domingo, 16 de agosto de 2020

LA ARQUITECTURA MILITAR III.

TORRE-FORTALEZA DE CASTILNOVO

Su construcción es seguramente de la primera mitad del s. XVI. Fue mandada hacer por el duque de Medina Sidonia en las cercanías de otra torre anterior ruinosa, la de Conilejo, situada a levante. Castilnovo poseía, desde su construcción, una doble función: era torre vigía de la costa y también atalaya para la almadraba de vista que se caló en dicho paraje durante el s. XVI, sin continuidad, y durante los primeros años del s. XVII. Está situada en El Prado, a unos 2,5 km. al sur de la población, en un paraje todavía virgen y de gran belleza.

El Prado y Torre de Castilnovo, 2020. Imagen: Antonio Leal.

En origen fue una pequeña fortaleza, que durante el s. XVI estuvo dotada de una pieza de artillería y defendía la costa de los ataques berberiscos norteafricanos, comunicándose con la Torre de Meca y con el castillo de Conil mediante almenaras y ahumadas. Tenía un cercado en torno a ella para acoger a los que andaban al servicio de la almadraba, con algunas casas de bóveda para los mercaderes y para guardar bastimentos. La pequeña fortaleza tenía alcaide, con voz y voto en el cabildo de Conil y así fue hasta mediados del siglo XVIII, cuando el maremoto de 1755 destrozó el recinto, del que sólo quedaría en pie la torre.

Posible cota de la ola tierra adentro. Observar donde queda la torre de Castilnovo. 
Fuente: "El efecto del tsunami de Lisboa en la Costa de Conil de la Frontera"
(Luis Luque, Caridad Zazo y otros autores).

La Torre de Castilnovo es una construcción excepcional en nuestro litoral por su gran volumen, altura y función residencial complementaria. Su planta es cuadrada, con caña ligeramente trapezoidal, de 8,5 m. de lado en su base y 21 m. de altura, distante de la orilla del mar unos 100 m. Está labrada con mampuesto menudo y alargado dispuesto en hiladas, trabado con mortero de cal, reforzándose sus cuatro esquinas con sillares bien dispuestos. Exteriormente se compone de dos cuerpos de similares dimensiones, separados por imposta y un parapeto retranqueado para la defensa en su terrado o azotea, con espadaña y campana para llamar a rebato y también al servicio de la pesquería. Se reconocen al menos cuatro niveles de habitación, cada uno de ellos con un vano abierto al mar, resolviéndose los tres superiores con arco de medio punto con rosca de ladrillo y el inferior con dintel de piedra. El acceso a la torre se realiza por escalera de piedra adosada al muro, por la parte opuesta al mar. En el interior se adivina la existencia de forjados a diferentes niveles, a los que se accedía por un hueco de escalera de sección circular situado a la izquierda de la entrada.
Torre Castilnovo, parte trasera y acceso, 2012. R.C.

Actualmente, la Torre no tiene ni forjados, ni escalera, ni terrado. Todavía es reconocible el perímetro de la fortaleza, en torno a un patio de forma rectangular con doble muro o estancias adosadas, perfectamente visibles a nivel de suelo, de algo más de medio metro de altura en uno de sus lados. En sus proximidades existen ruinas de otras viejas construcciones.

Torre Castilnovo con Conil de fondo, 2020. Imagen: Antonio Leal.

En 2005 se realizaron actuaciones encaminadas a la consolidación urgente de esta torre, muy deteriorada, bajo la dirección del arquitecto D. Pedro Gurriarán, por encargo de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía. Se ha realizado un estudio de sus patologías encaminado a adecentar y consolidar la torre (limpieza, restitución parcial, saneamiento, rejuntado de fábricas y cosido de grietas), así como a obtener información para acometer su futura restauración y puesta en valor, sin excluir un estudio arqueológico.
La Torre está protegida y declarada BIC desde 1949. Pertenece al Ministerio de Defensa y carece de uso, aunque siempre fue utilizada como marcación costera por los pescadores locales.

Fuente: “PATRIMONIO CULTURAL DE CONIL DE LA FRONTERA”, Autor: ANTONIO SANTOS GARCÍA; Colaborador: FRANCISCO GONZÁLEZ UREBA; Coordinador: ANTONIO MUÑOZ RODRÍGUEZ; Director editorial: CARLOS ROMERO VALIENTE; Edita: G.D.R. Litoral de la Janda. 2007.

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