jueves, 2 de febrero de 2023

LOS VIENTOS DE LEVANTE (1990).

No por ser bien conocido por los moradores de este litoral gaditano, hemos dejado pasar la ocasión de insistir en algunas particularidades que los caracterizan. Para ello, transcribimos, literalmente, lo que sobre el tema se expone en esta publicación de la Armada Española.

«”Aunque los levantes suelen soplar en todas las estaciones, reinan con mayor insistencia en marzo y abril, y en los meses calurosos de julio y agosto [Para disfrute y deleite de nuestros convecinos y visitantes].

Una ligera bajada del barómetro y una marcada subida del termómetro indican que va a entrar pronto el levante; entablado éste, vuelve a subir el barómetro.

Una marcada subida del barómetro después de entablado el levante anuncia su desaparición, que suele tener lugar al día siguiente aún cuando sople a rachas huracanadas, sucediéndole el viento opuesto que solo será violento, su entra por contraste.

Las crestas de las olas, con estos vientos se niegan a bajar, y prolongan su caída formando esas espectaculares cortinas de agua. Fotografía por gentileza de Antonio Leal.

En el Mediterráneo los levantes son húmedos y suelen acumular densas nubes sobre las montañas inmediatas a la embocadura oriental del estrecho de Gibraltar: por el contrario, sobre las costas de Cádiz, Huelva y Algarve, son muy secos y claros.

La energía con que penetra el levante por el Estrecho aumenta hasta rebasar el meridiano de Tarifa, disminuyendo luego de intensidad al aproximarse al cabo de Trafalgar y muchas veces no recala siquiera sobre Cádiz, a pesar de continuar entablado por el paralelo del Estrecho, hasta gran distancia de su boca occidental.

Si … se ven sobre la sierra de Ubrique y tierras elevadas de Algeciras nubes blanquecinas en forma de algodón en rama muy adheridas a las cimas, es prueba de que reina viento E en la entrada oriental del Estrecho. Si a esta señal inequívoca se agrega el calor sofocante y la sequedad propia de este viento, es de esperar que el levante entrará pronto, aun cuando en la bahía de Cádiz reine poniente.

La fina arena de nuestras playas se disloca con estos vientos. Fotografía por gentileza de Antonio Leal.

Una vez entablado se hace persistente, sobre todo en verano, durante a veces quince días consecutivos soplando con violencia siempre. Abonanza algo a la puesta de sol, cede más durante la noche hasta hacerse manejable al amanecer y recupera su fuerza anterior con el nuevo sol, anunciándose con algunas rachas frescas que ganan en intensidad a medida que el sol asciende y adquiere su máxima violencia a medio día.

En invierno son menos frecuentes los levantes y cuando se entablan son claros hasta que al rolar al SE vienen ya con nubarrones, indicio seguro de cambio al S para correrse al vendaval.”» 

Fuente: “DERROTERO de las costas de Portugal y SW de España”, página 7, Instituto Hidrográfico de la Marina, 1990. Servicio de Publicaciones de la Armada. 

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