«” Los ponientes alternan con los levantes y reinan, por consiguiente, en todas las estaciones, predominando quizás los ponientes sobre los levantes. Presentan caracteres diametralmente opuestos; son húmedos, vienen acompañados generalmente de celajería y nunca soplan con tanta fuerza ni persistencia como los levantes. Ceden a la puesta de sol.
Efecto de los vientos de poniente sobre la fina arena de nuestras playas. Fotografía de “guiadeconil punto com”.
El poniente se manifiesta por los relentes que le preceden. Si reinando levante se nota de noche o de madrugada la humedad producida por el relente, pronto desaparecerá aquél para dejar su puesto al poniente. Son también signos precursores del vendaval, la calma chicha y bruma densa. Cuando después de soplar el levante en invierno rola por el SE al S y se mantiene en este punto flojo y calimoso, debe esperarse temporal de fuera.
Cuando en invierno pican los ponientes al SW, además de soplar con mucha fuerza, traen nubarrones y fuertes chubascos que descargan con viento y agua en términos de oscurecer toda la costa y levantan tal marejada que cierran todas las barras; pero suele haber entre chubasco y chubasco claras de bastante duración, que permiten al navegante orientarse con la tierra.
Playa del Puntalejos, donde los efectos de los vientos de poniente son menos molestos para sus usuarios. Imagen de “hotelantantie punto com”.
La dirección de estos vientos, llamados vendavales , oscila entre el SSW y el WSW y su duración no suele pasar de tres día. A veces se hacen muy persistentes y reinan durante nueve o doce días, con breves interrupciones. Si después de soplar con energía rola al W, puede esperarse buen tiempo, porque se detendrá poco en este punto y pasará al NW; pero si desde el W retrocede al SW empieza de nuevo el mal tiempo con más fuerza que antes, si bien dura menos. Cuando llega a fijarse el NW son más claros y suelen durar 8 o 10 días, rara vez retroceden al SW, el tiempo abonanza y llega a ser hermoso, pero ocasionalmente, con chubascos duros turbonadas, decayendo su fuerza al rolar hacia el N.
Los SW que son los vientos más temibles en el saco de Cádiz, son más pertinaces desde noviembre a marzo, o sea durante el invierno.
En <abril y mayo estos vientos son en general moderados y con buen tiempo aunque el cielo puede permanecer cubierto.”»
Fuente: “DERROTERO de las costas de Portugal y SW de España”, página 8, Instituto Hidrográfico de la Marina, 1990. Servicio de Publicaciones de la Armada.
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