jueves, 14 de enero de 2021

LUGARES DE CONSUMO DE LAS CAPTURAS DE LAS ANTIGUAS ALMADRABAS (1993).

Del completo trabajo referenciado más abajo, se transcribe lo siguiente, para señalar cuáles eran los destinos de consumo de los productos pescados:

A finales del siglo XV, las costas atlánticas de Andalucía era un gran centro de producción y comercio de pescado, pues a las pesquerías locales se añadía el producto obtenido en los bancos canario-saharianos. Sin embargo, <los pescados más importantes de Andalucía eran, escribe Enrique Otte, el atún del Atlántico y la anchoa de Málaga>, es decir, dos producciones locales muy específicas.


Puntos de destino de los productos almadraberos durante el siglo XVI en el Mediterráneo. Captura Google Maps. Elaboración propia, junio 2020.

Los lugares de consumo fueron grandes ciudades mediterráneas, aparte de la misma Sevilla: Barcelona, Valencia, Tarragona, Alicante, Cartagena, Murcia y, en especial, Cagliari, Nápoles, Livorno <vía de entrada a Florencia> y Génova. Pero hasta el segundo cuarto de siglo XVI hay muy pocas noticias sobre el volumen del comercio del atún y sobre los mercaderes interesados en él, aunque conocemos nombres de genoveses, florentinos y catalanes, aparte de capitanes de barco y vecinos de Cádiz, el Puerto de Santa María y Sanlúcar de Barrameda.


Modalidad de pesca de atún. Lámina XXXII, Pág. 251, Tomo I, “Diccionario de los artes de pesca nacional”, de Antonio Sáñez Reguart, 1791-95. 

Las peculiaridades más notables de la producción y comercio de atún andaluz era el monopolio que tuvo sobre ella, aunque nunca completo, la casa ducal de Medina Sidonia. El historiador de Cádiz, Agustín de Orozco, escribía a finales del siglo XVI que había almadrabas para la pesca de atún en Cádiz, a las que atribuía un origen fenicio, en Tarifa, Zahara, Castilnovo y Conil, en Rota y Chipiona, y también en algunos puertos del Algarbe onubense… .“

Fuente: “Boletín de la Real Academia de la Historia”, Tomo CXC. Número III, año 1993. Las almadrabas de Andalucía siglos XIII y XVI. Miguel Angel Ladero Quesada.


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