Fuente:
“Correo Literario de la Europa”, del jueves, 4 de abril de 1782,
núm. 43.
En
realidad, este trabajo de Sarmiento lo escribió varios años antes,
en 1757, por mandato del Duque de Medina Sidonia, para analizar las
causas de la drástica disminución en las pesquerías de atún,
aduciendo para ello “la
demasiada codicia”,
adelantándose, sin mencionarla, a lo que hoy conocemos como pesca
sostenible. Aprovecha
para criticar el descuido que en España se hace del estudio de la
Historia Natural, impresión,
creo, que mantendría hoy si levantara la cabeza, y que se tiene en
mucha confusión desde la antigüedad, señalando el método para
salir de ella y que sería de gran utilidad. Apostilla, para
terminar, indicando que la voz “almadraba” no es de origen árabe,
errando aquí, porque según la RAE, deriva del árabe andalusí almadrába,
“lugar donde se golpea o lucha”. El
redactor del Correo, finaliza, sin faltarle algo de ironía, que como
siempre, el Padre Sarmiento llena todo el papel de “curiosísimos
incidentes”.
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