Dibujo de un carro tirado por dos bestias. Fuente: Oficios de Cantabria, elcandelario punto com.
Hace hoy un año, concretamente el día de las Virtudes, publiqué en facebook y en el blog “conildelafronteraenlaprensa”, un recorte de prensa del “ABC”, fechado el 6 de septiembre de 1960, con la dramática redacción de un accidente en el que se vieron implicadas varias personas, una de ellas fallecería a las pocas horas y los demás con heridas de diversa consideración. Se vieron envueltos en el percance un automóvil y un carro tirado por dos caballerías. Nuestro personaje, el arriero del carro, FRANCISCO CAMACHO SERNA, fue uno de los tres más gravemente herido, pero sobrevivió. Por lógica, al ir los dos vehículos en dirección a Cádiz, cabe pensar que fue el coche, en un despiste del conductor, o a causa de una mala visibilidad, el que embistió al carro por su parte trasera, cuya lenta marcha le haría ir por su “derecha”. De estos detalles no cuenta nada la reseña.
Trasteando en las hemerotecas, hemos encontrado esta noticia, pero esta vez en "La Vanguardia", redactada en los mismos términos que la de ABC, ya que fue comunicada por la misma agencia, CIFRA.
Fuente: “LA VANGUARDIA”, del martes 6 de septiembre de 1960.
El año pasado, en mi muro de facebook tenía lugar la siguiente conversación, que por su contenido humano, no me importa reproducirla a continuación::
Joana Sánchez Camacho: Rafael, me he quedado atónita cuando he visto tu publicación de hoy. El arriero era mi abuelo, Francisco Camacho Serna. Hubo un error y lo apellidaron Zafra en el accidente. De hecho por ese error, en el juicio no lo reconocían como el arriero. Mi abuelo quedó gravemente herido e inconsciente. Con la cabeza junto a una salina. La ambulancia llegó y se llevó a los heridos pero no encontraban a mi abuelo. Uno de los que estaban auxiliando se percató de que los que iban heridos estaban todos vestidos de traje, con lo cual el arriero tendría que estar en algún lugar sin auxilio. Afortunadamente lo encontraron antes de que la salina subiera el nivel y ahogara a mi abuelo. Se llevó años recuperándose. Mi madre y mis tíos se tuvieron que hacer cargo del campo de mi abuelo desde niños porque él estuvo convaleciente.
Rafael Coca López: Extraordinaria y sorprendente historia, que gracias a tu comentario, saldrá del ámbito familiar y serán muchos, sobre todo jóvenes, los que conocerán este medio de transporte, de los que los conileños tuvieron sobrada fama y que cumplían la importante labor de llevar víveres, sobre todo pescados y verduras, a la ciudad de Cádiz. Espero que no te disguste haber etiquetado a tu admirado abuelo cono "el último arriero", por tal de darle un aire de romanticismo a aquella profesión que ya tenía los días contados. Gracias por tu aportación. Seguimos.
Joana Sánchez Camacho: Para mi es una suerte que lo hayas publicado. Y sí. Fue de los últimos arrieros. Muchas gracias por publicarlo. Mi madre no maneja estas redes, pero le va a encantar que alguien le haya dedicado su tiempo para contar lo que pasó. Muchas gracias mil veces.
Rafael Coca López: Ya tengo motivos más que suficiente para pasar un buen día de las Virtudes. Saluda a tu madre de mi parte.
Pilar Díaz Mangas: Que historia de vuestra familia guardada en vuestra memoria más humana. Si tienes nietos cuéntasela. Que no se pierda.
Joana Sánchez Camacho: Justo ha hecho 60 años en estos días. Y yo tengo ahora una bebé, y se lo contaré en cuanto tenga uso de razón. No se puede olvidar. Sobre todo porque mi abuelo era muy muy especial.
Joana Sánchez Camacho:: Si me apuras, puedo contar más. La historia tiene connotaciones muy especiales en detalles que no trascendieron. Resulta que la persona que buscaba al arriero para meterlo en la ambulancia era también un paisano de conil. Por suerte, dio con él y le salvó la vida porque la ambulancia pudo llevárselo a tiempo. Pasados unos días, este paisano conileño fue a visitar a mi abuelo y a darse a conocer. Paradojas de la vida. La persona que auxilió a mi abuelo, muchos años antes había recibido el auxilio de mi abuelo salvándole una pierna cuando era solo un niño. Lo llevó del campo de conil al hospital más cercano (en San Fernando en aquél entonces). Se devolvieron favores de vida mutuamente. Mi abuelo nos lo contaba y siempre terminaba llorando de emoción.
Mercedes Matute Duarte: Cuando lo estaba leyendo, pensé en tu abuelo por el apellido. Gran persona. Lo recuerdo con cariño. Charlábamos mucho en la estación del Puerto, cuando él pasaba allí temporadas.
Joana Sánchez Camacho: Me alegra leerte. Gran persona, si que es cierto. Gracias por tu comentario. Un beso fuerte. Espero que estéis todos bien.
Rafael Coca López: Releyendo tus comentarios, y con ayuda de la calculadora, para tu sorpresa, realmente son 60 los años que han pasado del percance.
Acarreo con mulas y carro, sobre 1950. Autor: Tani. Fuente: Museo Arqueológico de Yecla, febrero 2013.
De los otros protagonistas del accidente:
El industrial fallecido, Saturnino Ordóñez Durán, tenía un hermano, Pedro, que junto a sus padres, él Saturnino Ordóñez era “chicuco” y ella Consuelo Durán “meinata, se dedicaron a la hostelería, creando una prestigiosa empresa, con establecimientos como “Café Español”, “Don Pan”, “pizzerías Nino´os”, ...
Del sargento de la Armada, Antonio Rodríguez Zafra, se sabe que en 31/12/1979, tenia el grado de Teniente, modalidad B, del Cuerpo de Intendencia, con 12 trienios reconocidos Boletin Oficial del Ministerio del Defensa, Diario Oficial de Marina, núm. 300, del 31/12/1979, p. 4074.
No hay comentarios:
Publicar un comentario