martes, 6 de julio de 2021

LA ARQUITECTURA AGROPECUARIA III.

CORTIJO-VAQUERIZA DEL PRADO

El Prado fue históricamente una dehesa comunal para abrevadero y descansadero del ganado. Pasó a manos privadas a comienzos del s. XIX, dedicándose desde entonces a cultivo de secano y pasto para ganaderías. Por entonces debió construirse la vaqueriza y de esta época son un conjunto de pesebres de piedra circulares próximos al edificio y un hermoso pozo, el Pozo Nuevo o del Prado.

Panorámica de la construcción, teniendo por delante el río Salado en su desembocadura. Imagen de “Patrimonio Cultural de Conil de la Frontera”, p. 64, 2007.

El inmueble se asienta al otro lado del río Salado, muy cerca de la playa. Se trata de un conjunto de sencillas construcciones en torno a un corralón destinadas a almacenamiento de productos agrícolas y resguardo del ganado. Su fábrica es de mampostería y ladrillo, con forjados de madera y rematada con teja en unas partes y en otras con techumbre plana.

Interior de la vaqueriza, con pesebres de madera adosados a la pared. Imagen de “Patrimonio Cultural de Conil de la Frontera”, p. 64, 2007.

Hoy conserva su uso como almacén y vaqueriza. La edificación aparece registrada en el Inventario de cortijos, haciendas y lagares realizado por la Dirección General de Arquitectura y Vivienda.

Pozo del Prado, muy cerca de la estancia. Imagen: R.C. López, 6 agosto 2006.

Sobre el mismo montículo en que se asienta el Cortijo del Prado está situado, según Michel Ponsich, un yacimiento romano del s. I, con continuidad en los siglos IV y V, donde se han localizado numerosos restos de cerámica, ánforas, ladrillos y tejas, así como fragmentos de vértebras fosilizadas de atunes y túnidos, que confirman la presencia de una fábrica de salazón con su propio taller de ánforas asociado.

Referencias del yacimiento romano sobre el que se asienta esta instalación ganadera. Fuente: “Aceite de oliva y salazones de pescado: factores geo-económicos de Bética y Tingitania”, pp. 206-207, de Michel Ponsich. Universidad Complutense. Madrid, 1988.

Grabado de Hoefnagel y texto a pie de foto de M. Ponsich. Fuente: “Aceite de oliva y salazones de pescado: factores geo-económicos de Bética y Tingitania”, p. 205, de Michel Ponsich. Universidad Complutense. Madrid, 1988.

Entre los lugares de fábricas de ánfora, aparece Conil. Fuente: “Aceite de oliva y salazones de pescado: factores geo-económicos de Bética y Tingitania”, p. 67, de Michel Ponsich. Universidad Complutense. Madrid, 1988.

Portada de “Aceite de oliva y salazones de pescado: factores geo-económicos de Bética y Tingitania”, de Michel Ponsich. Universidad Complutense. Madrid, 1988.

Fuente: “PATRIMONIO CULTURAL DE CONIL DE LA FRONTERA”, Autor: ANTONIO SANTOS GARCÍA; Colaborador: FRANCISCO GONZÁLEZ UREBA; Coordinador: ANTONIO MUÑOZ RODRÍGUEZ; Director editorial: CARLOS ROMERO VALIENTE; Edita: G.D.R. Litoral de la Janda. 2007.

Actualmente, la fachada lateral de la cortijada, la que da al mar, sirve como artístico mural de una obra de ADRIÁN TORRES:

Las vacas dibujadas del mural y pesebres de piedra. Fuente: eldiario punto es, 22 febrero 2017.

A continuación, ocho fotografías realizadas por ANTONIO LEAL, durante un paseo el 2 de marzo de 2021, con detalle de las pinturas plasmadas en las paredes de la vaqueriza. 


Un par de vídeos sobre Adrián Torres:





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