lunes, 26 de febrero de 2024

“LOS PÍCAROS DE CONIL Y ZAHARA”, PABLO ANTÓN SOLÉ (6 de 39).

[CONTINUACIÓN del 20 febrero 2024]

Notas preliminares aclaratorias:

- La transcripción se hace literalmente, utilizando el tipo de fuente Comic Sans MS, en Itálica para todo el texto original, y normal para cualquier apunte que haga el transcriptor.

- El texto en cursiva, itálica o bastardilla del original se transcribe en ENGRAVERS MT.

- La obra original carece de imágenes, así que todas las que se incluyan han sido seleccionadas por el transcriptor, indicando, siempre, la fuente, data y autoría. 

Sigue el prólogo de Augusto Conte Lacave.

«”… Para la reunión de pícaros en Cádiz, había además otra razón no menos importante. Cádiz era un <lugar de asilo> comprobado para todos los delincuentes que huían de la Justicia, para todos los pícaros que deseaban lograr fortuna aparentando las formas de la legalidad, para todos los clérigos y frailes que no querían someterse a la obediencia de sus superiores, o que habían tenido con ellos disputas y violencias. Todos sabían que Cádiz era refugio seguro, que en él sus personas podían esconderse o simplemente disimularse entre tantos extranjeros que en ella moraban de fijo, y entre los muchos que en ella estaban de tránsito, mientras vendían los productos que traían de sus países de origen, o esperaban la llegada – siempre imprecisa e insegura – de las Armadas que venían de Indias y tenían que sortear el corso inglés, francés o flamenco.

Pequeña operación de contrabando justo bajo el baluarte, subrayando la importancia de la defensa de Cádiz, como marco comercial privilegiado. Fuente: “grupo.us punto es”, Marina Camino Carrasco, “Las tres vistas de Cádiz en el Civitates Orbis Terrarum”, Hoefnagel

En Cádiz, en caso de apuro en las más apremiantes situaciones, siempre había escape posible o en algún barco extranjero, que por un precio no exagerado los llevase fuera de los dominios del Rey Católico, o enrolándose en las flotas o en la soldadesca, cuando las naos estaban próximas a zarpar para América, para Italia o para Flandes.

Otro de los grabados de la citada obra de Bruin nos ofrece la escena de enrolamiento de los hombres para marchar a lejanas tierras, o para formar parte de las empresas navales que de Cádiz salían de tiempo en tiempo, para cumplir las órdenes del Monarca, al mando de capitanes o de marinos famosos, que han pasado a la historia por sus hazañas de mar y de tierra.

Solución esta del enrolamiento, a que sólo acudían los pícaros, cuando habían consumido los últimos metales de sus bolsas en el juego y comprometido las posibles o imposibles facilidades de su crédito.

Representación del momento de reclutamiento para el servicio en galeras de algunos individuos. Fuente: “grupo.us punto es”, Marina Camino Carrasco, “Las tres vistas de Cádiz en el Civitates Orbis Terrarum”, Hoefnagel

En este trabajo se nos da más, mucho más que las informaciones acerca de la vida de los pícaros en las almadrabas del Duque y sus alrededores, se exhuman unas noticias curiosas sobre las misiones de los Padres Jesuitas de las residencias de Sevilla y Cádiz, que a las almadrabas de Zahara y CONIL fueron durante muchos años consecutivos a rescatar almas. No necesitaron dichos Padres ir a tierras de infieles en las costas de la Berbería o al otro lado del Atlántico para emplear cumplidamente su celo y consumir sus esfuerzos. Aquí, al alcance de la mano, tenían amplio campo de acción, entre esos <renegados>, entre cristianos apartados en un todo de la recta moral y de todas las virtudes.

Se nos da, pues, el anverso y el reverso de una moneda, muy abundante en aquellos tiempos de grandeza, en que se luchaba hasta morir por Dios y por el Rey, y se vicía sin respetar las órdenes ni de uno ni de otro.

Halando de un cabo de la almadraba de tiro. Fuente: “Historia de la Cocina y la Gastronomía”, “historiacocina punto com”, Carlos Azcoytia, diciembre 2011. 

Para los que se interesen por la Historia de Cádiz, por esa historia cuya inexistencia todos lamentamos, tiene este trabajo del Padre Pablo Antón Solé, una gran enseñanza, pues revela lo mucho que puede lograrse para la formación de los Anales de la Ciudad de Hércules, sacando del olvido las noticias que sobre muchos puntos de especial interés, pueden encontrarse en las biografías de personajes famosos en letras, santidad o ciencia, y las informaciones de carácter más general que constan en las crónicas inéditas o poco conocidas aunque impresas, de las Órdenes Religiosas, y en las historias de las ciudades andaluzas próximas a nuestro círculo geográfico. Materiales estos que apenas han sido consultados y en los legajos de los archivos y en los plúteos de las bibliotecas, esperan pacientemente se les consulte y se escuche la voz desapasionada de testigos que ya nada pueden esperar ni en exaltación ni en menos precio. A.C.L. [Augusto Conte Lacave].”» 

Fuente: “Los pícaros de Conil y Zahara: estudio histórico sobre los jesuitas y las almadrabas del duque de Medina Sidonia en la segunda mitad del siglo XVI”, Pablo Antón Solé; edición original en Cádiz, 1965; reedición Ayuntamiento Conil, 2009. 

Fin del prólogo de Augusto Conte Lacave.

[CONTINUARÁ el 03 marzo 2024] 

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