jueves, 20 de julio de 2023

“EL CONVENTO DE NUESTRA SEÑORA DE LAS VIRTUDES”, 1 de 5. ANTONIO SANTOS GARCÍA, Historiador.

Por su interés, sin pesar los años pasados desde su publicación (2004), se transcribe en varias entradas esta importante información sobre uno de nuestros más valiosos bienes arquitectónicos. 

El convento de Nuestra Señora de las Virtudes (también llamado de la Victoria) es, sin duda, uno de los edificios más emblemáticos de Conil. Situado en la actual plaza de la Constitución – antigua plaza del Convento – está integrado por la iglesia y una serie de dependencias organizadas en torno a un claustro o patio central de dos plantas. Las obras de edificación se iniciaron en la segunda mitad del siglo XVI y no se remataron hasta la segunda mitad del XVIII. Su estilo artístico se corresponde con el renacimiento tardío y el barroco. La construcción del convento está en el origen de la calle de Virgen, principal arteria a partir de la cual fue surgiendo un primer arrabal extramuros, el barrio de la Virgen.

El convento en 1920. Fuente: Boletín “La Laja”. //  La misma fotografía anterior, pero mejorada por Scard Bermos, Juan Bermúdez

HISTORIA

El patrono de la fundación fue el duque Juan Alonso Pérez de Guzmán en 1567, siendo provincial de la orden de Mínimos de San Francisco de Paula el padre Pedro de Melgar. Don Juan Alonso costeó las obras e hizo donación al convento de la imagen de Nuestra Señora de las Virtudes, que desde muy antiguo pertenecía a sus antepasados. Según el cronista ducal Pedro de Medina, dicha imagen, custodiada hasta entonces en la desaparecida ermita de las Virtudes, despertaba gran devoción por sus milagros, acudiendo a su iglesia en peregrinación gentes de los pueblos cercanos y de otras muchas partes, casi todos los días del año, aunque su fiesta principal era el 8 de septiembre, en que vienen a Conil <tantas gentes de todas las comarcas y de fuera de ellas, que me parece que es una de las casas de más devoción que hay en España>. El duque dio también a los frailes la huerta del Jardal, una hacienda de 51 aranzadas plantada de olivar, viña, huerta y tierra calma, para sostenimiento de la comunidad, y proveía de atunes a los frailes como a otros conventos y monasterios de su señorío, y de fuera de él. 

[Ilustración no contenida en el original] Virgen de las Virtudes sin revestir. Fuente: “manu1545”, Wikipedia, la enciclopedia libre. 

[Ilustración no contenida en el original] Restos de la noria en la huerta del Jardal. Fotografía: Rafael Coca López, 30junio 2020. 

Los Mínimos de San Francisco de Paula eran una orden religiosa mendicante de gran aceptación en el Obispado de Cádiz, llegando a ser la mejor representada con cinco conventos: Alcalá de los Gazules (1550), Conil (1567), Medina Sidonia (1579), Jimena de la Frontera y Puerto Real (1635). En Conil había diecisiete-dieciocho frailes a mediados del siglo XVIII. Según el padre Antón Solé, en 1787 los franciscanos de la diócesis sumaban 110 frailes, una quinta parte del clero regular del obispado, distribuyéndose así: 75 profesos, 5 novicios, 19 legos y 11 donados. El clero regular (frailes) fue más numeroso que el secular hasta fines del siglo XVIII, y contaba con la simpatía popular. Su extracción social eminentemente popular, su contacto y trato con el pueblo – pues sus conventos terminaron estando en medio de ciudades y villa – le otorgaban prestigio, estima y un importante influjo social. Éste derivaba de su función en un país y una región de arraigada fe religiosa (funciones de culto, coro y otras <intra clausura>), por la sacralización de los actos de la vida cotidiana (fiestas, entierros, …), su cultura superior y el ejercicio de la enseñanza. Fomentaron además el culto mariano, fundaron rosarios callejeros, acompañaron los entierros y monopolizaron en gran medida las peticiones de hábito, sepultura y misas de los testadores gaditanos y conileños, eligiendo muchos hombres principales el Convento como lugar de su última morada. De ello dan hoy testimonio las capillas o altares que levantaron en su iglesia. Vivían de sus propiedades – que fueron incrementando con donaciones -, de la predicación y la limosna. 

San Francisco de Paula, fundador de la Orden (cuadro ubicado en la iglesia). Fuente: Boletín “La Laja”. // El mismo cuadro, localizado a la derecha del altar mayor, arriba de la puerta de acceso a la sacristía desde aquí. Fotografía de Antonio Ramírez Lobatón, 7 mayo 2022. 

Las escuelas de primeras letras (leer, escribir y contar) y de doctrina cristiana dependían de cada parroquia, encargándose a menudo de ellas los sacristanes, aunque el mayor peso recaía en todas partes sobre los frailes. Los mínimos tenían abiertas escuelas primarias en Alcalá y Puerto Real, y escuelas de Gramática (enseñanza secundaria) en estas dos villas y en la ciudad de Medina Sidonia. Los mínimos de Conil daban también clases de primaria en el convento, pero no sabemos si impartían la cátedra de Gramática. Don Miguel Calderón de la Barca instituyó durante el XVIII un estudio de Latinidad en Conil, en la plaza de Santa Catalina (actual bar El Castillito), con la obligación de nombrar preceptor o maestro (religioso o seglar). Se trataba de un instituto “particular”, que tenía como objetivos <formar moral y científicamente a los hijos del pueblo>. En 1804, según cuenta el ilustrado Simón de Rojas, había también en Conil una escuela de primeras letras con un maestro y ciento veinte niños, que costean con su contribución la enseñanza. Los mínimos – entonces ya sólo 7 sacerdotes, 2 legos y 2 demandantes – seguían manteniendo escuela en el convento, pero el número de estudiantes había disminuido a sólo quince. La dotación del maestro de Gramática era entonces de tres reales diarios, y sus nueve discípulos traducían el Breviario y el Concilio. Durante la primera mitad del siglo XIX ejercieron el cargo de maestro el presbítero exclaustrado don Andrés Moreno y después el presbítero don Ignacio Moreno, pero su programa de traducciones, catecismo y escritos del Padre Larraga estaban ya caducos y la escuela fue cerrada a mitad del siglo XIX, según revelan las actas capitulares.”

Fuente: Boletín “LA LAJA” (Amigos del Patrimonio Natural y Cultural de Conil), núm. 4, pp. 31-39, agosto 2004.

[CONTINUARÁ]

Más sobre ANTONIO SANTOS GARCÍA en: https://conilhistoria.com/

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