jueves, 31 de marzo de 2022

DE COMO SE PRODUCE LA SEGUNDA PEREGRINACIÓN DE LOS FIELES DE MEDINA SIDONIA A CONIL (1680).

Después de más de un siglo y medio de la supuesta ocurrencia de los hechos que a continuación se narran, el Obispo de Cidonia [1], fraile capuchino Manuel María de Sanlúcar de Barrameda (1781-1851), edita un “librito” devocionario donde con una literatura exultante alaba la devoción y arraigada creencia de sus fieles, que ante una adversidad climatológica, como es la escasez de lluvia, con efectos tan devastadores sobre sus cultivos y ganados, no dudan en desplazarse en procesión, portando la imagen del Nazareno, a la vecina Villa de Conil, situada a unos veinticinco kilómetros.

Primera página del “librito”. Rafael Coca López, 15 enero 2022.

Es de esta publicación de 1842, de donde transcribimos el relato siguiente:

Retablo cerámico Ntro. Padre Jesús Nazareno, 1615-2015. Fuente: Twiter @Nazarenomedina.

« “La segunda procesión de las mencionadas fue el año de mil seiscientos ochenta. En el cual el día último de marzo fue llevada en procesión de penitencia desde Medina á Conil la imagen de nuestro padre Jesús, para lo que dio su bendición y permiso el Ilustrísimo Señor Don Juan de Isla [2], obispo de esta diócesis, que se hallaba de santa visita en esta ciudad. Formóse la procesión en Santiago, y salio a las cinco de la mañana, acompañando a la sagrada imagen de nuestro padre Jesús la mayor parte del Clero, Regidores, Justicia, y resto del vecindario hasta mil y quinientas personas, y trece guiones de otras tantas cofradías con su cera correspondiente.

Fachada lateral de la iglesia de Santiago. Rafael Coca López, 15 enero 2022.

Cantaban las Letanias de los Santos y otras oraciones de la Iglesia. Los Sacerdotes llevaban la imagen y los seglares la cruz y el palio. Muchos de ambos secsos iban descalzos, y todos con devoción. Luego al punto comenzó á toldarse el cielo, y caer unas gotas de agua. En el sitio del pozo del Lobo, y de la angostura, que es á una legua [3] de Medina, se hizo una rogativa muy devota, y el agua se aumentaba. En la fuente del Obispo paró la devota comitiva para tomar un refresco, se hizo otra rogativa, y crecía el agua.

Cruz del Paso”. Pág. 62, “Boceto para una historia”, Juan José Poblador, 1983.

A un cuarto de legua de Conil, en el sitio que desde entonces por este suceso se puso una cruz grande, y se llama la cruz del paso, esperaban como unas trescientas cincuenta personas entre Clerigos, Frailes, Regidores, Justicia y otras que llevaban en procesion la referida imagen de Maria santisima de la Virtudes. Luego que se unieron los vecinos de ambos pueblos con su respectivas imágenes, se encendio en todos la devocion, y se reciprocaron los afectos.

Antiguo grabado de la Virgen de las Virtudes, 1796. Fuente: “Todo colección”.

El cielo correspondió a estas santas ternuras con raudales copiosos de agua, en tanta abundancia que las veredas parecían arroyo. En tales términos siguió la procesión y llegaron a Conil a media tarde, entraron las santas imágenes en el convento de la Victoria y dieron gracias a Dios. Los vecinos de dicha villa, devotos, corteses y agradecidos a la visita que le hacían los de Medina, a porfía lo hospedaban, enjugaban y regalaban. Muchos prodigios acompañaron a este suceso, deleitándose Jesús Nazareno y Nuestra Señora de las Virtudes en la caridad mutua de tan devotos pueblos.

Pedro de Moya se libró como por milagro de la muerte; cuyo caso fue a todo notorio, se pintó y aún dura pintado. La divina Providencia, al ver dos pueblos juntos en caridad, los socorrió con una pesca prodigiosa que satisfizo á ambos. Hizo esto Jesús mirando la turba devota que acompañó á su sagrada imagen, como en otro tiempo otra turba piadosa le acompañó al desierto.

“… pesca prodigiosa …” Fuente: “Conil en la Memoria”, p. 120, 2004; pie de foto” El esfuerzo que realizaban los almadraberos para subir los atunes a los barcos, hacia 1927, colección particular Vicente Zaragoza.

Al día siguiente volvió la procesión como habia ido, y continuó el agua de tal manera que con mucho trabajo pudieron vadear los arroyos. En el pozo del Lobo comió la comitiva é hizo otra rogativa. Al llegar a Medina todo el vecindario esperaba en los muros, entradas y avenidas; lloraban de gozo y devoción los espectadores, viendo la suma piedad de los que venian en procesión mojados, descalzos, con cruces en sus hombros y coronados del triunfo que la divina Piedad habia otorgado á su devota jornada. Plausible suceso digno ciertamente de eterna memoria. Luego llevaron la imagen de Jesús a la Iglesia Mayor, donde el Señor Obispo, admirado de la viva fé y enternecido de la eficaz devoción de sus fieles hijos los esperaba bañados en lagrimas. Estuvo allí la imagen nueve días, cantándole en cada uno misma en acción de gracias: los cuales pasados entró triunfante Jesús en su iglesia de Santiago, y fue colocado en su altar del Sagrario.” »

Arco o puerta de Belén, en la antigua muralla, por donde, seguramente, pasaría la comitiva religiosa de regreso de Conil. Fuente: Patrimonio Arquitectónico. Turismo. Excmo. Ayuntamiento de Medina Sidonia

[1] Esta Cidonia o Cydonia, a pesar de su parecido, no tiene nada que ver con nuestra Sidonia, la de Medina, y algún tiempo de Benalup, sino que es una sede ya suprimida de la Iglesia Católica (Dioecesis Cydoniensis), también conocida como la Diócesis de Agia (Agiensis) o Diócesis de Chania (Caneensis), localizada en la isla de Creta, en pleno Mediterráneo. Fuente: “kripkit punto com”.

Puerto de La Canea. Fuente: “kripkit punto com”.

[2] Juan de Fernández de Isla y Fernández de Isla, Obispo de Cádiz en 1676 y Arzobispo de Burgos en 1680 donde falleció. Fuente: “Hidalgos en la Historia”, blog de José Manuel Huidobro Moya, 3 noviembre 2020.

Escudo del obispo Juan de Fernández de Isla y Fernández de Isla. “Hidalgos en la Historia”.

[3] Legua, medida de longitud equivalente a 5.572 metros.

Fuente: Hermandad del Nazareno de Medina Sidonia, con especial agradecimiento al Hermano Mayor Ismael Nieto Benítez, y a los hermanos Manuel Macías Cruz y Antonio Fernández Fernández, por poner en nuestras manos el renombrado “librito”. Agradecemos, también, a Manuel Cortés Trujillo, en Conil, por poner un poco de luz en estos hechos.

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