EN UNO DE LOS RINCONES DEL ARCHIVO PARROQUIAL DE CONIL: LA ESCLAVA TURCA (1702).

Ayer se cumplieron 135 años de la práctica abolición de la esclavitud en España y sus posesiones, pero desde tiempo inmemorial era una práctica muy extendida en la sociedad española, y para muestra, un botón, además muy cercana a nosotros, pues se localiza en esta Villa.

Foto de portada de PADRÓ, T., “Las ligas de mi morena” en La Flaca, nº48 (Año IV) Barcelona, Imprenta de Luis Tasso, 16 de enero de 1873, pp.2

Reproducimos a continuación una transcripción realizada por Antonio Martínez Cordero (*), según podemos ver en una de sus miles de fichas, depositadas por sus familiares en este archivo parroquial. Dice así:

“El licenciado Don Alonso García Morejón, presbítero, vecino de Conil, dice que tiene por suya propia UNA ESCLAVA LLAMADA ARRAIJANA, de nación turca, como de 42 años de edad, de buen cuerpo, ojos y pelo negros que la compré habrá poco más de dos años de Don Domingo Sevada Basan, escribano público de la villa de Chiclana y porque me ha servido y sirve con toda fidelidad, asistencia y cuidado y aumento de mi hacienda y por otras justas causas y razones le quiero DAR LIBERTAD Y SE LA OTORGO QUE AHORRO Y LIBERTO DE TODO CAUTIVERIO Y SERVIDUMBRE desde el día y hora que yo fallezca; para que desde entonces en adelante se pueda tratar y portar COMO PERSONA LIBRE, y sin sujeción alguna, tratando y contratando así en esta Villa como en todas las Ciudades, Villas y lugares y otras partes donde le pareciere de estos Reinos y Señoríos de España y de fuera de ella donde fuera su voluntad, haciendo y otorgando su testamento, dejando y mandando sus bienes a quien le pareciere …”.

“La schiava turca” [La esclava turca], 1532, óleo sobre tabla, 67x53cm., Parmigianino. Galería Nacional de Parma, Italia. Fuente: Wikipedia, la enciclopedia libre.

De la lectura de esta reseña se deduce que la persona esclavizada era tratada no como tal, sino como una “cosa”, que se podía comprar o vender, y por tanto tenía su propiedad. También debemos aclarar que la naturaleza “turca”, no suponía la procedencia de la República deTurquía que conocemos actualmente, sino del Imperio Otomano, entonces, a principios del s. XVIII, integrado por los Balcanes, costas del Mar Negro, Oriente Medio y norte de África. Las numerosas guerras de las monarquías cristianas contra los otomanos, alimentaron la presencia de esclavos en el Mediterráneo, y concretamente en Cádiz, donde según Adolfo de Castro llegaron a haber dos mil de ellos. Se constata en su número un predominio femenino, lo que denota, aunque sin señalar concretamente este caso del presbítero García Morejón, una fuerte connotación de explotación sexual, fácilmente deducible por el tipo de descripción que, en los diversos documentos, de ellas se hace “… de buen cuerpo, ojos y pelo negros, …”. El soporte básico de este sistema era el racismo, siendo el color de la piel determinante para abrir o cerrar muchas posibilidades del desarrollo vital. La libertad se obtenía por varios caminos, en este caso particular, es consecuencia de un buen “servicio” a su propietario, que le otorga esa cualidad de “persona libre” una vez fallezca, no antes. La mayoría de estas esclavas, una vez liberadas, se integraban difícilmente en la sociedad, sin abandonar el ámbito de la más estricta pobreza, a pesar de la creación de solidaridades entre ellas.

(*) La extraordinaria labor recopilatoria, realizada por Antonio Martínez Cordero, a lo largo de muchos años, merece ser conocida por el vecindario de Conil, ya que en sus dos principales Archivos: Parroquial y Municipal, consumió muchas horas de consulta e investigación, así como en otros de la provincia, con tal de archivar multitud de referencias de la Historia de nuestro pueblo.

Fuente: Archivo Histórico Provincial de Cádiz; legajo 116 Conil folio 56; transcripción libre de Antonio Martínez Cordero, localizada en el Archivo Parroquial de Conil de la Frontera. Agradecimiento: Yelman F. Bustamante Solózano, párroco de Santa Catalina.

Un acto abolicionista para recaudar fondos para liberar esclavos en Madrid, 1868. API/Getty. “La Vanguardia punto com”