viernes, 9 de junio de 2023

LA FLORA CONILEÑA 11/… POR SIMÓN DE ROJAS CLEMENTE RUBIO (1804).

  OSYRIS ALBA

(nombre común: retama loca)

Simón de Rojas, lo localiza en la costa.

Lámina: Flore coloriée de poche du litoral méditerranéen de Gênes à Barcelone y compris la Corse, parís, 1902. Otto Penzig. Fuente: floradegalicia. Wordpress punto com.

Vista de la planta con frutos. Fuente: Alonsolej, Wikipedia, la enciclopedia libre.

Flores. Fuente: Hans Hillewaert. Wikipedia, la enciclopedia libre.

Nota: Rafael Sánchez Carrión apunta que no hay Osyris alba en Conil, debiendo ser otro error de identificación de Simón de Rojas; por contra, sí se encuentra Osyris lanceolata = Osyris quadripartita, de frutos anaranjados y hojas más anchas, su nombre común es bayón, siendo relativamente frecuente en nuestros pinares y zonas de matorral. Comparte dos fotografías de su autoría y localización en Conil.

Osyris lanceolata, Rafael Sánchez Carrión.

Osyris lanceolata, Rafael Sánchez Carrión.

Fuente: “VIAJE A ANDALUCÍA, historia natural del Reino de Granada (1804-1809)”, Simón de Rojas Clemente Rubio. Edición, transcripción, estudio e índices de Antonio Gil Albarracín, otros trabajos de Horacio Capel Sáez y M.ª Pilar de San Pío Aladrén. Almería-Barcelona 2002; y el inestimable asesoramiento de Rafael Sánchez Carrión.

INFORMACIÓN MÁS COMPLETA DE OSYRIS ALBA

Osyris alba es una especie que pertenece a la familia de las Santalaceae. Sus nombres vernáculos castellanos son “Bojecillo”, “Guardalobos”, “Retama blanca” o “Retama loca”, y los gallegos son “Xesta bravía”, “Xesta do mar”, “Xesta louca” o “Xesta mansa”. Se distribuye por el S de Europa (incluyendo casi toda la Península Ibérica), N de África y SW de Asia. En Galicia es posible encontrarla en las 4 provincias, aunque es más frecuente en el litoral.

Es una planta arbustiva dioica de 50-150 cm, con aspecto de retama, que desarrolla rizomas largos y gruesos, glabra. Presenta múltiples tallos angulosos de los que salen ramas erectas, delgadas, verdes y longitudinalmente estriadas. Aunque realiza la fotosíntesis, es una especie hemiparásita en raíces, es decir, a través de unos haustorios (unos órganos de penetración y absorción, como agujas) situados en esos órganos subterráneos, extrae agua y minerales de otras plantas huésped. Las hojas son alternas, simples, linear-lanceoladas de 12-30 x 2-4 mm, con el ápice mucronado y la base atenuada, sésiles, persistentes o -a veces- caducas, de consistencia más o menos coriácea, uninerviadas, con un nervio muy marcado en el tercio inferior del envés y unos nervios secundarios poco o nada visibles. Sin estípulas.

Las flores, unisexuales y poco conspicuas, son trímeras o tetrámeras, actinomorfas, y se disponen en inflorescencias compuestas por cimas bracteoladas: las masculinas, formando racimos unilaterales, miden 0.7-2 cm y generalmente cuentan con 3-6 flores, mientras que las flores femeninas son solitarias (rara vez 2-3), subsentadas, y se sitúan en el extremo de ramas cortas laterales con hojas. Bracteolas lanceoladas de 3-4 mm de largo, que normalmente persisten durante la floración. Receptáculo en las flores masculinas de 0.5-0.8 mm y acopado, de 3-4 mm y obcónico en las femeninas. Sobre dicho receptáculo se asienta el perianto, monoclamídeo, soldado basalmente al ovario, reducido a 3 (a veces 4) segmentos o tépalos triangulares de 1.3-1.5 mm, verdes por fuera y amarillos por el interior. El androceo consta de tantos estambres como tépalos (3-4) y están opuestos a ellos, y muestran un mechón de pelos que van desde el segmento del perianto correspondiente a la antera, con filamentos de alrededor de 0.5 mm y anteras ditecas de 0.3 mm, sólo funcionales -lógicamente- en las flores masculinas. Disco nectarífero desarrollado, plano o casi, triangular (cuadrangular en las flores tetrámeras). El gineceo se compone de un ovario ínfero, tricarpelar (aunque sólo se desarrolla un primordio seminal de los 3-4 que tiene), del que surge un estilo simple de 2-3 mm y un estigma trilobulado. En las flores masculinas el gineceo es nulo, y al contrario en las femeninas.

Crece en matorrales mediterráneos que sustituyen a quejigares, alcornocales o encinares, en cauces secos, dunas y acantilados o roquedos costeros. Preferentemente en lugares soleados, soportando zonas áridas y semidesérticas, sobre suelos secos y de tipo alcalino. Entre el nivel del mar y 1500 m de altitud.

Fuente: Suso SMfloradegalicia. Wordpress punto com, 30 enero 2020.

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