miércoles, 13 de octubre de 2021

CUENTOS POPULARES RECOGIDOS EN LA PROVINCIA DE CÁDIZ 3.

 

LA MUÑECA DE LAS MONEDAS DE ORO

Esto era una vez una viuda que tenía dos hijos, y la más pequeña se llamaba Mariquita y tendría unos 16 ó 17 años. Y la madre se ganaba la vida haciendo calceta y en las ferias del pueblo pues todas las semanas llevaban las calcetas, los calcetines, las medias y eso y las vendían. Y la pobre Mariquita nunca había tenido ni una muñeca cuando chica ni nada. Y una vez, que había mercado, le dice la madre:

-Toma, Mariquita. Llévate estas medias, estas calcetas, y véndelas en el mercado.

Las cogió, se marchó y pasó por un comercio muy pequeñito que nunca había visto ella. Y vio un escaparate lleno de muñecas. Y entonces había una muy bonita, vestida con un traje de encaje, de gasa y eso, muy adornada. Y dice ella:

-¡Ay, si yo tuviera esta muñeca! ¡Qué bonita es!

Y entonces salió una viejecita, que era la dueña de la tienda, y dice:

-Mira, niña, ¿por qué no te llevas la muñeca?

-¡Ay, no señora! Yo no puedo y además yo no tengo dinero.


Muñeca antigua. Fuente: aminoapp punto com.

Bueno, se marchó al mercado, vendió las medias y, cuando volvía se quedó otra vez en el escaparate mirando, venga mirar a la muñeca. Y entonces salió otra vez la viejecita, y le dice:

-Mira, ¿por qué no te llevas la muñeca? ¡Anda, hija, te la voy a dar barata! Llévatela.

Y tanto tanto le porfió la otra que la pobre cogió y dice:

-Pues yo la voy a comprar.

La compró y, cuando se fue para la casa, dice:

-¡Ay, madre mía, me madre me va a matar ahora! Porque es lo que tenemos para comer.

Y entonces fue y se escondió detrás del portal. Y la madre, claro, como tardaba tanto, salió a la puerta.

-¡Que no viene Mariquita! ¿Qué le habrá pasado? … ¡Y que no viene Mariquita!

Hasta que una de las veces se la encontró detrás de la puerta, y dice:

-¡Ay, madre, que no me vaya usted a pegar! Que es que he pasado por un comercio y he visto esta muñeca, y como yo no he tenido de pequeña ninguna, me he enamorado de ella y la he comprado.

Y la madre le estuvo regañando, y dice:

-¡Pues mira, ahora te vas a quedar encerrada en la cuadra por la muñeca!

Y la metió en la cuadra y la pobre se quedó allí, sentada en el suelo, llorando con la muñeca. Y se quedó dormida. Pero de noche, cuando estaba dormida, oye que le dicen:

-¡Mariquita, a cagar!

Y dice:

-¡Ay! ¿Quién me llama?

Y empieza a mirar y ve que no había nadie. Pero oye otra vez la misma palabra, y dice:

-¡Ay, pero si es la muñeca que me está hablando! ¡Caga ya!

Y va la muñeca y se puso, y al rato otra vez. Y así estuvo toda la noche.

Y la pobre, como estaba con tanto sueño de haber estado toda la noche la muñeca llamándola, pues cuando se despertó dice:

-Voy a limpiar la cuadra, que como mi madre la vea me va a regañar más.

Y vio que eran monedas de oro lo que la muñeca había hecho. Y entonces, claro, empezó a llamar a la madre a gritos:

-¡Madre, madre, venga usted, venga usted, que mire usted lo que ha cagado la muñeca!

Y la madre:

-¡Quédate con la muñeca! ¡Déjame, con el sofoquín que me diste ayer! ¡Que yo no quiero!

Denarios romanos hispanos vendidos por Sotheby´s. Gentileza EFE.


Pero la siguió llamando hasta que la madre vino y vio lo que había hecho.

-¡Ay, pero si esto es monedas de oro! ¡Esta muñeca está encantada!

Entonces cogieron la muñeca, la guardaron y la pusieron muy bien para que no se estropeara. Y ellos compraron comida los pobres, que estaban malamente, y ya poquito a poco fueron arreglando la casa, porque todas las noches la muñeca hacía lo mismo.

Y ahora los padrinos de Mariquita eran unos señores que vivían al lado y eran acomodados, y dice la madrina:

-¡Qué extraño que tan pobres como son y que de pronto están arreglando la casa tan bien, tengan comida para todos los días …! Pues yo les tengo que preguntar a ver lo que hacen.

Y le dio tanta lata a Mariquita que le contó lo que pasaba, y como la madrina era una egoísta, le dice:

-¿Por qué no me prestas una noche la muñeca?

-Yo sí, madrina. Yo te la prestaré.

Y le prestó la muñeca, se acostó el matrimonio y la metieron en medio de los dos. Y pusieron todo lo que pudieron poner para recoger lo que echara la muñeca. Y aquella noche efectivamente la muñeca igual, pero solamente llamaba a Mariquita.

-¡Mariquita, a cagar!

Y ella:

-¡Huy, ya está, ya está! Cágate en los zapatos.

Al rato otra vez lo mismo y la mandaron a la palangana. Después al sombrero. Total, que en todos lados.

Bueno, pues por la mañana ya no se acordaban de lo de la muñeca, porque se habían quedado los dos dormidos. Llega el padrino, se levanta, se pone los calcetines, se pone los zapatos y se llena los pies de mierda. Y también cuando se lavó la cara, cuando se puso el sombrero … Y negro, encorajado, pues cogió por una ventana que daba al jardín del palacio del rey, y tiró la muñeca todo enfadado.

Y Mariquita le dijo que se había perdido la muñeca, pero pasa un poco de tiempo y un día el príncipe, paseándose, pues le entró ganas de hacer del vientre.

Dice:

-Yo no vuelvo ahora a palacio (que le cogía a un trozo). Me voy a meter en estos matorrales y aquí voy a hacerlo.

Y vio la muñeca, y con el traje de la muñeca se limpió, pero se le quedó pegada en el culo. Y ahora va, empieza a tirar de la muñeca y no había manera de quitarla. Tuvo que coger, irse para palacio y contarle al rey lo que le pasaba. Y entonces dice:

-Pues mira, vamos a dar un bando. La joven que pueda quitarte la muñeca se casa contigo.

Bueno, pues al pobre me lo pusieron entre dos cortinas con el culo en pompa y la muñeca por fuera, en cola todas las jóvenes del pueblo allá a ver quién le podía quitar la muñeca. Y cada una tiraba más fuerte, el pobre dando chillidos.

Y entonces se enteró Mariquita y dice:

-¡Ay, esa es mi muñeca!

Y fue, se acercó a palacio y se puso en cola también. Cuantito, claro, tocó la muñeca pues se desprendió. Y entonces se casó con el príncipe.

Pero entonces ella, cuando quiso visitar a la vieja que le había vendido la muñeca se encontró que la casita había desaparecido y la vieja también.


ANTECEDENTES:

* Le grabé este cuento a Purificación Tréllez Tréllez, de Algeciras, el mes de marzo de 1987.

* Este cuento había aparecido en Andalucía en versiones literarias de Valera y Coloma. Tenemos otras versiones de Bornos, Ubrique, Arcos y Olvera. En España hay 2 versiones de Ciudad Real y de Segovia. También hay publicadas 2 portuguesas y 1 hispanoamericana. Pertenece al tipo 571-C del índice Aarne-Thompson.

J. A. del Río

Fuente: Suplemento de Cultura de “DIARIO DE CÁDIZ”, del 13 de octubre de 1991; JUAN ANTONIO DEL RÍO CABRERA, colaboración MELCHOR PÉREZ, dibujos de ZOCAR.


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