sábado, 19 de septiembre de 2020

CONIL EN UNA GUÍA DE CAMINOS (1775).

Como precursor de las Guías Michelín, actualmente en desuso por el avance en las tecnologías con GPS, se editó en 1755 este libro para uso de los atrevidos viajeros del siglo XVIII. Leyendo la portada queda claro cuál era su objetivo, y a buen seguro que lo conseguiría.


 Fuente: “Itinerario Español, o Guía de Caminos, para ir desde Madrid a todas las Ciudades, y Villas más principales de España”, añadido y corregido en esta tercera impresión Josef Matías Escribano. Imprenta Miguel Escribano, calle Angosta de San Bernardo, Madrid. 1775.

  Fuente: “Itinerario Español, o Guía de Caminos, para ir desde Madrid a todas las Ciudades, y Villas más principales de España”, añadido y corregido en esta tercera impresión Josef Matías Escribano. Imprenta Miguel Escribano, calle Angosta de San Bernardo, Madrid. 1775.


 Fuente: “Itinerario Español, o Guía de Caminos, para ir desde Madrid a todas las Ciudades, y Villas más principales de España”, añadido y corregido en esta tercera impresión Josef Matías Escribano. Imprenta Miguel Escribano, calle Angosta de San Bernardo, Madrid. 1775.

A modo de transcripción, gracias a: “La Opinión”, del 5 de junio de 2016. “Biblioteca histórica Aguilar y Eslava”,

La primera columna muestra los caminos de ruedas y herradura saliendo de Madrid, vía recta, a todas las ciudades de España; y la segunda columna, que es más angosta, señala todos los caminos para otras ciudades y villas que se apartan de la vía recta. Cuando no finaliza un camino en la primera columna se pasa a la hoja siguiente de la primera columna, y en los caminos de la segunda columna a la segunda de la vuelta o de la plana siguiente, y para buscar las llamadas se nombra el lugar y leguas desde donde se separa un camino del otro. También, a veces, señalan los ríos con una R, las barcas con B y los puentes con P. 
Muestra en sus consejos que los caminos de salidas de Madrid se hallan al fin de muchos lugares una coma, expresando que allí se suele ir a comer; y donde hay punto, a dormir, con lo que están señaladas las jornadas regulares. Donde hay ciudad o villa de consideración pone las leguas que distan desde donde se inicia el camino. Explica José Matías Escribano que le ha parecido conveniente poner en dos columnas los caminos de unas ciudades a otras de España y también los de fuera, al objeto de que estos se vayan siguiendo de una a otra, lo que se acomoda mejor a la impresión. 
Habla en este apartado de haber corregido ciertos errores de las anteriores estampaciones, añadiéndose muchos caminos que faltaban. De igual forma pone dos escalas para saber las distancias de leguas que hay entre las ciudades capitales y en las Cortes de Europa. Aumenta los índices y tablas para hallar los caminos y las leguas que distan de un pueblo a otro.

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