Para
aquellos lectores que estén interesados en conocer las
características de algunos de los periódicos, vamos a utilizar el
acceso al portal gratuito, y libre, de la Hemeroteca Digital
(Biblioteca Nacional de España),
presentando una portada y copiando las descripciones y notas que los
caracteriza.
El
más destacado y furibundo periódico de la reacción ultracatólica
y absolutista, que empieza a publicarse el uno de julio de 1823, con
frecuencia diaria, excepto los lunes, habiendo recibido también una
subvención secreta de 30.000 reales del Tesoro Real, al igual que
sus correligionarios "El Procurador General del Rey" y "El Realista". Ya
en su primer artículo señala que “sólo el título de este
periódico indica bastantemente cuál será el objeto a que debe
consagrarse”, que no es otro que la restauración de la fidelidad a
Dios y al Rey, a la unión del “Altar y el Trono”.
Como
órgano del clero rigorista e inquisitorial y de la intolerancia,
incluso contra los moderados, es redactado por un grupo de escritores
bajo la dirección del religioso mercedario calzado fray Manuel
Martínez Ferro (1774-1821), al que en 1817 el rey le había nombrado
inquisidor general y que, después, en 1825 será recompensado con la
mitra del obispado de Málaga. Según Pérez de Guzmán en su
Bosquejo histórico…, le acompañan en la redacción fray Manuel
Gómez Negrete, Felipe Lesmes Zapilla, Bernardo Hernández de Alba,
Gregorio Martín de Urda y Serapio Serrano.
Con
un estilo acre, procaz y violento, su objetivo es denunciar lo
realizado durante el período “revolucionario”, incitar a la
desobediencia de las leyes y el ordenamiento constitucional,
demonizar y delatar a los liberales, atacar la ley de amnistía
política, abogar por la restauración de la Inquisición, etc.,
reproduciendo la situación de 1814, en la que el clero absolutista
de nuevo incita a la persecución sin piedad y al ensañamiento
contra los liberales. De tal forma que ese espíritu vengativo lo
refleja en su elocuente lema: “Hay que exterminar a los negros
[liberales] hasta la cuarta generación”.
Impreso
por Francisco Martínez Dávila, impresor de Cámara de S.M., sale en
números de ocho páginas, publica numerosos suplementos o
extraordinarios, así como un índice de materias mensual. Comienza
cada número con noticias del extranjero, seguidas de las de España,
todas ellas comentadas, extractadas de otros periódicos o
procedentes de su correspondencia particular, y artículos políticos
y doctrinales, algunos dialogados, y de oficio (reales decretos,
etc.), sobre los acontecimientos políticos y militares que se libran
en España entre las fuerzas francesas y realistas y las ya
escuálidas liberales.
Aún
así, será también víctima del real decreto de 30 de enero de 1824
de supresión total de la prensa española (excepto la Gaceta de
Madrid y el Diario de Avisos), apareciendo su último número al día
siguiente, y representará el núcleo del futuro partido carlista.
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