La playa de los Bateles.
Seguimos nuestro paseo por delante del pueblo y del paseo marítimo. Estamos en la soberbia playa de los Bateles, donde se distingue con claridad la zonación de una playa ideal: una parte de la playa permanece siempre bajo el agua, aunque afectada por el oleaje; a continuación, la ZONA INTERMAREAL, cubierta por el agua durante la marea alta pero al descubierto durante la marea baja (es la zona <de paseo>); seguidamente la ZONA SUPRAMAREAL, que se extiende hasta donde llega el agua en momentos de tormenta (es la zona donde situamos las sombrillas); por último, detrás puede hallarse o un ACANTILADO (caso de la Fuente del Gallo) o una ZONA DE DUNAS formada por la removilización de las arenas de la playa (Fig. 3 y 4).
Fig. 3: Playa de la Fontanilla.
Fig. 4: Partes de una playa respecto al nivel del mar.
En ocasiones dichas dunas se hallan fijadas por la vegetación, como comienza a ser el caso aquí. Nuestras dunas son de pequeño tamaño y sin forma definida, probablemente debido al cambio constante de los vientos de LEVANTE/PONIENTE. Tras ellas a veces se distingue una depresión con una pequeña marisma. Dada la escasa pendiente, el intervalo mareal es aquí muy amplio, que estimamos puede superar el centenar de metros en caso de mareas muy pronunciadas.
En Geología las estructuras pequeñas reproducen a pequeña escala las grandes. Y esto sucede con las RIZADURAS (4) (o ripples) y las DUNAS. Las rizaduras son pequeñas ondulaciones asimétricas que forma el viento cuya menor pendiente indica su dirección, ascendiendo por ella los granos de arena hasta caer por la zona de mayor pendiente. A las rizaduras de CORRIENTE, formadas por el viento, se oponen las rizaduras de OSCILACIÓN, formadas por el movimiento oscilatorio de las olas y que fundamentalmente permanecen ocultas por el agua, pero que podemos notar bajo nuestros pies cuando nos bañamos. Estas rizaduras de oscilación son simétricas, con pendientes iguales en ambos extremos (Fig. 5).
Fig. 5: Distintos tipos de rizaduras.
En la playa de Bateles, donde el levante sopla con mayor fuerza, puede el viento levantar, en pocas horas, perfectas dunas de hasta un metro de altura y varios metros de longitud. Impresiona igualmente contemplar las arenas, salvajemente arrastradas por el viento a baja altura y se comprende perfectamente su poder erosivo. Es en suma, ACCIÓN EÓLICA EN VIVO, que necesita para ser eficaz espacios abiertos y materiales sueltos y secos que pueda levantar.
(4) Rizadura: pequeñas ondulaciones superficiales causadas por un fluido en movimiento (río, mar o viento).
Fuente: Boletín “LA LAJA” (Amigos del Patrimonio Natural y Cultural de Conil), núm. 6, pp. 06-16, marzo 2006.
[CONTINUARÁ el próximo 5 de noviembre]
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