lunes, 24 de mayo de 2021

LAS PINTURAS DE CONIL 7. JUAN PEDRO NARVÁEZ ZÁJARA.

 Las entradas que llevan este título pretenden reunir un conjunto significativo, más o menos numeroso, de la obra de un artista, novel o veterano, desconocido o afamado, aficionado o profesional,… dando lugar a una ocasión única para poder apreciar, lo rico y diverso, que sus ojos, con la ayuda de las manos, le ha inspirado de la observación de algún rincón de Conil, de sus gentes, de sus calles, de sus monumentos,…

Hoy: JUAN PEDRO NARVÁEZ ZÁJARA

Cartel de la última exposición realizada, julio 2007.


Él mismo nos redacta una reseña biográfica:

Me llamo Juan Pedro Narváez Zájara, conileño dedicado a la enseñanza desde 1980, actualmente jubilado. Aficionado a la pintura desde los 11 años, aunque no empecé a pintar algún que otro cuadro hasta los 18. He tocado el dibujo a carboncillo, plumilla, acuarela y modelado con barro, no obstante mi inclinación siempre ha sido el óleo. Autodidacta y simple aficionado. Cuatro exposiciones, la última en 2007.”

Zona Fuente Nueva (1928), pintada en 2007.

Fotografía: El puente y el río vistos desde la Fuente Nueva, hacia 1928. Colección particular Foto Pastor. “Conil en la Memoria”, p. 136, 2004.

La mayoría de sus cuadros, con su natural maestría, son fiel reflejo de reproducciones de fotografías antiguas, en blanco y negro, con lo que hay que añadir, además, la dificultad de dar los colores y la luz apropiados. En todas aquellas obras donde se ha podido, se reproduce el original a su lado, en menor tamaño, para ver con todo detalle el trabajo realizado por Juan Pedro.

Paseo por el río (1919), 1991.

Fotografía: Un paseo por el río, hacia 1919. Colección particular Foto Pastor. “Conil en la Memoria”, p. 135, 2004.

Vista parcial de Santa Catalina (1980), 1987.

Fotografía: Torre Iglesia Santa Catalina, palmeras y araucaria, 1979, archivo Scard Bermos.

Varando el barquillo (1953), 2007.

Fotografía:  Marineros de Conil, hacia 1953, varando al barquillo “Cristina”, entre ellos Cristóbal Leal CamachoJuan y Manuel Ureba EscámezPedro “Falete”Ambrosio AragónAntonio Montes y Miguel Leal. Colección particular María Ureba. “Conil en la Memoria II”, p. 174, 2007.

Santa Catalina (1927), 2000.

Fotografía: Iglesia Santa Catalina, hacia 1927. Colección particular Foto Pastor. “Conil en la Memoria”, p. 33, 2004.

Acarreo de pescado a la lonja (años 60), 2000. Sin fotografía.

Plaza Puerta de la Villa (años 80), 1987. Sin fotografía.

Playa Puntalejos (años 70), pintada en 2001. Sin fotografía.

Baño en el río (1970), 2009.

Fotografía: Disfrutando del río, hacia 1970. Colección particular Juan Luis Barroso. “Conil en la Memoria”, p. 146, 2004.

Santa Catalina entre palmeras (años 70), pintada2007. Sin fotografía.

Recogida de higos (años 80), 2007. Sin fotografía.

El Roqueo (1933), 2007.

Fotografía: El Roqueo, hacia 1933. Colección particular Alberto Domínguez. “Conil en la Memoria”, p. 157, 2004.

Castilnovo y Conil (1970), 2007. Sin fotografía.

Bajada Fuente Vieja (1963), 2007.

Fotografía: Vista de la calle Fuente Vieja, hacia 1963. Foto Juan Capacha. “Conil en la Memoria”, p. 67, 2004.

Puesta del sol, 2008. Sin fotografía.

Al trabajo en burro (1962), 1997.

Fotografía: Manuel Gallardo, hacia 1962, en burro por la carretera de entrada a Conil. Foto Juan Capacha. “Conil en la Memoria”, p. 116, 2004.

Puente sobre el río (1970), 2006.

Fotografía: Puente de madera, hacia 1970. Colección particular Scard Bermos, Juan Bermúdez.

Aguador (años 60), 2001.

Fotografía: Un “aguaor” posando en las cercanías de la Torre de Guzmán. Cedida por Pepe Gil, calles y plazas.

Recogida de sardinitas, 2007.

Fotografía: Autor “El Mirlo, Juan Manuel”, sin referencias.

Sacando la barca, 2007.

Fotografía: Varando la jábega, Foto “El Mirlo, Juan Manuel”, sin referencias.

Segundo Roqueo, 2008. Sin fotografía.

Panorámica Fuente del Gallo, 1987. Sin fotografía.

Puente sobre el río Salado (1920), 1984.

Fotografía: Imagen de Conil desde donde terminaba el puente, hacia 1924. Colección particular Juan Bermúdez. “Conil en la Memoria”, p. 26, 2004.

* Es de agradecer la valiosa, y desinteresada, colaboración de Pepe Gil Marín. 

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