martes, 9 de junio de 2020

CONIL Y LOS CONTRABANDISTAS SIGUEN (1841).

En este recorte de prensa, se narra con algo de más detalle, el choque entre el Alcalde de CONIL y el Capitán de Carabineros de esta villa. Hay que esforzarse bastante para poder leer con nitidez todo el texto, por lo visto las rotativas de este periódico, o la calidad de la tinta, no eran suficientemente buenas. Se hace una transcripción literal para evitar es esfuerzo al posible lector.


Fuente: “Eco del Comercio”, núm. 2562, del jueves 6 de mayo de 1841.


TRANSCRIPCIÓN LITERAL:
IDEM 28.- En una nota que publica ayer “El Globo” se dice que en Conil han ocurrido últimamente sucesos escandalosos. El público creerá que estos sucesos tienen un carácter político; pero desde ahora le aseguramos nosotros que no es así. Hay en aquella villa un alcalde y un capitán de carabineros que no están en buena armonía, y tanto que porque el primero mandó salir de la población a cierta persona que no debía residir en ella, el segundo le contestó que esa misma persona estaba empleada por él en el resguardo para cosas importantes del servicio, y no podía por ello cumplimentar la orden del alcalde.
Después aconteció que el capitán de carabineros trató de registrar todas las casas de la villa, y el alcalde le contestó que designase cuáles eran esas casas (con la reserva conveniente) para que no se atropellasen las de los aforados ni las de aquellos individuos que no estuviesen reputados como contrabandistas. El capitán repuso que registraría las que tuviera por conveniente, y que estaba resuelto a hacerlo con el permiso ó sin el permiso del alcalde; resolución que, séase dicho de paso, os ha escandalizado hasta lo infinito.
En estas contestaciones estaban el alcalde y el capitán, cuando el 19 del corriente parece que los carabineros se situaron en el camino de Chiclana y se decidieron (sus órdenes tendrían para hacerlo) á registrar cuantas personas por él pasaran. Hiciéronlo con una a quien hallaron nueve cigarros puros de mala procedencia y le llevaron á la población para que comprase, según está dispuesto, cuarenta y tantos puros en el estanco. Según dicen los carabineros, este hombre pidió protección al alcalde, quien no solo se ciñó á dársela, sino que hizo lo dejasen en libertad; amenazó a los carabineros y luego se puso un hijo suyo al frente de un grupo considerable de paisanos, á los que decía era menester echar de la población á los del resguardo porque eran unos pillos y ladrones.
Esta es la relación de los hechos tal cual la hacen los que defienden al alcalde y los que abogan por el capitán de carabineros: hasta que se sepa positivamente quién tiene la justicia de su parte, quién relata la verdad, el público, y las autoridades que ya en ello entienden, no podrán formar su juicio.”

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