Continuamos
con el mismo tema de la entrada de ayer, pero esta vez recogemos la
crónica de la misma fecha publicada en el “ABC”; complementada
con la reproducción literal de un artículo de JOSÉ ÁNGEL BERMEJO, de "EL PAÍS".
Fuente:
“ABC”, del domingo 4 de septiembre de 1983.
ALARMA
DE MAREMOTO (1983).
Alarma en el litoral de Cádiz
por falsas noticias sobre la llegada de un maremoto
JOSÉ
ÁNGEL BERMEJO (“EL
PAÍS”).
Cádiz 4
SEP 1983
La
difusión pública de un falso rumor sobre la posibilidad de que las
costas del litoral atlántico gaditano fueran azotadas en la mañana
de ayer por un maremoto sembró la inquietud entre la población de
las localidades afectadas, principalmente de Barbate, que en la
madrugada del sábado salieron de sus casas buscando refugio en las
zonas altas próximas a dicha población.
La
noticia del maremoto, que incluso llegó a ser difundida por algunas
emisoras de radio, fue desmentida a mediodía de ayer por el Gobierno
Civil de Cádiz, desde donde se indicó que el rumor carecía de
veracidad y la situación en las costas gaditanas era de total
normalidad. El rumor sobre la posibilidad de que se produjera un
maremoto derivó de una notificación recibida de las autoridades
marroquíes en la Comandancia de Marina de Cádiz en la noche del
viernes, tramitada inmediatamente al Gobierno Civil de la provincia.
La información indicaba que durante la jornada del sábado se
produciría una fuerte marejada, con olas de cinco metros, que
afectaría a la costa norte de Marruecos y muy posiblemente al
litoral atlántico de la provincia de Cádiz.
Ante
esta información, las autoridades civiles españolas montaron un
dispositivo de alerta, a cargo de Protección Civil, que en Cádiz
dirige Joaquín Calero Muñoz. Este dispositivo comprendía la
alerta de la Guardia Civil, Cruz Roja y de las autoridades
municipales de las localidades costeras afectadas. En la madrugada
del sábado, las noticias de las emisoras costeras recibidas en
Barbate, ordenando el regreso a sus puertos de base de los pesqueros
de bajura que se hallaban faenando en la zona, sembraron
la inquietud entre los habitantes de esta población gaditana, muchos
de los cuales huyeron de sus casas buscando la protección de las
alturas en los montes próximos.
Según
las informaciones recogidas por este periódico, parece ser que en
Barbate se produjeron algunas escenas de pánico, que obligaron al
alcalde, Serafín
Núñez, a salir a la
calle megáfono en mano pidiendo tranquilidad a sus convecinos.
Escenas similares se reprodujeron en la localidad vecina de Zahara de
los Atunes.
Hasta
la mañana de ayer el Instituto Hidrográfico de la Marina, ante las
informaciones emitidas por las emisoras de radio, no confirmó al
Gobierno Civil de Cádiz la falsedad del maremoto anunciado,
señalando que lo previsto en la zona era una marejada de levante,
que podría ocasionar olas de cinco metros.
Fuente:
“EL PAÍS”, edición impresa del domingo, 4 de septiembre de
1983.
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