martes, 19 de octubre de 2021

LA ARQUITECTURA INDUSTRIAL II.

MOLINOS DE VIENTO

Tradicionalmente, los conileños tuvieron que ir a moler a La Muela (Vejer) pues el Duque de Medina Sidonia, que gozaba del privilegio de molienda, no consintió que se construyesen molinos en Conil, salvo el Molino de Viento, junto a la población, que data de comienzos del s. XVIII.

Molino, parcialmente restaurado, localizado en el barrio Molino de Viento. Imagen: gentileza Antonio Leal, 29 junio 2020.

Tras la desaparición de los señoríos se levantaron seis molinos de viento en el Cerro de los Molinos, dos de los cuales se derribaron al construirse el depósito del agua y otro más recientemente. Los tres conservados, conocidos como los Molinos de Dorca, son de la primera mitad del s. XIX y han dado nombre al actual barrio de Los Molinos, al igual que el más antiguo dio nombre al barrio del Molino de Viento.

Localización de los tres ejemplares en la barriada de Los Molinos, al final de la calle Confederación. Imagen: captura pantalla Google Maps, 24 julio 2021.

Molino de la calle El Bosque, en el futuro parque astronómico. Imagen: “guiadecadiz punto com”.

Lo dos molinos de la calle Prado del Rey, en la misma entrada al C.P. Tomás Iglesias Pérez. Imagen: “guiadecadiz punto com”.

Partes del molino. Fuente: “Los molinos de viento de la Janda interior: Alcalá, Medina y Paterna”, 21/11/2020, “paternaderiverahistoriaypatrimonio.blogspot punto com”.

Se trata de molinos harineros de tipo “mediterráneo”, consistentes en una torre de planta circular construida en mampostería de piedra revocada con cal o yeso. Tienen forma troncocónica, escalonada o no. La construcción suele poseer algunos pequeños vanos o ventanas y dos puertas enfrentadas que permitían acceder al molino cuando las velas en movimiento tapaban una de ellas. Estaban coronados por un chapitel cónico de madera, elemento móvil que gira buscando los vientos, donde se ubica la maquinaria.

Maquinaria del molino San José, Vejer. Fuente: Begoña Quirós, 11 noviembre 2009, wikanda.

Maquinaria del molino San José, Vejer. Fuente: Begoña Quirós, 11 noviembre 2009, wikanda.

El funcionamiento de la maquinaria se basa en hacer girar una rueda vertical inclinada o de puntería que transmite la fuerza del viento que recogen las velas. Dicha rueda se engrana con otra horizontal o linterna que transmite la fuerza a un eje donde se encuentran las dos piedras de moler: la de abajo fija o solera, y la de arriba móvil o volandera. La energía eólica era recogida mediante velas triangulares que partían de un eje de madera de gran tamaño atadas con sogas en todo su borde a los palos. El sistema se encaraba al viento mediante una gran viga o guía, que se sujetaba a unos puntos de piedra alrededor del molino para fijarlo. Estos ingenios requerían gran destreza en su manejo, exigiendo conocimientos tanto sobre su maquinaria (mantenimiento) como sobre los vientos, para evitar que el molino “clavara la cabeza” en un cambio repentino de viento, lo que suponía un desastre pues exigía la restitución íntegra de la maquinaria.

Maquinaria del molino San José, Vejer. Fuente: Begoña Quirós, 11 noviembre 2009, wikanda.

Su estado actual es de abandono. Permanecen las torres, habiéndose perdido su maquinaria, piedras de moler, cubierta y forjados. Hoy sus puertas están tapiadas para evitar que continúe su deterioro. Sería muy aconsejable su restauración, como en Vejer. El Molino de Viento está inventariado por el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico como “Molino del Barón”, pero éste y los otros tres carecen de protección.

Molino de viento San José, restaurado en Vejer de la Frontera, con la maquinaria al completo. Imagen: “dipucadiz punto es”.

Detalle de las dos entradas al molino restaurado de Vejer de la Frontera. Imagen: “dipucadiz punto es”.


Fuente: “PATRIMONIO CULTURAL DE CONIL DE LA FRONTERA”, Autor: ANTONIO SANTOS GARCÍA; Colaborador: FRANCISCO GONZÁLEZ UREBA; Coordinador: ANTONIO MUÑOZ RODRÍGUEZ; Director editorial: CARLOS ROMERO VALIENTE; Edita: G.D.R. Litoral de la Janda. 2007.


Nota: Con posteridad a la redacción de este capítulo (2007) se realizó una actuación de conservación y consolidación, cuyo detalle se puede conocer en parte pinchando AQUÍ. No obstante, los conileños mantenemos fielmente la tradición, y para ver la compleja maquinaria de este tipo de molinos, seguimos desplazándonos a Vejer. ¡Ay, el capricho del Duque cuantos siglos dura ya!. 

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