lunes, 30 de noviembre de 2020

“EL REY DE LAS ALMADRABAS” /1 (2005).

Del libro El rey de las almadrabas, de Carlos Algora Alba (Editorial Algaida, 2005), se habla mucho en Conil, y hay bastantes vecinos que lo han leído, ya que a pesar de ser una novela, con protagonistas ficticios, el contexto donde se desarrolla es totalmente histórico, con personajes reales, y, con el aliciente de que reproduce muy fielmente el ambiente de esta localidad en aquel entorno almadrabero, habiendo conseguido el escritor que cualquier lector conileño se sienta protagonista de las más diversas acciones en lugares totalmente reconocibles.

Resumen (CASA DEL LIBRO):

Después de diversas vicisitudes, Hernán - un pícaro del Arenal Sevillano – es acogido en el palacio de Medina Sidonia y gracias a sus innatas habilidades, pronto se convertirá en un agente del Duque, testigo de los graves sucesos políticos que salpican el final de la monarquía de los Austrias: la independencia de Portugal, las intrigas para crear un reino independiente en Andalucía y las consecuencias de la sublevación catalana. Intrigas, pasiones y aventuras se suceden en este emocionante recorrido por el laberinto español del siglo XVII. El rey de las almadrabas, de Carlos Algora, es una novela cuya amena y smerada recreación histórica nos devuelve a un país que se desgarra por los cuatro costados y donde se presagia el fin de una época.


Calle Extramuros, 1946. Colección particular Juan Bermúdez. Conil en la Memoria, 2004.

Hoy transcribimos, un corto pasaje del capítulo “Las Almadrabas de la Torre de Guzmán y Castilnovo” (p. 52), donde dos de los protagonistas de la novela, Alonso y Hernán, llegan a Conil, para enrolarse en las almadrabas, después de haber dejado el Arenal sevillano, donde sus vidas no les iba nada bien.


Puerta del Moscón. Imagen R.C. López, 11 febrero 2006.

La PUERTA DEL MOSCÓN DABA AL CAMINO de Chiclana, era un portillo pequeño; a dos tiros de piedra, se hallaba la puerta de Cai. Preferimos hacer nuestra entrada en el pueblo por ésta, donde reinaba una gran animación y era lugar de encuentro de los almadraberos venidos de los diferentes reinos de España. Entre los anchos muros de la muralla fortalecidos en estas zonas de entrada y salida, una lamparilla de aceite iluminaba oscilante una virgen siluetada con vivos colores en la cerámica. Por doquier había corrillos contando las peripecias de años anteriores, del camino realizado, noticias transcurridas… encuentros celebrados, ya que muchos se habían hecho camaradas en estas tierras.”


La Puerta Cai, 1963. En el Pósito de Pescadores de la Puerta Cai el tiempo parece detenerse. Manuel Monte, Pedro Muñoz “Puchirichi”, Manuel Quintero “El Lengua”, Juan “El Portugués”, Miguel “De la Campa”, Antonio “La Pava” y algunos chavales, todos “jabigueros”. Conil den la Memoria, 2004.


Detalle azulejo de la Virgen del Carmen, en una escena almadrabera, en la fachada lateral del bar “Resbalón”. Imagen R.C. López, 11 septiembre 2006.


Bajada de (subida a) la Puerta Cai. Imagen cedida por Pepe Gil Román, 2020.


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