viernes, 17 de octubre de 2025

EN UNO DE LOS RINCONES DEL ARCHIVO PARROQUIAL DE CONIL: LOS FALLECIDOS EN LA FIEBRE AMARILLA (1800).

En la reunión del Cabildo del Ayuntamiento, celebrado el 31 de agosto de 1800, se indicaba que el médico titular había constatado la muerte de varios vecinos por “las tercianas que se padecen”, aunque eso documentalmente no se ha podido comprobar puesto que el Registro Civil no existía entonces, alertando de lo poco recomendable que era seguir depositando los cadáveres en el interior de las iglesias o en sus proximidades. Se constata que la primera muerte por fiebre amarilla, aunque nunca se denominó por este nombre, ocurrió el 15 de septiembre de 1800, afectando a la viuda de 42 años Tomasa Ramírez, que estuvo casada con Juan Leal, teniendo un oficio <gratis et pro Deo>, por ser pobre de solemnidad; el lugar del enterramiento para todos los afectados puede dar lugar a controversia, dado que no existe unanimidad en la precisa localización. Si bien en el Acta del Cabildo de 31 de agosto se leía que “… [los enterramientos] se hagan en todos los que vayan ocurriendo, sin distinción de personas, en la CAPILLA RUINOSA DEL SEÑOR SAN SEBATIÁN que está extramuros de esta Villa …”, en la Partida de Defunción de esta primera víctima se anota “… se enterró en el sitio que llaman de LA CARTUJA, enterramiento destinado por el Ayuntamiento de esta Villa para todos los que mueren de las enfermedades contagiosas adquiridas en la ciudad de Cádiz …”.

Reproducción parcial del Acta del Cabido de 31 agosto 1800, con indicación de dónde deben ser enterrados los cadáveres de las personas afectadas por la fiebre, CAPILLA RUINOSA. Fuente: Libro Capitular 53-2, hoja 50. Archivo Histórico Municipal de Conil de la Frontera.

Reproducción de la Partida de Defunción de la primera víctima documentada de las “enfermedades contagiosas” en Conil, enterrada el LA CARTUJA. Fuente: Libro Defunciones No.5 (1786-1801), folio 221v, 16 septiembre 1800. Archivo Parroquial Santa Catalina, Conil de la Frontera. 

Según varias fuentes consultadas, a causa de la indefinición del nombre de la capilla, se inclinan por identificarla con la ERMITA DEL ESPÍRITU SANTO, aquella que fue fundada y construida por el matrimonio Antón Manuel y Leonor Gil en 1585, consistente en una nave con bóveda de medio cañón y un par de pequeñas habitaciones que servirían de sacristía, y que evidentemente en 1800 estaría en total ruina. Se ubicaba en las afueras de la población, al inicio del Camino de Cádiz.

Sin embargo, otras fuentes, ven factible identificar el lugar como la actual zona de La Laguna, donde se localiza la Casa de la Cultura, solar perteneciente entonces al Convento de La Victoria, ocupado por frailes mínimos seguidores de San Francisco de Paula, todo ello por la connotación que para ellos tuviera la denominación LA CARTUJA, y que el cura José Joaquín de la Torre reflejaba en las partidas.

Y, por último, la más factible para el autor de esta entrada, esa capilla ruinosa se trataría de la ermita del Santo, también en el extrarradio de la población, donde muchos antes de veneraba la imagen de San Sebastián (posible coincidencia con las abreviaturas del acta Sor. Sn. Sevn.).

Independientemente del lugar de los enterramientos, lo que está claro es que se dejó de ejecutarlos en el interior de los templos, o en sus proximidades, tal como ocurría en la iglesia de Santa Catalina, donde se disponía de un solar dando al Sur que se utilizaba para este menester. También era común utilizar el mismo Hospital de La Misericordia, entonces localizado en la calle Hospital, en lo que hoy es Casa Sacerdotal, o en la cercana Ermita de Nuestro Padre Jesús, o, incluso en el mismísimo Convento de Mínimos. En las Partidas de Defunción lo más común era utilizar la expresión “… se enterró en esta Parroquial …”, o, simplemente “… en el Campo Santo … ”. Es en esta época cuando se considera necesario ampliar la zona de enterramiento, construyéndose bloques de nichos en el Cementerio de Santa Catalina, apareciendo el 23 de mayo de 1801 una partida con la indicación de “nuevo Cementerio Campo Santo de esta Parroquial”, que sería el “Cementerio Viejo” de cuyos vestigios se puede hacer constancia visual, hoy día, en el acceso a La Chanca, desde la plaza Santa Catalina.

[Ambientación] Conil y su costa en 1724. Señaladas dos de las torres desaparecidas. La torre del Atalaya se menciona en relación con la fiebre amarilla por funcionar como lazareto, además, de estar muy cercana, a la derecha, de la ermita del Espíritu Santo. Fuente: Archivo Fundación Casa Medina Sidonia. 

El doctor en Medicina y Cirugía Juan Manuel Arejula, da bastante información en su libro titulado “Breve descripción de la fiebre amarilla padecida en Cádiz y pueblos comarcanos en 1804, en Medina Sidonia en 1801, en Málaga en 1803, y en esta misma plaza y varias otras del reino en 1804”. [https://www.bibliotecadigitaldeandalucia.es/catalogo/es/catalogo_imagenes/grupo.do?path=88809]. Fue publicado en 1806. La epidemia comenzó en Cádiz a últimos de julio y principios de agosto de 1800, por el conocido Barrio de Santa María. Los médicos no tenían estas enfermedades por peligrosas, ni mucho menos que fueran contagiosas, pero a mediados de agosto el número de pacientes llamó la atención a todos los niveles. Así describe el doctor su primer caso: “… se metió en la cama el 13 de agosto de 1800; á los tres dias empezó á vomitar una materia líquida, tan negra como la tinta, y muy abundante: este inesperado accidente me puso en cuidado; lo advertí a los interesados; les encargué le hiciesen hacer al enfermo todas aquellas cosas que son propias á un católico que está muy de cuidado, y que se celebrase una consulta, pues era en casa de gentes de circunstancias, conexiones y viso: todo se executó como propuse, y murió el 16 del mismo á los quatro dias de enfermedad. Confieso, sin embargo de lo expuesto, que no me sorprehendió la muerte de este mi estimadísimo amigo, por ser un caballero enfermizo, cuyo semblante tétrico y amarillento manifestaba estar muy malo interiormente, y también porque padecia continuamente de la orina, y se le suprimió, lo que he observado acaece en los sugetos que enferman con freqüencia de las vías urinarias, y les sobreviene una fiebre pútrida, é igualmente porque había curado en distintas ocasiones á otros del vómito negro, sin haberles encontrado á la verdad calentura determinada , y nacido de otras causas muy diversas … 

[Ambientación] Portada del libro mencionado del Dr. Arejula. Fuente: Biblioteca Digital de Andalucía. 

En Conil, como ya se indicó, el primer sepultado “oficial” lo fue el 16 de septiembre de 1800, y, el último, el 25 de enero de 1801. En total se han contabilizado 29 víctimas. La constancia documental se basa en las Partidas de Defunción registradas en el Libro No5, correspondiente a esos años, del Archivo Parroquial, con la indicación de que los cadáveres fueron enterrados “… en el lugar destinado para ello por el Ayuntamiento ...”, lo que no quita el poder aseverar que, indudablemente, habría más afectados; choca, por ejemplo, el que no aparezca entre los fallecidos ningún párvulo [menor de 9 años], con lo vulnerable que era entonces este sector de la población para cualquier incidencia sanitaria [cabe pensar, como hipótesis, que las autoridades tuvieran una cierta consideración para la familia y permitieran un entierro “normal” en los lugares habituales; entre las fechas apuntadas de inicio y final de víctimas, hubo 18 fallecimientos de párvulos, todos sepultados de manera tradicional].


CUADRO I. EVOLUCIÓN DE LA MORTALIDAD. CONIL (16/09/1800 a 25/01/1801)

MES/AÑO

HOMBRE

MUJER

TOTAL %

Septiembre/1800

4

1

5

17

octubre/1800

6

6

12

42

noviembre/1800

1

-

1

3

diciembre/1800

5

4

9

31

enero/1801

1

1

2

7

TOTAL

%

17

12

29

100

59

41

100

X

Cuadro de elaboración propia, Rafael Coca López.

En los hombres es más favorable el contagio, 59%, tal vez por su mayor socialización por motivos laborales, que en las mujeres, 41%, con una vida más hogareña, aunque no es muy significativa esa diferencia. El mes más duro fue octubre, con 12 casos (42% del total), seguido de diciembre, con 9 (31%), aunque resulta inexplicable la baja incidencia de noviembre, con un solo fallecido.

[Ambientación] Cuadro de José Aparicio que representa los efectos de la fiebre amarilla. Fuente: Ana Mencos, 30 enero 2016, “ABC”. 


CUADRO II. COMPARATIVA DE MORTALIDAD POR FIEBRE AMARILLA Y OTRAS CAUSAS

CONIL (09/1800 a 01/1801)

MES/AÑO

F. AMARILLA %

OTRAS %

TOTAL %

Septiembre/1800

5

25

15

75

20

30

octubre/1800

12

92

1

8

13

19

noviembre/1800

1

10

9

90

10

15

diciembre/1800

9

60

6

40

15

24

enero/1801

2

25

6

75

8

12

TOTAL %

29

44

37

56

66

100

Cuadro de elaboración propia, Rafael Coca López.

Durante los 5 meses que duró la pandemia fallecieron en Conil 66 personas, representando las causadas por la fiebre amarilla el 44% del total, siendo el mes más funesto octubre, con el 92% de los fallecidos totales a causa de ella.


CUADRO III. EVOLUCIÓN DE LA MORTALIDAD POR EDAD.

CONIL (16/09/1800 a 25/01/1801)


MES/AÑO

menores 40

De 40 a 70

Mayores 70


TOTAL

Hombre

Mujer

Total

Hombre

Mujer

Total

Hombre

Mujer

Total

Septiembre/1800

3

-

3

-

1

1

1

-

1

5

octubre/1800

3

2

5

3

2

5

-

2

2

12

noviembre/1800

-

-

-

-

-

-

1

-

1

1

Diciembre/1800

2

2

4

3

-

3

-

2

2

9

enero/1801

-

-

-

1

1

2

-

-

-

2

TOTAL

%

8

4

12

7

4

11

2

4

6

29

41

38

21

100

Cuadro de elaboración propia, Rafael Coca López.

Se puede comprobar que el drama se agudizó más entre los jóvenes menores de 40 años, conformando el 41% de los fallecidos.

[Ambientación] “Scène de l´épidémie de fièvre jaune à Cadix”, de Theodore Géricault, 1819. Museo de Bellas Artes, Richmond, Virginia (Estados Unidos). Fuente: Fulwood Lampkin, “historia-arte.com”.


CUADRO IV. DETALLE ESTADO CIVIL FALLECIDOS FIEBRE AMARILLA.

CONIL (16/09/1800 a 25/01/1801)

MES/AÑO

CÉLIBE

CASADO/A

VIUDO/A

TOTAL

Septiembre/1800

2

2

1

5

octubre/1800

2

7

3

12

noviembre/1800

-

-

1

1

diciembre/1800

-

7

2

9

enero/1801

-

1

1

2

TOTAL

%

4

17

8

29

14

59

27

100

Cuadro de elaboración propia, Rafael Coca López.

Se da la triste circunstancia, prueba de lo contagioso del mal, que en dos hogares fallecieron los dos miembros del matrimonio. Fueron Manuel Díaz, enterrado con 27 años el 21 de octubre, y su esposa, María Domínguez, de 18, que lo fue 9 días más tarde; y, Manuela de Medina, de 70 años, sepultada el 9 de octubre, y su esposo, Francisco Sánchez Cermeño de 74 que lo fue el 29 de noviembre. No cabe duda de que habría más casos de varios fallecidos en la misma familia. 


CUADRO V. DETALLE TIPO ENTERRAMIENTO. CONIL (16/09/1800 a 25/01/1801)

MES/AÑO

GRATIS ET PRO DEO

OFICIO COMÚN

CRUZ BAJA

CRUZ ALTA

MEDIAS HONRAS

HONRAS ENTERAS

TOTAL

Septiembre/1800

2

1

-

-

2

-

5

Octubre/1800

2

9

-

1

-

-

12

noviembre/1800

1

-

-

-

-

-

1

diciembre/1800

-

3

-

1

4

1

9

enero/1801

-

1

-

-

1

-

2

TOTAL

%

5

14

-

2

7

1

29

17

49

-

7

24

3

100

Cuadro de elaboración propia, Rafael Coca López.

Se puede consultar, en el siguiente enlace, las características de cada tipo de enterramiento: https://todoconil.blogspot.com/2024/10/en-uno-de-los-rincones-del-archivo_01459506474.html

No existe constancia, pero, quizás, las sepulturas no fueran totalmente individuales, pudiendo haberse dado en caso de fosa común, con depósito de los cuerpos en vueltos en mortajas, ausencia de ataúdes, y, empleo de la cal viva para desinfectar y controlar olores y propagación de patógenos. Igualmente, la presencia de familiares también estaría muy restringido. Los funerales de oficio común y <gratis et pro Deo>, fueron en la práctica los más utilizados, representando en conjunto el 66 de los realizados.

Ni que decir tiene que los fallecidos no fueron todos naturales de Conil. Se identifica uno de Vejer, una de Tarifa, un expósito de Cádiz, una de Jerez y otra de Algeciras, aunque vecina de la Isla de Léon y residente temporal aquí.

Por varias circunstancias, y de manera totalmente especulativa, se identifican tres enterramientos que tienen todos los visos o sospechas, de haber enmascarado las causas de la muerte. Estos son:

1º. Antonio Moreno y Amar, de 15 años, colegial del Seminario de San Bartolomé en Cádiz, enterrado el 7 de septiembre, que quizás se contagiara en la capital donde el mal se inició a finales de julio. Su familia era muy influyente en el pueblo. Fue sepultado en la Ermita de Nuestro Padre Jesús. Su hermano Pedro, de edad parecida, llegó a ser 18 años más tarde Presbítero y Cura Teniente en Conil.

2º. Sebastián Moreno, de 74 años, casado con María del Carmen Sánchez, enterrado el 24 de enero de 1801, con oficio de medias honras, en el Convento de La Victoria. Cierta influencia debía tener.

3º. Pedro Alejo Ramírez Virués, de 47 años, natural de Conil, Presbítero y Cura Teniente, que estuvo firmando partidas hasta el mismo 7de septiembre, siendo, a partir de entonces, sustituido por el Cura José Joaquín de la Torre. Fue enterrado el 1 de enero de 1801, con oficio de honras enteras, en la Parroquial Santa Catalina. 

*** Fuente: Libro No. 5 Defunciones (1786-1801), ff. 220-228v. Archivo Parroquial Santa Catalina. agradecimiento: Yelman F. Bustamante Solórzano, párroco de Conil de la Frontera.  

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