APAREJOS DE ANZUELO
Los orígenes de la pesca de cordel y anzuelo son muy antiguos. En Conil está documentada desde el s. XVIII, junto a los PALANGRES (o palangrillos), a los que aluden también los reglamentos de jábegas. En el s. XIX hay aparejos de palangre y cordel en Conil, documentándose BALLESTILLA, ESPINEL y CURRICÁN . Durante buena parte del s. XX, los botes y barquillas de pesca, pequeñas pero versátiles embarcaciones dedicadas a la pesca del calamar con anzuelo , pero también a chocos, brecas o cazones con artes de enmalle, ha sido la flota más numerosa. El principal obstáculo a su desarrollo era la ausencia de un puerto de refugio, cuya falta incrementará la emigración de pescadores conileños hacia otros puertos (Barbate, Cádiz, ...). Desde los años 80, la reorientación de la política pesquera hacia las modalidades artesanales, las nuevas demandas del mercado (pulpo, ...) y la construcción del puerto de Cabo Roche han sido esenciales para la recuperación y potenciación de la actividad pesquera de Conil. Hoy perviven muchos de los aparejos tradicionales y han aparecido otros nuevos, cada vez más especializados.
Palangre: un elemento de la pesca artesanal. Fuente: “blogdepesca.cenews punto es”.
Los aparejos de anzuelo son artilugios que atraen las capturas, colocando un cebo natural o artificial en un anzuelo o en una varilla acerada, fijados al final de un cordel, sedal o tanza. Puede tratarse de un simple sedal unido a un anzuelo o de un aparejo más complejo, constituido por un gran número de anzuelos. Son artes muy selectivos, ya que existe una estrecha relación entre el tamaño del anzuelo y el pez que se captura. Podemos distinguir entre aparejos verticales y horizontales.
Múltiples anzuelos para la pesca de palangre. Fuente: “es.123RF punto com”.
En los aparejos de anzuelo verticales el cordel principal se encuentra sujeto o fijado al pescador o la embarcación. El cordel trabaja perpendicularmente al fondo del mar, pudiéndose utilizar con una vara, una caña o sin ella. Hay una amplia variedad de aparejos de estas características. La PICAERA es un aparejo vertical simple con palillo y piedra dirigido a la pesca de especies como la corvina, pargo y urta. El palillo, que en Conil se denomina PALILLO A LA PELOTA, está formado por una varilla de madera que en uno de sus extremos lleva el cordel, con el que se maneja, y en el otro un cordel madre rematado con un anzuelo, del que cuelgan dos brazoladas que terminan también en anzuelo. La faena se realiza con el barco fondeado y las especies capturadas dependen del tipo de fondo, generalmente limpios y a profundidades de 70-90 m., pescando durante todo el año mojarra, sargo, herrera, breca o pargo. Se denomina palillo a la pelota porque para “enguar” (atraer al pescado) en la unión palillo-cordel se sitúa una bola, hecha de malla con carnada.
Sebastián Leal “Coscales”, sobre 1964, después del lance, posa con sardinas en el salavar. Foto Juan Capacha. Fuente: “Conil en la Memoria”, p. 124, 2004.
También se usan la PANDILLA para cazón, cornúa y otros escualos (todo el año) y la CABALLERA, que se cala a media agua, entre 2 y 5 m., con la embarcación a la deriva, para jurel o caballa. La PARGUERA es similar a la caballera, aunque su varilla semirígida es algo más gruesa (“braguero”). Se cala también a media agua, en fondos rocosos de hasta 90 m. de profundidad, para la captura de pargos y otros espáridos, pez limón y corvina, con cebo de caballa viva. El CHIVO para pargos está formado por un cilindro metálico macizo, a modo de engaño, que lleva sujetos por cortos sedales cuatro anzuelos sin carnada. Se faena con el barco a la deriva, sobre fondos rocosos y hasta 70 brazas. Desde el barco se hacen rápidos movimientos de ascenso y descenso, de hasta cinco brazas de altura, para que el brillo atraiga a la presa. Debido al tamaño de las piezas capturadas –pargo, mero, corvina- se emplea la sacadera, para extraerlas del agua y evitar que se suelten. También se usa el CORDEL para morena y congrio, en zonas rocosas, que consta de un hilo con anzuelos cebados con pulpo, calamar, caballa o sardina.
Bartolo Sánchez, hacia 1968, enseñando el pescado acabado de coger, detrás, los ancianos atentos para varar otro barco. Colección particular restaurante “Francisco La Fontanilla”. Fuente: “Conil en la Memoria”, p. 129, 2004.
El CHIVO para pulpos es en la actualidad un aparejo típico de Conil. Se usa con el barco “al garete” o a la deriva, en fondos limpios o de cascajos y no se mueven del fondo sino para reponer la carnada o cuando ha picado el pulpo. Consta de dos tubos rellenos de plomo, con dos canastillas de 4 a 7 anzuelos cada una, fijas en la parte inferior de cada tubo, y dos anzuelos para carnada unidos por sedal al tubo superior. Se usan en Conil a menos de 25 brazas de profundidad y durante el día. La POTERA para calamar simula un pequeño pez o cilindro, de plomo o plástico, con su parte inferior más gruesa que la superior, a la que va sujeta la canastilla de alfileres sin lengüeta. Va recubierta de hilos de colores para atraer la presa. En la actualidad se coloca otra potera más liviana en el mismo sedal con forma de pez coloreado (tipo curricán), a una distancia de 20-30 cm. de la potera madre, que hace la pesca más efectiva. No utiliza cebo, atrayendo a las presas mediante movimientos de ascenso-descenso con la embarcación a la deriva. Pescan también chocos. Algunos barcos de Conil disponen de unos recipientes llamados “viveros”, adaptados al casco del barco y comunicados con el agua del mar, donde se conservan vivos calamares y chocos una vez pescados.
Tipos de potera. Fuente: “La pescar artesanal y el marisqueo en la Reserva de la Biosfera Intercontinental del Mediterráneo Andalucía-Marruecos”. Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino.
En los aparejos de anzuelo horizontales, palangrillos o palangres , el cordel permanece fondeado y faenando de manera independiente a la embarcación y/o pescador. El conjunto de madre y brazoladas se dispone en canastas o cajones de manera ordenada, para facilitar las labores de cebado, calado, estibado y transporte. Cada canasta o cajón constituye una unidad de palangre, cuya longitud oscila alrededor de los 100 m. Generalmente, se suelen calar varias madres (varias canastas), uniéndolas en un tendido o línea, que está señalizada en su comienzo y final por boyas. En general, la maniobra de calado se realiza al anochecer, en el reparo o reviro de marea, virándose al alba con un halador de palangre. En fondos limpios se calan al alba y se recogen a las dos horas. Según el modo en que queden calados se clasifican en palangres de fondo o de superficie.
Ambrosio Muñoz, hacia 1948, pescando calamares. Colección particular Josefa Muñoz. Fuente: “Conil en la Memoria II”, p. 162, 2007.
Los palangres de fondo actúan sobre especies demersales. Sus anzuelos reposan en el sustrato o a una corta distancia de él. Existen muchas variedades. En Conil el PALANGRE está formado por un cabo largo o madre de 2 a 2,5 Km. de longitud, que se cala paralelamente al fondo y del que salen perpendicularmente y suficientemente separadas las brazoladas, en donde van empatados los anzuelos con su cebo correspondiente, generalmente cangrejos. Se calan entre 6 y 25 brazas de profundidad, generalmente a la salida del sol, recogiéndose una vez terminado de calar, por el extremo inicial. Pesca bocinegro, pargo, mero, cazón, urta, etc. Con este aparejo el pescado es de mucha frescura. Un aparejo muy reciente es el PALANGRE DE SABLE, que alterna lastres y flotadores –piedra y bola- de modo que los anzuelos quedan suspendidos a diferentes alturas del fondo sin llegar a tocarlo. Cada canasta consta de 90 anzuelos y el tendido está compuesto por 20 ó 25 canastas. La zona de faena se encuentra próxima al canal del estrecho de Gibraltar, en profundidades de 130-180 brazas (236-327 m.) en fondos rocosos y pendientes irregulares. Se emplea todo el año, aunque los días de faena dependen de los temporales. Se cala en el repunte de vaciante y se recoge en el de creciente. Además de sable, pesca brótola de roca, besugo de la pinta o pollito. Otros palangres similares, que sólo se diferencian en el tamaño del anzuelo, son la VORACERA y el PALANGRILLO para besugo. Finalmente, el ESPINEL es un palangre de pequeñas dimensiones, con un corto número de brazoladas que se recoge en una tablilla o corcho: se cala en la orilla de la playa en bajamar y se recoge en la siguiente marea, sin necesidad de utilizar embarcación.
Los palangres de superficie son de similar estructura a los anteriores, aunque de mayor envergadura, pues están dirigidos a especies pelágicas (escualos, túnidos). La MARRAJERA es el más utilizado en Conil. Tiene una serie de flotadores que hacen que el palangre se mantenga en superficie o a una determinada profundidad. El cordel madre o jarcia se cala paralela al fondo y de él penden, perpendicularmente, hilos de menor calibre con anzuelos empatados. Como carnada usan sardina y caballa, pescando cazones, marrajos, cornudas o peces zorro. También se usa el PALANGRE DE ATÚN, que además de atún puede pescar pez espada o marrajo. Otro tipo de palangre es la JAPUTERA, que se cala a la deriva y a media agua, a profundidades de unas 60 brazas, para la captura de la japuta o palometa, usando sardina como cebo.
Pedro Cantillo, hacia 1979. Colección particular Gema García. Fuente: “Conil en la Memoria II”, p. 172, 2007.
Fuente: “PATRIMONIO CULTURAL DE CONIL DE LA FRONTERA”, Autor: ANTONIO SANTOS GARCÍA; Colaborador: FRANCISCO GONZÁLEZ UREBA; Coordinador: ANTONIO MUÑOZ RODRÍGUEZ; Director editorial: CARLOS ROMERO VALIENTE; Edita: G.D.R. Litoral de la Janda. 2007.