sábado, 22 de noviembre de 2025

“LA ENSEÑANZA EN CONIL DURANTE EL PRIMER TERCIO DEL SIGLO XX”, por Carlos ALGORA ALBA. // 4 de 6.

CONTINÚA DEL 11 DE NOVIEMBRE.

«”2. ABSENTISMO, SATURACIÓN Y ANALFABETISMO.

El nivel de absentismo escolar es CONSIDERABLE si tomamos para 1923 la población escolar de 900 niños-as, según se refleja en el padrón municipal de Conil; el porcentaje de alumnos matriculados es sólo de un 35%, asistiendo regularmente a clase un 30%.

En la zona rural la tasa de escolarización es bastante menor que en la ciudad, lo cual es un fenómeno general. Este distanciamiento está motivado por ocuparse ya desde niños a faenas agrícolas o marineras que aliviasen la dura situación familiar y por la consideración de que la enseñanza era más para pudientes y no para pobres. La asistencia escolar en nuestra tierra en 1930 era inferior a la media nacional, Andalucía 40,4%; media nacional, 51,2%.

Sobre el problema del absentismo escolar intentaron los inspectores espolear la conciencia de los miembros de la Junta Local en busca de soluciones, incluso se llega a proponer en CONIL crear un COMEDOR ESCOLAR gratuito que hubiese supuesto un aliciente para las clases más humildes: <… irregular y deficientísima asistencia de alumnos (…) Es indudable que la importante villa de CONIL llegará bien pronto a la altura de las más cultas, civilizadas de moral y fe de las provincias gaditanas y como además del estudio de la localidad se ha llegado que el abandono considerable de muchos va unida a la carencia de recursos, se impone si es posible la CANTINA ESCOLAR para que a la vez que se forma la cabeza al corazón de los niños indigentes y desvalidos se lleven glóbulos rojos.> 

[En el artículo aparece esta fotografía]. Barrio del Molino de Viento en los años de la Dictadura de Primo de Rivera. Imagen elocuente que muestra las carencias del sector más humilde de la población conileña. Colección particular: Manuel Leal. Fuente: “Conil en la Memoria”, p. 48, 2004. Pie de foto original: <El Molino de Viento hacia 1927. La imagen demuestra las condiciones de vida de aquella época.> 

Tan altisonantes palabras recogen la cruda realidad de una proporción amplia del pueblo, cuya preocupación esencial era la consecución de alimentos, siendo la educación, para esta población más pobre, algo muy secundario, por lo que la propuesta era bastante acertada. La Corporación, pese al guiño sobre la grandeza que podía obtener la localidad, por razones que podemos presuponer con todo lo expuesto, no lleva a cabo dicha iniciativa.

En otras ocasiones la Inspección pide actuación contra los padres que no llevan sus hijos a la escuela: <Contribuyendo lamentablemente y fundamentalmente a destruir los efectos educativos, se procurará aplicar severo rigor contra los padres morosos en la instrucción de sus hijos.> Como el absentismo escolar es mayor en la población MASCULINA, intenta igualmente incidir la Inspección sobre este factor, aunque con tintes claramente machistas: <… dando impulso a la enseñanza de los niños que es la base de la prosperidad de los pueblos.>

El problema del absentismo tiene difícil solución aisladamente al estar ligado a unas condiciones socioeconómicas ínfimas y a un caciquismo local poco interesado en mejorar las condiciones educativas, pero si a ello se suman las circunstancias de saturación por falta de escuelas, da lugar a una situación paradójica, en la que resolver este problema con estos factores adversos es como pretender plantar con las raíces hacia arriba.

Para resolver la saturación, la Inspección plantea, en varias ocasiones, la necesidad del DESDOBLAMIENTO, sobre todo en la escuela de niñas, dad su mayor asistencia.

Este problema se acentúa aún más en los años veinte debido al incremento de la población. El maestro de la localidad, RAFAEL BARBUDO, expresa que los alumnos <carecen de asiento y material adecuado después de utilizar el ya desechado como inservible>. Es decir, a las insuficiencias del local se unen las CARENCIAS DEL MOBILIARIO ESCOLAR. 

[Esta imagen no es del artículo original, sólo para ambientación] Escuela de niñas y su maestra, en Torrubia del Campo, Cuenca. Fuente: “Los legados de la tierra”, cultura.castillalamancha.es, 18 noviembre 2022. 

Con el incremento de la población, la saturación desborda aún más en los últimos años de este primer cuarto de siglo, por lo que se crea una LISTA DE ESPERA, dada la falta de espacio, con el fin de cubrir las bajas forzosas producidas por el mal comportamiento de los alumnos o por cualquier otra causa. En 1925, la Junta Local acuerda la EXPULSIÓN automática de alumnos una vez agotadas las faltas de asistencia y de puntualidad reglamentarias, dando cuenta a la alcaldía solamente de las vacantes producidas para que fuesen cubiertas por otras.

Los datos del elevado grado de absentismo y al mismo tiempo saturación escolar, están íntimamente ligados al problema del analfabetismo, al existir una directa correlación entre tasas de escolarización y porcentajes de analfabetos.

En 1917, a una concurrencia de exámenes en la escuela de niños, con el Inspector presente, asistieron sólo treinta niños. Ante este hecho éste manifiesta: <Es un desgraciado todo pueblo analfabeto, cáncer que nos aqueja y que debemos extirpar a toda costa.> En 1900, un 86% de la población conileña era analfabeta, y en 1930 u 74%, que abarcaba prácticamente la totalidad de las clases más indigentes formadas por jornaleros agrícolas y pescadores pobres, estrato más humilde que se aproximaba a esta proporción.

Para paliar el problema, funcionaron en CONIL, al igual que en otros lugares, las ESCUELAS DE ADULTOS, llevadas por los maestros de la localidad, aunque con escasa incidencia real.

En 1903 comenzaron las clases para mayores, que registran un ABANDONO progresivo. Las referencias sobre la enseñanza de adultos en la Junta Local son mínimas, en las sesiones de la Corporación municipal aparece puntualmente la consignación de gastos de alumbrado para estas clases, desarrolladas primero por la maestra y posteriormente por los maestros.

Podemos deducir que se mantuvieron durante este periodo, con ESCASA ATENCIÓN por parte de las autoridades locales, y también ESCASA ASISTENCIA, aunque desconocemos el número exacto. Sí sabemos que se incrementaron en el periodo de la Segunda República con tres clases de ADULTOS a una media de 30 alumnos.”»

CONTINUARÁ EL PRÓXIMO 2 DE DICIEMBRE.

*** Fuente: “Boletín LA LAJA”, Amigos del Patrimonio Natural y Cultural de Conil. Boletín n.º 7. Monográfico de historia local, páginas 65-72. Diciembre 2006. 

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