Para
aquellos lectores que estén interesados en conocer las
características de algunos de los periódicos o
publicaciones,
vamos a utilizar el acceso al portal gratuito, y libre, de la
Hemeroteca
Digital (Biblioteca
Nacional de España), presentando una portada y copiando las
descripciones y notas que los caracteriza.
Publicación
anual que comienza a editar en 1879 Carlos Bailly-Baillière,
entonces librero de la Universidad Central, de Madrid, del Congreso
de los Diputados y de la Academia de Jurisprudencia y Legislación,
en el que se ofrece en torno -según señala- a 400.000 señas de las
personas que integran la instituciones de las Administraciones
Públicas (Casa Real y sus empleados, Cortes, ministerios, cuerpo
diplomático, etc.) y de cualesquiera que tuviera un oficio o
profesión (abogados, arquitectos, notarios, médicos, marmolistas,
boteros, libreros, impresores, fotógrafos, carpinteros, etc.) o
fuera propietario de un comercio, industria o fábrica, o ejerciera
un servicio público, tanto de Madrid y resto de provincias, como de
las posesiones españolas de Ultramar y de los Estados
hispano-americanos.
Estructurado
por provincias, partidos judiciales y localidades (en el caso de
España, comienza por Madrid, y ofrece el listado por calles),
colonias o estados, al comienzo de cada epígrafe ofrece una breve
información general (número de habitantes, listado de sus
parlamentarios, etc.). También da cuenta de centros culturales,
casinos, periódicos o colegios.
Es
una publicación al estilo de otras que se publican en Europa y,
según su editor, sigue el mismo plan del francés Annuaire-almanach,
de Diderot-Bottin. Llega a superar las dos mil páginas, incluye al
principio un calendario y ofrece diversos índices alfabéticos por
nombre de personas y de lugares (nomenclátor) y por profesiones,
además del de los numerosos anunciantes (profesionales, industrias,
comercios), cuya publicidad va inserta al final de cada volumen y
está acompañada, en muchas ocasiones, de grabados de productos,
maquinaria, objetos de consumo o de edificios de las empresas y
fábricas. También da información de las tarifas arancelarias
aduaneras o las de los transportes.
Para
su confección cuenta con corresponsales en las capitales de
provincia y en los diferentes países, y el editor compila también
los extensísimos datos que le llegan por otras fuentes, como son las
consulares, las de las autoridades de las propias Administraciones
(secretarios de ayuntamientos) y los que les remiten los propios
profesionales, comerciantes e industriales.
A
partir de 1881, la publicación pierde la palabra “almanaque” y
sigue publicándose hasta 1911, bajo la cabecera Anuario del
comercio, de la industria, de la magistratura y de la administración.
Véase también este título en esta Hemeroteca Digital de la
Biblioteca Nacional de España.
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