1836).

Gobernó aquel país con tino y moderación, y a consecuencia de tan repetidas instancias que hizo para que se le relevase, por la carencia de sus sueldos en aquel país tan pobre, pasó al puerto de Mazatlán (en Apéndice 6, se reproduce con más detalle cómo fue su gobierno). En este puerto desempeñó el juzgado de primera instancia y otros asuntos particulares, mereciendo muy buen concepto público, y murió en mil ochocientos cuarenta y tres, el 28 de septiembre, con 44 años. Su esposa Josefa, madre de sus últimos siete hijos, le sobrevivió hasta el 11 de octubre de 1880, cuando falleció con 68 años en Sayula, Jalisco.

Imagen del centro de Sayula, quizás fechada en los primeros años del siglo XX. Fuente: José Luis Rodríguez Larios, “behance punto net/gallery”.

Llama la atención algunos aspectos de la vida de esta familia, como es el número de hijos, ya que él, falleciendo relativamente muy joven, dejó una larga prole; también es llamativa las edades de las esposas, en cuanto a la primera, Mariana Brosey, fallecida con 25 años, tuvo cuatro hijos; la segunda, la conileña Josefa o María Josefa Morales, conoció a Luis, nuestro personaje, con unos 21 años, formalizando su relación mediante el matrimonio, antes de los seis meses del fallecimiento de la primera y engendrando sobre la marcha al primer hijo de esta unión, Manuel, todavía en Conil. Sorprende el cambio tan grande que supondría para esta conileña, vecina de un pequeño y cerrado pueblo costero del primer tercio del siglo XIX, con su ancestral retraso, el desplazarse miles de kilómetros, al otro lado del Atlántico, al lado de un hombre importante, licenciado en leyes, muy ambicioso por su carrera, y acompañándolo en todos sus destinos, algunos de ellos de gran peligro, como el de Jefe Superior Político de la Baja California, por los convulsos y variados movimientos políticos que se daba.

Apéndice 1:

Transcripción literal del original de R.C. López:

Margen: “Velación de Don LUIS DEL CASTILLO Y NEGRETE y Doña JOSEFA MORALES Y CIFUENTES.

En la Villa de Conil de la Frontera, en tres días del mes de septiembre del año de mil ochocientos treinta y dos; yo Don Miguel Cifuentes Moreno, Cura Teniente de las Iglesias de esta dicha Villa y Administrador de Rentas Decimales de la misma, di las bendiciones nupciales, según lo dispone el Ritual Romano, a Don Luis del Castillo y Negrete, Corregidor en esta misma Villa, natural de México en la América Septentrional, Viudo de Doña María Brosey, hijo legítimo de Don Manuel del Castillo y de Doña María Felipa de Sotoposada, y a Doña Josefa Morales y Cifuentes natural y vecina de esta Villa, hija legítima de Don Bartolomé Gerónimo Morales y Doña Manuela Cifuentes a los quales desposé en la Ciudad de Cádiz el día diez y nueve de marzo del presente año, por palabras de presente que hicieron verdadero y legítimo matrimonio haviendo antes confesado comulgado y dispuestos los sugetos y dispensadas las tres moniciones o proclamas por el Ilustrísimo Señor Obispo de Cádiz Don Fray Domingo de Silos Moreno, según consta el despacho cometido y Comisión que me fue conferida el día catorce de marzo del mismo año, haviendo obtenido las licencias paternas la dicha Doña Josefa Morales, a cuyos consentimientos se hallaron presentes por testigos Don Juan Sánchez del Corral Prebendado de la Santa Iglesia Cathedral de dicha Ciudad de Cádiz Don Francisco Javier del Castillo y otras personas de aquel vecindario de que doy fe y lo firmé. Rúbrica y firma de Miguel Cifuentes Moreno.”

Estatua a Domingo de Silos, obispo de Cádiz. Autor: “HombreDHojalata”, 9 agosto 2010.

Apéndice 2:

Información de cómo ejercer de abogado en los consejos.

Para ejercer como abogado en los consejos y demás tribunales y juzgados de los reinos, era preciso haber obtenido el título de Abogado de los Reales Consejos, expedido por el Consejo de Castilla. La tramitación para "recibirse como abogado de los reales consejos", era muy homogénea. El interesado debía presentar un memorial, la partida de bautismo y los certificados de los estudios universitarios y de las prácticas realizadas en el estudio de un abogado de los Reales Consejos. Una vez que el Consejo de Castilla consideraba válidos los documentos aportados, le señalaba pleito y, si finalmente era aprobado por los consejeros de la sala de gobierno, prestaba juramento. El último documento del trámite era la carta de pago por la expedición del título. Hay dos períodos en que se alteró este procedimiento. El primero es en 1814, cuando Fernando VII restableció el Consejo Real a su planta anterior a 1808 (R.D. de 30 de mayo), ya que se inician expedientes para la habilitación del ejercicio de la abogacía, a los que sirvieron al gobierno intruso en empleos de judicatura. El segundo período corresponde a los años 1823 a 1834, en el que se debía justificar la conducta moral y política "durante la llamada Constitución". El artículo 8º de R.D. del 5 de febrero de 1824, estableció "que los abogados, escribanos y procuradores que se hayan recibido durante la época del pretendido Gobierno Constitucional, se les mande sacar nuevos títulos, previa la censura de su conducta moral y política, ejecutándose ésta con arreglo a lo que sobre la materia de purificaciones me reservo determinar". Una circular posterior del Consejo de Castilla, del 4 de abril de 1824, incidió en que los abogados, escribanos y procuradores recibidos de tales por el Gobierno Constitucional, debían acreditar los conocimientos que se requerían antes del 7 de marzo de 1820. Por ello, a partir de 1823, para expedir los títulos de abogados de los Reales Consejos se formó, en la sala de gobierno del Consejo, una Comisión que examinaba el expediente de información que demostraba "no haber sido miliciano voluntario local ni pertenecido a otra alguna asociación reprobada por las leyes". Fuente: “Expedición del título de Abogado de los Reales Consejos”, 1748-1834. Portal de Archivos Españoles, PARES.

Apéndice 3:

Transcripción literal:

ARTÍCULO DE OFICIO.

El Rey nuestro Señor, nuestra amada Reina [María Cristina de Borbón Dos-Sicilias] y la augusta Infanta [Isabel], igualmente que SS.AA.RR. los Serenos: Sres. Infantes, siguen en el Real Sitio de Aranjuez, sin novedad en su importante salud.

El Rey nuestro Señor se ha servido expedir con fecha 10 de este mes [mayo] el Real Decreto siguiente:

El interesante servicio que han hecho á la religión, a mi Real Persona y al Estado algunas autoridades y otros individuos dependientes del ministerio de vuestro cargo, contribuyendo de varios modos con las fieles tropas de mi ejército y los beneméritos voluntarios Realistas á la destrucción de los rebeldes, que en los últimos meses quisieron turbar la paz de los pueblos de la Serranía de Ronda, Campo de San Roque y Costas de Cádiz, según aparece del expediente que habeis instruido para hacerlo constar, les he granjeado el reconocimiento de la inmensa mayoría de mis amados vasallos, que felices en la tranquilidad debida al orden legítimo, y enseñados por la experiencia detestan la revolución y sus autores, dándome cada día nuevas pruebas de su amor y lealtad; pero queriendo mi soberana justicia que los que han sabido llenar tan completamente su deber reciban, además de la lisonjera recompensa que les da la gratitud pública, una señal de mi Real aprecio, al mismo tiempo que los débiles y dudosos son separados del ejercicio de sus funciones; he venido en resolver que sean promovidos a plazas togadas en los tribunales de la Península el corregidor de Estepona D. Andrés Masegosa, el alcalde mayor de … y ascendidos a varas de tercera clase los alcaldes mayores de Puerto Real D. Francisco María Bolivar, y de CONIL D. LUIS DEL CASTILLO Y NEGRETE, y el corregidor de … Tendreislo entendido, y dispondreis lo necesario á su puntual cumplimiento.= Está rubricado de la Real mano = A D. Francisco Tadeo de Calomarde.

Apéndice 4:

Biografía de Manuel del Castillo y Negrete, padre de Luis.

Manuel del Castillo y Negrete. Peñalver (Guadalajara), c. 1750 – Madrid, c. 1812. Jurisconsulto.

Nació en el seno de una familia castellana de hidalgos siendo hijo de Manuel del Castillo y de María Fernández Ropero. A temprana edad es enviado a Sigüenza (1761), donde inicia sus estudios, graduándose de bachiller en Cánones. Siguiendo los pasos de su tío José del Castillo Negrete, que fue colegial de Santa Catalina Mártir de los Verdes, profesor de la facultad de Sagrados Cánones y ocupa cargos relevantes cerca de la Corona, pasa luego a Alcalá de Henares, donde obtiene beca en el Colegio de Santa Catalina Mártir de los Verdes (1767) y grado de licenciado (17 de diciembre de 1771), abriéndole el camino hacia el ejercicio profesional. Inicia su cursus honorum en la universidad realizando sustitución a cátedras, haciendo oposiciones a canonjías de oficio y cátedras y, siendo rector de su colegio (1773), méritos que se van sumando a su currículum. Según alguno de sus biógrafos a partir de 1768 —buscando una mejor salida profesional— entra en Madrid a cursar la carrera de jurisprudencia en una academia de Derecho Canónigo y Civil, donde llega a ser profesor y vicepresidente.

Fuera de las aulas su carrera profesional se inicia ejerciendo leyes en Alcalá y Madrid (1768-1776) y como visitador del obispado de Sigüenza (1775), destacando por su conocimiento jurídico. Su trayectoria dentro de la administración americana comienza en 1777 cuando es admitido como abogado de los Reales Consejos. Se abre así para el magistrado una etapa profesional nueva marcada por el sistema de escalafón que lleva en ascenso a los ministros más competentes y experimentados de los tribunales virreinales hasta el Consejo de Indias. Castillo y Negrete que sueña culminar su carrera con semejante nombramiento en la península, entra al engranaje de la administración indiana en la lejana Manila al ser nombrado oidor de su Audiencia (9 de octubre de 1777); en este destino permanecerá diez años ocupando los cargos de fiscal y el de asesor legal del gobierno y hacienda de Manila y elabora unas ordenanzas para promover la fundación de un hospicio. En 1787 es transferido a la Audiencia de Guadalajara de Indias, siendo retenido en Filipinas un tiempo por su demostrada capacidad. En su nuevo destino permanecerá siete años al frente, entre otros, del Juzgado General de Bienes de Difuntos. Aquí, casa —posiblemente sin la correspondiente licencia— con María Felipa Ramona Soto Posada, del país, de familia hacendada con quien tuvo siete hijos, y asciende en la escala social. Destinado a la Audiencia de Santa Fe, en el Nuevo Reino de Granada (10 de septiembre de 1795) nuevamente es retenido —esta vez por el virrey marqués de Branciforte— para atender las causas criminales de la Audiencia de México, siendo nombrado su alcalde del crimen (17 de mayo de 1797); durante su última etapa en América fue nombrado regente de la Audiencia de Guatemala (4 de mayo de 1803) y de la de México (7 de julio de 1806); finalmente ve coronada su carrera con el nombramiento de consejero de Indias (17 de junio de 1810). Ya viudo regresa a España, donde vive sus últimos días gozando fama de recto juez y entendido jurisconsulto. Castillo y Negrete fue miembro de la Real Academia de la Historia, institución a la que ingresó en 1780.

Fuente: Real Academia de la Historia, “dbe.rah punto es/biografias”.

Apéndice 5:

EN FAVOR DE LA ALTA CALIFORNIA”

Luis del Castillo Negrete

Fuente: “En favor de la Alta California: ensayo sobre las instrucciones que debe llevar a Mégico el agente de negocios del gobierno político de la Alta California”, de Luis del Castillo Negrete Soto Posada, Puerto de Monterrei, 30 junio 1836. Revista trimestral “Historia Mexicana”, vol. IX, julio-septiembre 1959, núm. 1, publicada por el Colegio de México.

Apéndice 6:

EL GOBIERNO DE LUIS DEL CASTILLO NEGRETE y el establecimiento del régimen centralista”

Fuente: “Historia General de Baja California Sur: los procesos políticos”, pp. 261-279, Deni Trejo Barajas y Edith González Cruz, Universidad Autónoma de Baja California Sur, La Paz, México, 2003. 

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